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La limpieza de los filtros, revisar los sistemas de desagüe y de refrigeración, verificar los niveles del gas refrigerante, y limpiar el exterior del equipo, forman parte del mantenimiento habitual de un aire acondicionado. De esta manera, tu aire acondicionado se mantendrá en buen estado gracias a un mantenimiento de aire completo. La normativa vigente en Instalaciones Térmicas en Edificios (R.D. 1027/2007) obliga por ley a realizar una revisión bienal de la instalación de climatización.

Debes fijarte en el SEER (coeficiente de eficiencia energética estacional para el modo de refrigeración) y SCOP (coeficiente estacional de rendimiento para el modo de calefacción) o EER (Relación de Eficiencia Energética). También es importante elegir un equipo con una potencia que se adecúe al tamaño de la estancia donde va a ser instalado, así como un mantenimiento regular para mantener la eficiencia a lo largo del tiempo.​

El mantenimiento de sistemas de calefacción o caldera es más complejo, ya que es necesario revisar todos los elementos de la instalación (llaves, sujeciones, tuberías, boquillas, ventilación…), comprobar la estanqueidad de la instalación de gas y el ajuste del funcionamiento del equipamiento, además de realizar un análisis de combustión.

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