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¿Qué impacto tienen las energías renovables en el planeta, la economía y nuestra forma de vivir? Analizamos su papel en la reducción de emisiones, la creación de empleo, el impulso a la innovación tecnológica y los retos que aún plantea su desarrollo.
Las energías renovables reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, generan empleo, disminuyen la dependencia de los combustibles fósiles y fomentan el desarrollo de nuevas industrias y tecnologías.
Son clave para cumplir los objetivos climáticos globales y en España ya representan el 56,8% de la electricidad generada en 2024, según Red Eléctrica de España (REE).
Pero ¿cómo se refleja ese impacto en la economía, el medioambiente y la sociedad? ¡Lo vemos!
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) y la ONU coinciden en que las energías limpias reducen emisiones de CO₂ y son necesarias para alcanzar los escenarios de “emisiones netas cero” a mediados de siglo.
En España, según Red Eléctrica, la generación renovable en 2024 alcanzó 148.999 GWh, un 10,3% más que en 2023, y supuso un 56,8% del total de la electricidad generada. Ese incremento permitió reducir las emisiones un 16,8% respecto a 2024.
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El impacto ambiental de las energías renovables se refleja directamente en la reducción de emisiones en la generación de energía. Las renovables limitan la huella de carbono y acercan a España a los objetivos climáticos internacionales. Además, impulsan un modelo energético que protege los recursos naturales y promueve su uso eficiente.
En cuanto a la biodiversidad en el entorno de las plantas renovables, se realizan estudios con extensas mediciones de campo para que la integración de las instalaciones en el entorno sea real y se fomente la fauna y flora autóctona.
En el caso de la energía fotovoltaica, bien elegidos los emplazamientos y con un diseño de planta adecuado, se ha comprobado que la biodiversidad es mayor tras unos años de funcionamiento de la planta, sobre todo en zonas de concentración parcelaria de secano.
En 2023, el sector de las energías renovables empleó 16,2 millones de personas a nivel mundial, lo que representa un crecimiento del 18% respecto a 2022.
La presencia de parques eólicos o fotovoltaicos impulsa nuevas oportunidades económicas: empresas auxiliares, contrataciones locales, mejoras en infraestructuras y aumento de ingresos municipales.
Las energías renovables representan también una oportunidad para redefinir y enriquecer la oferta turística, al alinearse con los valores de sostenibilidad que muchos viajeros priorizan.
Gracias a esas oportunidades, muchas personas pueden seguir viviendo en su localidad sin tener que desplazarse a ciudades más grandes en busca de empleo.
La OMS señala que sustituir los combustibles fósiles por energías renovables reduce la exposición a contaminantes como las partículas en suspensión y los óxidos de nitrógeno, responsables de gran parte de la contaminación del aire.
Este cambio mejora la calidad del aire y la salud pública, al disminuir los riesgos asociados a la contaminación atmosférica.
En este contexto, la transición energética justa busca que el cambio hacia un modelo más limpio reduzca emisiones y aporte beneficios compartidos como empleo local, bienestar y oportunidades equitativas para todas las comunidades.
El efecto económico es tangible. En 2023, las renovables generaron un ahorro neto de 9.575 millones de euros en el sistema eléctrico español, según APPA Renovables.
El ahorro proviene del desplazamiento de tecnologías más caras en el mercado mayorista y de la reducción de importaciones de combustibles fósiles, valorada en 15.622 millones de euros. Además, las emisiones evitadas representaron 5.586 millones de euros en costes ahorrados.
Las energías renovables también ayudan a abaratar el precio de la electricidad en el mercado mayorista, lo que reduce el coste en la factura de los consumidores y favorece la competitividad de la industria, al permitirle producir con precios más estables y sostenibles.
El desarrollo de la cadena industrial renovable impulsa empleo cualificado y reduce la dependencia tecnológica. La fabricación nacional de turbinas, inversores o baterías añade valor al tejido productivo, refuerza la competitividad y consolida un modelo energético más innovador.
Proyectos como la repotenciación eólica de Aldeavieja (Ávila), donde se reemplazaron 22 aerogeneradores por solo 4 de mayor potencia, muestran cómo la modernización de instalaciones permite aumentar la eficiencia y reducir el impacto ambiental.
Además, se fortalece la industria nacional al implicar a empresas locales en el diseño, la fabricación y el mantenimiento de los nuevos equipos, generando empleo cualificado y consolidando la cadena de valor del sector renovable en España.
Las energías renovables son uno de los principales motores de innovación tecnológica en la actualidad. Su expansión exige desarrollar nuevas soluciones de almacenamiento, digitalización y eficiencia, lo que impulsa la investigación, el desarrollo y la creación de industrias avanzadas.
El avance en almacenamiento energético, hidrógeno verde y redes inteligentes permiten aprovechar todo el potencial que ofrecen las renovables. Estas tecnologías consiguen integrar más energía limpia en el sistema, equilibrar la oferta y la demanda y mejorar la estabilidad de la red.
Sin sistemas de almacenamiento a gran escala ni redes digitales capaces de gestionar la electricidad en tiempo real, no sería posible alcanzar los objetivos climáticos fijados para las próximas décadas.
La innovación también alcanza el ámbito industrial. La aplicación de la economía circular a los componentes eólicos, como el reciclaje de palas y materiales compuestos, reduce residuos y crea nuevos procesos productivos más sostenibles.
En las últimas décadas, la inversión en I+D ha transformado el rendimiento de la energía eólica: en 1985, las turbinas apenas alcanzaban 0,05 MW de potencia y un rotor de 15 metros.
Hoy, los aerogeneradores terrestres llegan a potencias entre 5 y 7 MW, y los marinos hasta 15 MW. Este salto tecnológico refleja cómo la innovación en el sector renovable aumenta la eficiencia, reduce costes y abre nuevas oportunidades industriales y científicas.
Las energías limpias fortalecen la independencia energética del país. Según APPA Renovables, en 2023 España evitó importaciones de combustibles fósiles por más de 15.600 millones de euros.
Esto significa menos exposición a crisis internacionales y mayor estabilidad de precios para hogares e industrias.
Cada megavatio renovable refuerza el papel de España y la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático. Con más del 56% de generación eléctrica renovable, España se posiciona entre los países líderes en la transición energética dentro de la UE, contribuyendo a los compromisos del Acuerdo de París.
El crecimiento rápido también exige nuevas infraestructuras. Los nudos de conexión de la red eléctrica española están saturados, según datos de Aelec, lo que complica la incorporación de nuevos proyectos renovables.
Para revertir esta situación, el sector apunta tres soluciones principales: invertir en la ampliación y digitalización de las redes, liberar la capacidad bloqueada por proyectos que no llegan a ejecutarse y agilizar los permisos administrativos.
El viento y el sol no están siempre disponibles. Para garantizar un suministro estable, se necesitan soluciones de almacenamiento energético, generación flexible y planificación integrada.
También es clave acelerar permisos, impulsar inversión privada y mejorar la aceptación social de los proyectos, fomentando el diálogo con las comunidades locales.
La energía renovable es el motor de un cambio estructural en la economía, la industria y el medio ambiente. Reduce emisiones, genera empleo y fortalece la autonomía energética del país.
Pero su desarrollo también exige reforzar las redes, innovación constante y una transición justa en la que participen todos los actores implicados. España avanza en esa dirección y el reto ahora es mantener el ritmo: convertir el potencial renovable en una ventaja real para las personas y para el planeta.