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Súbete al tren de la energía limpia. Te contamos cómo montar tu propia instalación de autoconsumo solar para generar tu energía y beneficiarte de todas sus ventajas.
Es la capacidad para producir tu propia energía eléctrica a través de paneles solares, y en el mismo lugar donde la vas a consumir, en tu casa o negocio.
El autoconsumo en España se regula con los Reales Decretos 15/2018 y 244/2019, que establecen las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica. Además, simplifica sus modalidades tanto individuales como colectivas, así como el mecanismo de compensación de los excedentes:
Puede ser colectivo y compartirse entre varios consumidores cumpliendo algunos requisitos, entre ellos, que los suministros estén ubicados a menos de 1.000 metros de la instalación de generación.
Regula los suministros con la compensación simplificada de excedentes, que permite la liquidación de la energía que no se consuma y se vierta a la red de manera sencilla dentro de la propia factura de cada consumidor.
Equiparte con una instalación de autoconsumo fotovoltaico es mucho más sencillo de lo que parece. Lo único imprescindible es:
Pero si además quieres sacarle la máxima rentabilidad a tu instalación fotovoltaica de autoconsumo, puedes añadir:
Las modalidades de autoconsumo reguladas son varias: el autoconsumo puede ser individual o colectivo, tener o no excedentes, y estar o no acogido al mecanismo de compensación simplificada.
En esta modalidad, tienes tu instalación con su dispositivo antivertido, el cual impide que la energía no autoconsumida, se inyecte en la red de distribución.
Esta modalidad se complementa a menudo con la instalación de algún sistema de almacenamiento con baterías, con el que aprovechar al máximo la energía producida.
Al contrario que en el caso anterior, la energía que produces y que te sobra se va a inyectar en la red de transporte y distribución a través del inversor, de forma que es aprovechada por otros consumidores. Esta energía vertida, se denomina excedentes. Lo bueno de esta modalidad de autoconsumo es que puedes vender los excedentes de autoconsumo que te sobren.
Los clientes acogidos a esta modalidad reciben a cambio de estos excedentes una compensación en forma de descuento en su factura, por lo que supone un ahorro. El importe de este ahorro depende de los kWh vertidos a la red y el precio de compensación aplicado.
Pero este importe no podrá superar el denominado límite de compensación, que supone que no se te podrá compensar económicamente con un valor superior al de los kWh que has consumido de la red.
Existen unos requisitos previos para poder optar por esta opción:
Si se contrata el suministro eléctrico en mercado regulado, el precio de los excedentes variará en función del que tenga el mercado mayorista de electricidad.
En el mercado libre, se puede contratar una tarifa con la comercializadora que fije el valor económico de esos excedentes. Esta modalidad se conoce como: Autoconsumo con excedentes no acogido a compensación.
En este caso, la energía excedentaria se inyecta a la red de transporte y distribución, pero no según el régimen de compensación como en la modalidad anterior, si no que se vende ese exceso generado directamente en el mercado eléctrico y se distribuye según el precio la energía en cada momento.
Si estás interesado en el autoconsumo pueden darse dos situaciones diferentes:
El proceso es complejo, pero si lo resumimos sería el siguiente:
Los rayos del sol chocan contra unas placas compuestas por una serie de materiales semiconductores que transforman la energía que reciben en electricidad para tu hogar. Esta transformación la llevan a cabo las conocidas como celdas solares, que son unas pequeñas células de silicio cristalino o arseniuro de galio y que forman los paneles solares tal y como los conocemos.
Estas celdas solares se mezclan con otros componentes químicos como el fósforo y el boro, formando un conjunto cargado con electrones negativos y otro conjunto con electrones positivos. Cuando estos se exponen al sol, los fotones consiguen mover los electrones, este movimiento es el encargado de crear la energía de autoconsumo solar.
La principal diferencia es el ahorro, el autoconsumo con excedentes te permite inyectar a la red el excedente que te sobra, el cual se te compensa con descuentos en tu factura de la luz. En cambio, el consumo sin excedentes cuenta con un sistema antivertido que impide que se pueda inyectar la energía no consumida a la red de distribución. Lo que sí permite, es instalar un sistema de almacenamiento propio con el que puedes aprovechar al máximo la energía producida.
En la actualidad, existen tres modalidades de autoconsumo reguladas:
Suministro de autoconsumo sin excedentes: la energía que te sobra no se inyecta a la red eléctrica.
Suministro de autoconsumo con excedentes: la energía que te sobra se inyecta en la red eléctrica a través de un inversor o se almacena a través de una tarifa con batería virtual.
Autoconsumo compartido: se aplica a bloques de viviendas, polígonos industriales o comunidades energéticas, mediante una instalación que genera electricidad para varios consumidores conectados.