La transición a las energías renovables podría evitar hasta el 55% de las emisiones de CO2, pero ¿y el 45% restante? Está asociado al uso de la tierra y a la producción de los bienes de consumo, y la manera de combatirla pasa por los modelos de economía circular.
Economía circular: definición
Pensemos en la forma de consumo que, en general, se ha llevado a cabo en los países occidentales durante el siglo XX: se compra un producto, se utiliza y se tira. Esto es aplicable tanto al comportamiento individual como al de grandes y pequeñas empresas, y ocurre tanto en el consumo de bienes como en su producción. Esta dinámica, entre muchos otros factores, nos ha llevado a la crisis climática en la que nos encontramos y, una de las soluciones es apostar por modelos de economía circular.
La economía circular, frente al consumo lineal que veíamos antes, apuesta por alargar al máximo la vida útil de los productos y de las materias primas. Es decir, mediante una serie de principios fundamentales, los modelos de economía circular promueven la optimización de los recursos y el aprovechamiento de los residuos, bien reciclándolos o bien reutilizándolos, para reducir el consumo de las materias primas y, a la larga, las emisiones de CO2.
Este modelo económico se basa en una combinación de la vuelta a formas de consumo tradicionales, donde nunca se tiraba un producto sin agotar sus posibilidades, con las opciones más novedosas que brinda la innovación tecnológica, como el reciclaje y el ecodiseño. El ecodiseño suma criterios ambientales a los que tradicionalmente formaban parte del proceso de diseño, como el coste, la seguridad o la utilidad. Por lo tanto, se basa en crear productos que permitan una fácil reparación, sustitución de repuestos modulares y optimicen el reciclaje, para minimizar el impacto ambiental. Sin duda, es uno de los pilares fundamentales de la transición a los modelos económicos circulares.
“La economía circular es la tendencia a seguir para luchar contra el cambio climático y alcanzar el objetivo de tener una economía completamente descarbonizada en 2050”.
Las 7R de la economía circular
En la Cumbre del G8 de junio de 2004, el por aquel entonces primer ministro de Japón, Koizumi Junichiro, presentó la iniciativa de las 3R de la ecología: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Estas nociones han sido la base sobre la que, en años sucesivos, se han desarrollado las 7R de la economía circular, que son:
Reducir: reducir el consumo es el primer paso hacia la sostenibilidad medioambiental.
Rediseñar: la continuación lógica del punto anterior es el rediseño de los productos para que tengan mejor cabida en los modelos de economía circular, bien aumentando su vida útil, ampliando sus funcionalidades, etc.
Reutilizar: materias primas, productos, herramientas… adiós al usar y tirar.
Reparar: en línea con la reutilización está la reparación; para que un modelo circular funcione, antes de deshacernos de algo porque esté roto hay que agotar las posibilidades de arreglarlo.
Renovar: además de reparar un producto, se puede alargar su vida útil renovándolo para evitar tirarlo antes de tiempo.
Reciclar: pese a todos los puntos anteriores, a veces se agotan las posibilidades de los productos y de las materias primas; es el momento de reciclar.
Recuperar: emplear materiales usados o reciclados y volver a introducirlos en la cadena de producción es el broche que cierra el ciclo de la economía circular.
Beneficios de la economía circular y su relación con la sostenibilidad
Todos los principios de la economía circular apuntan a una clara dirección: alcanzar unos modelos de producción y de consumo completamente descarbonizados y luchar contra el cambio climático. Sin duda, este modelo económico es la tendencia a seguir para alcanzar los objetivos de 2050, pues juega un papel fundamental al desarrollar nuevos modelos de negocio que desvinculan la producción de los recursos naturales, completando así el proceso de descarbonización.
“Solo desarrollando nuevos modelos de negocio donde se desvincule el crecimiento del consumo de materiales se podrá alcanzar la sostenibilidad”.
Al final, la economía circular es un modelo económico que ofrece enormes oportunidades de desarrollo económico, a la vez que desacopla el consumo de recursos y materiales del crecimiento económico de todo tipo de empresas. Promete grandes beneficios, tanto a la sociedad como a las empresas, fundamentalmente:
Ahorra en costes, materias primas y recursos
Fomenta la sostenibilidad medioambiental
- Ofrece mayor competitividad, eficiencia y productividad
Sabina Scarpellini, profesora Titular del Departamento de Contabilidad y Finanzas en la Universidad de Zaragoza, nos habla de los beneficios económicos que tiene la economía circular para las empresas.
Los principales retos de la economía circular
La teoría está clara para todo el mundo, al llevarlo a la práctica pueden surgir complicaciones y dificultades que retrasan o perturban los modelos de la economía circular. Es crucial que las empresas vean la necesidad de desarrollar nuevos modelos de negocio donde se desvincule el crecimiento del consumo de materiales, y eso es la economía circular.
Uno de los puntos de partida más difíciles de los modelos circulares es ver de una manera diferente tanto los procesos de producción como las posibilidades de un producto. Salir de los esquemas de pensamiento tradicionales para encontrar alternativas creativas es, sin duda, el primer paso, y el más complejo, de la economía circular. Solo con el liderazgo de empresas y startups que apuestan por la innovación se podrán implementar modelos de economía circular.
Economía circular en la Unión Europea
Según un informe de la Unión Europea, en 2016 se produjeron, entre todos los países miembro, un total de 2.500 millones de toneladas de residuos. De esta cifra, solo el 8,50% provenía de los hogares, la mayoría (36,40%) se originó en el sector de la construcción y el 25,30% en minas y canteras.
Ante estos datos, que ponen de manifiesto la necesidad de medidas en todos los ámbitos de la sociedad, no solo por parte de los usuarios, desde la Unión Europea se llevan buscando soluciones desde hace años. Los esfuerzos más recientes, buscan alcanzar la neutralidad climática para el año 2050. Uno de los ejemplos más claros de estas medidas basadas en la economía circular es el derecho a reparar. Esta propuesta legislativa incentiva a los usuarios que elijan la reparación de los productos en vez de su sustitución. También obliga a los fabricantes a que ofrezcan información y opciones para mantener adecuadamente los productos así como para repararlos, además de garantizar las actualizaciones informáticas durante un mínimo de tiempo.
Economía circular en España
En España también se están llevando a cabo numerosos esfuerzos por parte del gobierno para alcanzar modelos de economía circular, englobados en la llamada Estrategia Española de Economía Circular. Este documento, alineado con los preceptos europeos marca una serie de objetivos para alcanzar de cara a 2030, tomando como referencia el año 2010. Los más relevantes son:
La reducción del 30% del consumo nacional de materiales en relación con el PIB.
La reducción del 15% de los residuos generados.
La reducción del 50% de los residuos de alimentos en los hogares y consumos minoristas y en un 20% en las cadenas de producción y suministro.
Aumentar la reutilización hasta el 10% de los residuos municipales generados.
Ejemplos de economía circular en el ámbito energético
Hay muchas maneras de implementar modelos circulares en la producción económica. Para hacerlo de manera eficiente y definitiva, hay que trabajar sobre toda la cadena de valor, desde el diseño, el suministro, la construcción, la operación y el mantenimiento y, por último, el desmantelamiento.
Por lo tanto, en el caso del ámbito energético, no vale solo con la generación de energía sostenible que use fuentes renovables y se integra en la comunidad local. Aunque esto minimice el impacto medioambiental y reduzca los costes, sigue siendo necesario atender a todos los demás niveles.
El objetivo final debe ser buscar una energía sostenible y circular. Es decir, que a la hora de llevar a cabo la fabricación de los equipos que requiere la transición energética, así como su construcción y montaje, se tengan en cuenta criterios de economía circular como el ecodiseño o la utilización de materiales reciclados. Esto es especialmente relevante dado que en muchos casos estos materiales son escasos o incluso críticos por diversos motivos (extracción muy contaminante, riesgo de explotación infantil, dependencia de países con regímenes no democráticos o volatilidad en el precio).
Algunos ejemplos de modelos circulares exitosos son:
Melilla second life: En la central de Endesa en Melilla se ha desarrollado un sistema de almacenamiento para reutilizar las baterías usadas de los coches eléctricos. Esta iniciativa, pionera en Europa, utiliza las baterías como fuentes de energía para toda la planta. Cuenta con una capacidad de 4MW y puede llegar a producir hasta 1,7MWh. Un gran ejemplo de economía circular: reutilización de materias primas para atender a las necesidades locales fruto de las peculiaridades energéticas de Melilla por su situación geográfica.
- Planta de reciclaje de palas eólicas: este proyecto que se está desarrollando en León será el primero de este tipo en la Península Ibérica. El objetivo es responder al reto de reciclar las más de 6.000 toneladas de fibra de vidrio y carbono procedentes cada año de los aerogeneradores, y poder así reaprovechar estos materiales.
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