Los retos ante un mercado laboral cada vez más exigente

La colaboración entre la Fundación Endesa y Cáritas comenzó en 2011 con un programa de formación dirigido a mejorar la empleabilidad de personas en exclusión social. Desde entonces se han formado 957 personas y 357 han conseguido empleo. Con la intención de incrementar el impacto de la empleabilidad de este colectivo, en 2023 los programas formativos se redirigen a contenidos relacionados con la energía eólica y fotovoltaica y se amplían a aquellos territorios de la geografía española que cuentan con plantas de Endesa de generación de energía renovable.

Desde Cáritas, acompañamos a las personas en la mejora de sus competencias para situarse en igualdad de condiciones en el mercado laboral. Las personas que participan en nuestros Programas de Empleo, atraviesan multitud de dificultades. Parten de una situación de desventaja y se enfrentan a un mercado laboral que cada vez exige más. Son historias de vida muy diferentes, pero podemos definir un perfil mayoritario de mujeres, de más de 45 años y con estudios básicos, sin apenas competencias digitales, dificultades de aprendizaje en algunos casos, escasa experiencia laboral, problemas de conciliación familiar, carencias socioeconómicas graves, dificultades con el idioma, y baja autoestima.

El trabajo juega un papel central en nuestra sociedad: es la vía principal de obtención de ingresos y por tanto la llave para el acceso a la estabilidad económica, la protección social y la vivienda. Es un factor protector de la estructura familiar y a nivel social constituye una herramienta clave para la integración.

La falta de formación y más concretamente la falta de cualificación profesional es un factor muy vinculado a la menor probabilidad de acceso al mercado laboral y en su caso, al acceso al mismo en condiciones de mayor precariedad, lo que lo convierte en un factor predictor de situaciones de pobreza y exclusión.

En muchos casos, la mejora de su nivel de empleabilidad pasa necesariamente por la formación, bien para cubrir carencias de partida que imposibilitan el acceso al empleo o para tener nuevas oportunidades o mejores condiciones laborales en otro sector.

Las acciones formativas además de los contenidos teórico-prácticos del puesto específico, abordan elementos transversales como competencias básicas, igualdad, sostenibilidad medioambiental, seguridad laboral, alfabetización digital y derechos laborales.

Otro aspecto clave es la posibilidad de realizar prácticas no laborales en empresas, con el fin de poder poner en práctica lo aprendido en un entorno real de trabajo. Esto incide además de forma directa en las posibilidades de acceder a un empleo al finalizar la formación, ya que en muchos casos es la vía de entrada para que la empresa conozca a la persona, vea cómo trabaja y le de la oportunidad que no le habría dado viendo únicamente su curriculum.

También es importante destacar el sentimiento de pertenencia al grupo de alumnos, el acompañamiento cercano e integral de los profesionales que tutorizan el proceso formativo y la implicación del personal docente. Las personas que pasan por estos procesos formativos subrayan no sólo el aprendizaje técnico, sino la mejora de su autoestima, el sentir que pueden, que valen, que son capaces, en definitiva, recuperar la ilusión por una vida mejor.

Para Cáritas sería imposible hacer este trabajo solos. Necesitamos la colaboración de las empresas para identificar los puestos de trabajo accesibles para las personas con las que trabajamos, diseñar de forma conjunta itinerarios formativos, incorporar alumnos en prácticas, utilizar nuestros servicios de intermediación laboral para la gestión de ofertas de empleo, apoyar la financiación de nuestros programas… Por ello, agradecemos el apoyo de Fundación Endesa que hace posible que muchas personas puedan mejorar su formación y con ello, sus posibilidades de inserción laboral.