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La humanidad ya no puede permitirse consumir recursos sin preocuparse. Ha llegado el momento de apostar por una economía circular. Se trata de impulsar un modelo económico que disminuya la utilización de recursos no renovables y no se base sin más en la producción y el consumo.
Es el papel que están destinadas a protagonizar las ciudades del futuro, núcleos que deben apostar por una economía basada en activos sostenibles (renovables, reutilizables y reciclados), en la maximización de la vida útil y el uso de bienes y servicios, y en la valorización de los activos al final de su primer ciclo de vida. Auténticas urbes circulares que serán capaces de afrontar los grandes retos medioambientales, como la escasez de recursos, la contaminación, el calentamiento global y la gestión de los residuos.
Un cambio que se antoja imprescindible debido al imparable crecimiento demográfico de las ciudades. En la actualidad, el 55% de la población mundial reside en núcleos urbanos, consume dos tercios de la energía del planeta y produce el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Unas cifras que según las previsiones se incrementarán en 2050, cuando el 70% de las personas vivirán en grandes ciudades y la producción de residuos habrá aumentado también otro 70%.
Esta transición de una economía lineal a una circular representa para Endesa y para el resto de agentes implicados una oportunidad inmejorable de apostar por la innovación sostenible.
Beneficios de las ciudades circulares
La economía circular se sustenta en cinco pilares sobre los que Endesa ha modelado su nueva oferta de soluciones para las ciudades:
Sostenibilidad de los recursos. Utilización de energías y materiales renovables, reciclables o biodegradables en ciclos de vida consecutivos.
Extensión del ciclo de vida. El valor de los materiales de desecho y la energía, que de otra manera se perdería, se conserva o incluso mejora por medio de la reparación, la actualización, la regeneración o el remarketing. Endesa dispone del sistema CITY ANALYTICS que mediante el análisis anonimizado de los ciudadanos con tecnologías de Big Data e Inteligencia Artificial, permite optimizar la energía y los servicios municipales como el transporte público, la seguridad o la limpieza.
Producto como servicio. El productor es propietario del bien y ofrece al cliente un servicio que generalmente no solo incluye su uso, sino otros beneficios relacionados (formación, asistencia, mantenimiento, etc.). Endesa propone modelos como “movilidad como servicio” donde asume las inversiones completas derivadas para desplegar una línea de autobús eléctrico, teniendo que asumir el operador final solo una cuota por disponer del servicio.
Plataformas colaborativas. Promoción del uso de estas plataformas entre los usuarios y propietarios de los bienes para sacar un mejor provecho de ellos. Endesa pone la Plataforma YoUrban a disposición de los Ayuntamientos en los que opera el servicio de alumbrado público. YoUrban es el ecosistema digital de Endesa donde se gestionan los activos de iluminación permitiendo a los ciudadanos su interacción directa mediante una app.
Vida útil. Creación de sistemas de producción y consumo, en los que los bienes anteriormente considerados como residuos se reutilizan.
Junto con esta contribución en forma de soluciones y servicios, es necesario apoyar a las administraciones públicas y empresas en su camino hacia la circularidad. Gracias al Informe de Economía Circular se identifica el nivel de circularidad de éstas y propone las mejores soluciones para acompañarlas en un proceso de mejora.
Las ciudades del futuro necesitan garantizar las necesidades esenciales (agua, energía, transporte, etc.), y eso pasa por la implantación de una economía circular. Un paradigma que abandone la idea tradicional de producir cosas, usarlas y tirarlas, y que apueste por utilizar fuentes de energía y materiales renovables, extender la vida útil de los productos, crear plataformas para compartir, reusar y regenerar, además de considerar los productos como servicios.
Según un informe de la ONU, un mundo circular podría disminuir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79 y un 99% sus emisiones. La economía lineal ya no es un modelo sostenible, ni desde la perspectiva medioambiental ni desde la social. La humanidad ya no puede permitirse el lujo de consumir recursos sin preocuparse por su destino y por su impacto en el planeta.