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Todo lo que necesitas saber sobre el reciclaje de electrodomésticos
El cuidado del medioambiente, la eliminación de sustancias peligrosas y la recuperación de componentes que pueden ser útiles para otros productos en el futuro son razones más que importantes para esforzarse en el correcto reciclaje de electrodomésticos. Para conocer todos los pasos, los agentes que intervienen y posibilidades para el consumidor, hemos preparado este artículo.
El primer paso es conocer las 3 erres: Reducir, Reutilizar, Reciclar.
La regla de las 3R, nos ayudan a construir un mundo mejor basado en el consumo responsable y utilización y recuperación eficiente de los recursos que utilizamos en nuestro día a día. Esta gestión es, el caso de los electrodomésticos, especialmente importante si tenemos en cuenta que:
- Por un lado, contienen componentes que se pueden volver a usar…
- Y por otro, también otros peligrosos que hay que tratar correctamente.
Por todo ello es tan importante que todo electrodoméstico inservible se retire de forma adecuada y en los lugares habilitados para ello con distintas opciones para el consumidor que es muy importante conocer.
Iluminación cuando sea necesario
A la hora de reciclar un electrodoméstico existen dos formas principales de comenzar su proceso de recuperación. Una, la más común, es cuando se adquiere otro mejor por su deterioro o porque queremos mejorarlo, especialmente en términos de eficiencia energética.
Así, cuando el consumidor adquiere un nuevo electrodoméstico, el punto de venta está obligado a hacerse cargo del antiguo, siempre que cumpla un punto esencial, que nuevo electrodoméstico sea equivalente o realice las mismas funciones.
Esta recogida es gratuita, dándose también fundamentalmente dos opciones. Si es un gran electrodoméstico (frigorífico, lavadora, lavavajillas, por ejemplo), que lo recojan en el momento de entrega del nuevo. Si es un pequeño electrodoméstico se entregará en el lugar de compra. Esta entrega no tiene por qué ser inmediata, ya que se dispone de hasta 30 días naturales desde el momento de la compra del nuevo para hacerlo.
La normativa actual además obliga que toda empresa que venda electrodomésticos que dispongan de zonas de venta de 400 m2 o más deben contar con un punto de recogida para aparatos pequeños, menores de 25 centímetros. Estas obligaciones se extienden también a las empresas de venta online. El consumidor en todo caso tiene derecho a recibir una copia del justificante de recogida del electrodoméstico en el que se indique la fecha de entrega, el tipo de aparato, la marca y el número de serie.
¿Son útiles para ahorrar en la factura?
La otra posibilidad es deshacerte directamente del electrodoméstico sin sustituirlo. Es en este punto donde debemos utilizar un punto limpio que proporcione tu ayuntamiento o mancomunidad y disponible para todos y en todo momento. Los puntos limpios son lugares para la recogida de diferentes tipos de residuos de origen doméstico.
Muchos ayuntamientos además de proporcionar espacios fijos también disponen de otros “móviles” con los que, cada ciertos días y en horas determinadas, se ponen a disposición del ciudadano áreas más cercanas a sus domicilios para poder dejar especialmente objetos voluminosos como los grandes electrodomésticos.
Sea punto limpio fijo o móvil, lo que sí tiene especial importancia es la forma de depositar los electrodomésticos. Estos nunca pueden ser arrojados o lanzados ya que por un lado dificultaría e incluso imposibilitaría el posterior reciclaje de sus componentes y además se podrían emitir sustancias peligrosas al medio ambiente. Estos residuos deben depositarse en un área de almacenamiento especialmente diseñada para este tipo de residuos en el que el suelo debe estar impermeabilizado. También es relevante, especialmente en los grandes electrodomésticos, que se solicite un justificante de entrega.
El papel del gestor de residuos
Tras la entrega en la tienda o en el punto limpio el papel del consumidor ha finalizado pero el camino del reciclaje del electrodoméstico solo acaba de comenzar. Es en este momento en el que asume el papel principal el gestor de residuos.
“Recuerda la regla de las 3Rs: Reducir, Reciclar, Reutilizar.”
Este tipo de empresas o consorcios, públicos o privados, se encarga de realizar la recogida separada, transporte a la planta de reciclaje, hacer seguimiento y por último de procesar tanto los materiales recuperables en la planta de reciclaje como de almacenar debidamente los que no lo son, llevando a cabo el tratamiento posterior de los residuos.
El primer paso tras la recogida suele ser llevarlos a un almacén temporal. El plazo en el que están en esta área es cada vez más reducido tanto para reducir las posibilidades de algún tipo de contaminación -especialmente a suelos y acuíferos- como para disminuir su deterioro en busca de dar a sus materiales una segunda vida. En este almacenamiento temporal ya se han identificado y separado los electrodomésticos en función tanto de su peligrosidad como del tratamiento que vayan a recibir.
Ya en la planta de reciclaje se realiza una labor de desmontaje en la que se extraen los elementos de valor por un lado como aquellas sustancias peligrosas. Ambas se extraen de manera selectiva, se aíslan y almacenan correctamente, de nuevo poniendo especial énfasis en las sustancias peligrosas.
Aquí ambos tipos de componentes separan sus rumbos. Entre los peligrosos, algunos, generalmente metales pesados como el cadmio o el plomo, tras un tratamiento posterior pueden ser reutilizados, otros como el mercurio son generalmente almacenados con las máximas medidas de seguridad.
Mientras, los demás elementos de valor como son acero, aluminio o cobre entre muchos otros, se distribuyen a empresas productoras para volver a iniciar un ciclo, en el que el papel de todos (consumidor, comercios, administraciones y gestores de residuos) es fundamental.
Ahora ya sabes el camino que hace que un electrodoméstico pueda aportar valor incluso una vez haya agotado su vida útil. Depende sólo de ti hacer lo correcto y sumar tu granito de arena en la cadena de reciclaje.