La pregunta “¿tiene solución el cambio climático?” tiene una respuesta: sí, pero hay un matiz muy importante: el momento de actuar es ahora. La próxima década es crítica y todos (particulares, empresas, gobiernos) podemos contribuir a frenar el calentamiento global.
El cambio climático constituye una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), “en el período 2010-2019, las emisiones de gases de efecto invernadero medias anuales a escala global se situaron en los niveles más altos de la historia de la humanidad, pero el ritmo de aumento ha disminuido. Si no logramos fuertes reducciones de las emisiones de forma inmediata en todos los sectores, limitar el calentamiento global a 1,5 °C estará fuera de nuestro alcance."
Por eso, que exista un tratado internacional sobre el cambio climático no es casualidad. Es el Acuerdo de París, cuyo objetivo principal es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto al periodo preindustrial.
Según el IPCC, cada vez hay más evidencias de la acción por el clima por parte de todos los actores que se movilizan contra el cambio climático: empresas, administraciones públicas, ONGs y personas.
Por ejemplo, desde 2010, se han observado disminuciones de hasta el 85% en los costes de energía solar, eólica y de baterías. Además, a través de diferentes políticas y leyes, también se ha mejorado la eficiencia energética, se han reducido las tasas de deforestación y se ha acelerado la utilización de las energías renovables.
¿Qué podemos hacer para evitar el calentamiento global?
Los expertos de IPCC aseguran que, actualmente, contamos con opciones en todos los sectores para reducir, al menos, a la mitad de las emisiones de aquí a 2030. Es decir, nos encontramos en una década clave para parar el cambio climático.
En primer lugar, para frenar este calentamiento global, es necesario avanzar en la transformación del sector energético. Esto implica reducir el uso de los combustibles fósiles, apostar por la digitalización, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos como, por ejemplo, el hidrógeno.
Para Endesa, el Acuerdo de París fue un reto, pero también un punto de partida. En nuestro plan estratégico 2017-2019, fijamos nuestro primer compromiso de tener una generación eléctrica de cero emisiones de CO2 en 2050. Desde 2015, ya hemos reducido nuestras emisiones un 70%, y un 82% desde 2005.
Sin embargo, somos conscientes de que estamos en un momento crítico y que debemos seguir trabajando para alinearnos cuanto antes con la senda de la descarbonización ligada al objetivo de 1,5 °C. Por eso, en nuestro último plan estratégico 2022-2024, adelantamos una década nuestra completa descarbonización, que llegará en 2040. Esto lo haremos a través de cuatro ejes de actuación:
- El despliegue de nueva capacidad renovable que haga 100% libre de emisiones toda la actividad de generación.
- La hibridación de instalaciones renovables con tecnologías de almacenamiento y de producción de hidrógeno verde.
- La salida del negocio del carbón en 2027 y del de producción eléctrica con gas en 2040.
- La salida del negocio minorista de comercialización de gas.
Parar el cambio climático es cosa de todos
Como hemos adelantado, se puede parar el cambio climático. Y el sector energético no es el único que cuenta con soluciones.
Las ciudades, aunque son el motor de la economía, también lo son de la contaminación, ya que consumen más de dos tercios de la energía y emiten el 70% de los gases de efecto invernadero a nivel global. Las zonas urbanas pueden lograr reducir sus emisiones mediante un menor consumo de energía, la electrificación del transporte en combinación con fuentes de energía de baja emisión y la adopción de medidas para lograr edificios de energía cero o sin emisiones de carbono.
En el sector industrial es necesario el uso de los materiales de manera más eficiente. Es decir, se debe apostar en mayor medida por la reutilización, el reciclaje y la reducción de residuos. La industria representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones globales, por lo que es complicado alcanzar las cero emisiones. Para ello, será necesario crear nuevos procesos de producción, emplear hidrógeno y electricidad de bajas o cero emisiones y, cuando sea necesario, aplicar técnicas de captura y almacenamiento de carbono.
Por último, la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra pueden tanto reducir las emisiones a gran escala, como eliminar y almacenar dióxido de carbono.
La tierra no puede seguir esperando mucho más tiempo. Como ha destacado Hoesung Lee, Presidente del IPCC: “Estamos en una encrucijada. Las decisiones que adoptemos ahora pueden asegurar un futuro digno. Contamos con las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para limitar el calentamiento”.