
Helios, Ra, Tonatiuh, Kinich Ahau. Eran los dioses del Sol para sus culturas, los únicos capaces de poseer y controlar a esta gran estrella. Pero los tiempos han cambiado: estamos en la era de la electrificación. Una era en la que la combinación entre innovación y sostenibilidad permite sacar lo mejor de las energías renovables y crear dispositivos capaces de almacenar la energía del sol, como las baterías solares.
Las energías renovables dependen de factores que están fuera de nuestro control, como el viento o la luz del sol, por lo que son impredecibles. Por ello, los sistemas de almacenamiento energético – como las baterías de placas solares – se convierten en un gran aliado. Su función es almacenar electricidad para que esté disponible cuando se necesite y así dotar de mayor eficiencia y seguridad al sistema eléctrico.
El almacenamiento energético se presenta como un pilar fundamental de la transición energética y la descarbonización del sistema eléctrico.
¿Cómo puedo almacenar energía solar para mi autoconsumo?
Actualmente, hay diferentes sistemas de almacenamiento energético. La batería de placa solar es uno de los más conocidos. Existen muchos tipos de baterías, pero en general se pueden dividir en tres grupos: monoblock, estacionarias y de litio. La principal diferencia entre ellas es la tecnología con la que están fabricadas. Esto hace que varíe su durabilidad y, por tanto, también su precio.
Si hablamos de autoconsumo, las baterías monoblock son las más utilizadas ya que no requieren de alta potencia. La desventaja es que su ciclo de vida es más corto que el de otros tipos de baterías, pues suelen durar entre 4 y 10 años. Sin embargo, esto hace que también sean la alternativa más económica.
Dentro de las monoblock, destacan las baterías AGM y la batería de GEL. La principal diferencia entre ambas es que estas últimas tienen mejor respuesta al voltaje frente a la descarga.
El siguiente tipo que encontramos son las baterías estacionarias, aunque en este caso ya no estarían enfocadas al autoconsumo. Suelen utilizarse en instalaciones fotovoltaicas de medio y alto consumo, por lo que su ciclo de vida también suele ser mayor que el de las anteriores, llegando a durar hasta 20 años. Dentro de este grupo, podemos encontrar las baterías OPZS, baterías OPZV y las baterías TOPZS.
Por último, también están las baterías de litio. Actualmente, estas son las que ofrenden un mejor rendimiento a la hora de acumular energía generada por placas solares. Son las más rentables a largo plazo, ya que tienen una alta durabilidad y necesitan muy poco mantenimiento. Sin embargo, su precio es mayor.
Más allá de las baterías de placas solares
Como ya hemos visto, las baterías solares son un gran sistema de almacenamiento. Pero, la evolución de las nuevas tecnologías a lo largo de los años ha dado paso a otros sistemas que permiten transformar y almacenar energía de manera eficiente.
Si nos centramos en el usuario final y su autoconsumo, además de las baterías solares, también debemos conocer los supercondensadores y los volantes de inercia. Los supercondensadores permiten almacenar energía eléctrica en forma de cargas electrostáticas y pueden ser cargados y descargados en pocos segundos. Por su parte, los volantes de inercia son un sistema de almacenamiento mecánico capaz de conservar energía eléctrica en forma cinética a través de un disco metálico.
Como hemos adelantado, también existen sistemas pensados para almacenar energía a gran escala. En este caso, destacan tres: el bombeo eléctrico, el sistema de aire comprimido y el almacenamiento térmico. Por ahora, el primero de ellos es, sin duda, el más eficiente en funcionamiento.
El almacenamiento para el autoconsumo en España
El almacenamiento está llamado a ser el complemento ideal de las instalaciones de autoconsumo para dotarlas de mayor flexibilidad y permitir que la producción y el consumo coincidan, maximizando así el uso de la energía renovable.
El crecimiento de la energía solar fotovoltaica es imparable. De hecho, según datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), en 2022 las instalaciones de autoconsumo supusieron un crecimiento del 120% frente a 2021. Ahora, el reto para 2023 para este tipo de energía será el almacenamiento.
Tal y como aparece en la Hoja de Ruta del Autoconsumo de España, se están llevando a cabo sistemas de ayudas a aquellas instalaciones de autoconsumo dotadas de sistemas de almacenamiento eléctrico, impulsando el desarrollo de baterías y sistemas de acumulación basados en nuevos materiales.
Entre estas líneas de ayuda se encuentran las contempladas en el Real Decreto 477/2021 de 29 de junio, por el que se aprueba la concesión a las comunidades autónomas la ejecución de diferentes programas de incentivos ligados al autoconsumo y al almacenamiento, con fuentes de energía renovable, así como a la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial.
Asimismo, también se están desarrollando programas que facilitan la incorporación de sistemas de almacenamiento en instalaciones de autoconsumo ya existentes, de forma que proporcionen capacidad de gestión al consumidor y le permitan diferir su consumo a las horas en que su demanda sea mayor.
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