El sector del autoconsumo ha vivido una verdadera explosión en los últimos años, hasta el punto de que se ha multiplicado por veintiséis la potencia anual instalada en apenas cuatro años. Este crecimiento, que los expertos esperan que se modere ya este año, debido a las fuertes tensiones que esta explosión ha generado en el mercado laboral y la cadena de suministros, tendrá una importante continuidad los próximos años.
Según José María González Moya, Director General de APPA Renovables, hay características estructurales y otras coyunturales en este desarrollo. “Dentro de las coyunturales, y que se está suavizando ya este año, está el crecimiento exorbitado de los precios del mercado eléctrico durante 2022, que llevó a muchos clientes residenciales a apostar por el autoconsumo como una forma de blindarse ante subidas de la luz”, afirma el experto.
De cara a los próximos años, hay cinco claves que marcarán el futuro del autoconsumo en España: los objetivos europeos, la integración arquitectónica, el almacenamiento, los sectores difusos y la irrupción de las comunidades energéticas.
Objetivos europeos
Europa ha apostado por las energías renovables como una vía de descarbonizar su mix energético y de reducir su dependencia energética del exterior. Esto no es una novedad, pero es importante destacar que esas metas están ampliándose desde Europa, y en España se han marcado los objetivos de un 74% de electricidad renovable para 2030 y una reducción de emisiones del 55% para el mismo año.
El autoconsumo es parte esencial de esta estrategia: solo en 2022 generó el equivalente al 1,8% de la demanda eléctrica y se prevé que en 2023 este valor se dispare.
Integración arquitectónica
La principal tecnología utilizada en autoconsumo es la fotovoltaica, una tecnología modular, sencilla y fiable que tiene gran capacidad para integrarse en distintas superficies. De hecho, el desarrollo de paneles transparentes, que podrían hacer de las ventanas zonas de generación, o las tejas fotovoltaicas son avances en este sentido. Pérgolas, plazas de garaje, acequias… Todos estos elementos son susceptibles de instalar fotovoltaica.
Almacenamiento
El mercado mundial de las baterías está experimentando un desarrollo muy similar al que, en su momento, experimentó la tecnología fotovoltaica. En los últimos 14 años, los costes de la fotovoltaica se han reducido en un 84%, una cifra espectacular si tenemos en cuenta la inflación experimentada en meses recientes.
Algo parecido está sucediendo con el almacenamiento. Según algunos estudios, desde 1991 los precios de las baterías han caído alrededor del 98%. En un comportamiento parecido a la famosa Ley de Moore, cada vez que se duplica la capacidad de almacenamiento, los precios caen de media un 19%, lo que trae buenas noticias al sector del autoconsumo, cuya combinación con el almacenamiento proporciona los mejores resultados.
Electrificación
Aunque la electricidad tiene una importancia fundamental en nuestra sociedad, su peso dentro del mix energético no es tan grande como podría parecernos. Del orden del 25% de la energía es electricidad, por lo que la mayor parte de nuestro mix energético escapa a esos objetivos marcados para 2030 del 74% de la electricidad.
El transporte y los usos térmicos son el gran campo de batalla de la descarbonización y el autoconsumo será fundamental para electrificar estos usos. “La combinación del autoconsumo y el vehículo eléctrico, para el transporte; y el autoconsumo con la bomba de calor, para calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria; debe convertirse en una prioridad para nuestras políticas energéticas”, explica el director general de APPA Renovables. “Es crucial que demos el siguiente paso: de generar nuestra electricidad a alimentar nuestros vehículos y calentar nuestros hogares con esa electricidad autogenerada”.
Comunidades energéticas
El adelanto electoral ha paralizado muchas leyes que estaban en tramitación. Una de ellas es la de comunidades energéticas, que seguro veremos retomar tras las elecciones del 23 de julio. De hecho, Europa ya está marcando el camino para el futuro y abriendo la puerta a que el autoconsumo individual vaya evolucionando hacia una compraventa de electricidad entre consumidores cercanos.
Esa interacción entre usuarios y el desarrollo futuro de las comunidades energéticas, que va mucho más allá del propio autoconsumo, serán vías muy interesantes para evolucionar los autoconsumos compartidos de la actualidad. La digitalización de la red ayudará en este cambio de paradigma que el autoconsumo ya está protagonizando.