Energías renovables: descubre qué son y qué tipos hay

¿Qué son las energías renovables?

Las energías renovables son aquellas que provienen de recursos naturales, que son capaces de reponerse antes de que se consuma, de ahí el concepto de renovable. Aparte de esta ventaja, suelen emitir un volumen menor de contaminantes a la atmósfera, a diferencia de otro tipo de energía. Otra ventaja a tener en cuenta es su disponibilidad: dado su origen natural se pueden obtener en distintos momentos y espacios de nuestro planeta. Su accesibilidad también condiciona su precio: suelen ser mucho más económicas que otro tipo de energías.

Las renovables también reciben el nombre de energías limpias o energías verdes por las cualidades que anteriormente hemos mencionado.

Hay que tener en cuenta que las energías renovables tienen límites. Es decir, son un recurso natural con potencial máximo de explotación, lo que quiere decir que no se puedan agotar.

Los seres humanos llevamos beneficiándonos de este tipo de energías desde el principio de los tiempos. Desde el uso del viento en los molinos a la navegación a vela son muestras del uso de la energía eólica.

Energías renovables y no renovables, las diferencias

Para distinguir entre energías renovables y no renovables, te marcamos las siguientes ideas:

• Las energías renovables se obtienen de recursos naturales que son capaces de reponerse. Las no renovables proceden de recursos finitos, que son susceptibles de agotarse, como, por ejemplo, el petróleo.
• Las energías renovables no proceden de combustibles fósiles, ya que estos son limitados.
• Las energías renovables tienen un exiguo impacto en el Medio Ambiente: su obtención apenas genera residuos ni gases contaminantes.

¿Qué son las energías no renovables?

Las energías no renovables, pues, son aquellas que carecen de posibilidad de reponerse. Los recursos que las generan son limitados y acabarán agotándose sin remedio.

Tipos de energías renovables

Existen muchos tipos de energías renovables. Vamos a aproximarnos a las principales.

Energía solar

La energía solar proviene del aprovechamiento de la radiación electromagnética del Sol. Es una de las energías renovables más antiguas: desde la orientación de las construcciones hasta los relojes de sol, pasando artilugios de guerra compuestos de espejos o lentes, que magnificaban la luz y la concentraban en un punto para atacar las embarcaciones enemigas y provocar incendios.

La humanidad ha ido desarrollando y mejorando tecnologías para el aprovechamiento del Sol: existen métodos activos como la energía termosolar o fotovoltaica, o pasivos como la arquitectura bioclimática que juega con la luz solar para priorizar la iluminación natural.

En la actualidad, la energía fotovoltaica está en plena expansión: la infraestructura necesaria ha mejorado su rendimiento y abaratado los costes. Según Greenpeace, la energía fotovoltaica podría suministrar un tercio de la energía necesaria para la humanidad en 2030.

Por ejemplo, China cerró 2021 con una potencia instalada de 308,5 GW, liderando el ranking de países con mayores potencias instaladas de energía fotovoltaica. España ocupa la séptima posición, con 18,5 GW, según la Agencia Internacional de la Energía. Se calcula que la potencia instalada en todo el mundo suma 942 GW, con datos de 2021. Además, la tecnología se va optimizando para que placas rindan más y sus residuos se minimicen.

Energía eólica

La energía eólica resulta del aprovechamiento de la energía cinética a partir del viento. Su generación es muy económica y se realiza a través de aerogeneradores. Como en el caso de la energía solar, los avances tecnológicos han conseguido que sus costes se reduzcan y su rendimiento aumente, además de no generar residuos (sus elementos pueden reutilizarse).

La potencia instalada en 2021 en todo el mundo ascendió a 837 GW. China es el país con mayor potencia instalada, con 339 GW. España se situa en el quinto lugar, con 27,5 GW de potencia instalada, apunta la Global Wind Energy Council (GWEC). Se trata de otra de las energías renovables en boga.

Energía hidráulica

La energía hidráulica aprovecha la energía cinética y potencial del agua en lugares como corrientes o saltos de agua, siempre en espacios de agua dulce. También ha sido un recurso utilizado por la humanidad desde la antigüedad, con molinos de agua o de mareas.

Para aprovechar este tipo de energía, se buscan lugares con caída natural de corrientes de agua o se construyen embalses donde se acumule el agua y se hace caer a voluntad. Al final de la caía se sitúa una turbina, que es accionada por el agua.

Energía geotérmica

La energía geotérmica supone el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra. Este calor se transmite a través de los cuerpos de roca caliente, o por medio de los procesos de conducción y convección. De esto modo interactúan aguas subterráneas y rocas, dando lugar a los sistemas geotérmicos.

Se trata de otro tipo de energía que se utiliza desde antaño, aprovechando aguas termales o géiseres. En la actualidad, existen distintos sistemas para aprovechar el calor, dependiendo de las temperaturas del agua. El más habitual es que se genere electricidad a través del movimiento de una turbina accionada por la fuerza del vapor de agua.

Energía mareomotriz

La energía mareomotriz implica en aprovechamiento de la fuerza de agua de las mareas. Se consigue a través de un alternador que transforma la energía cinética del agua. En este apartado tenemos que hablar también de la energía undimotriz, que aprovecha la fuerza de las olas. Estas energías renovables son las que tienen menor desarrollo y potencia instalada, por la complejidad de su infraestructura. Sin embargo, por sus características tienen una importante proyección.

Energía de la biomasa

La energía de la biomasa implica el aprovechamiento de material orgánico para la obtención de energía, a través de procesos químicos. Varía desde quemar madera para hacer una fogata hasta utilizar los residuos urbanos para generar energía eléctrica. También se tratan químicamente ciertos cultivos para obtener biodiesel.

Sin embargo, la biomasa plantea algunos dilemas a la hora de ser considerada una energía renovable. Si la materia prima proviene de residuos, no implica un agotamiento, por lo que tiene todos los puntos necesarios para ser una energía renovable y limpia. Pero si proviene de cultivos, sí implica un límite y puede acaparar recursos de manera ineficiente, por lo que su mayor desafío es la sostenibilidad.

Energía nuclear, ¿es renovable?

En la energía nuclear se obtiene energía a través de reacciones atómicas. Basada en investigaciones del siglo XIX y XX, comenzó a utilizarse en los años 50 del siglo pasado. Aunque sus emisiones son reducidas, genera desechos nucleares muy peligrosos para el Medio Ambiente. Además, la obtención de su combustible (habitualmente uranio), tanto en su proceso de extracción como en su enriquecimiento, genera gases y deshechos contaminantes y contamina agua.

Si nos centramos en el uranio, debemos tener en cuenta que existen unas reservas de este mineral conocidas y limitadas. Se calcula que hay uranio para alimentar las centrales nucleares de todo el mundo por unos 70 años más. Además, estas reservas están en manos de determinados países y su accesibilidad es relativa, con lo que su precio puede aumentar según el contexto mundial y la demanda.

No obstante, la Unión Europea (UE) ha optado por incluir la energía nuclear y el gas dentro de las “actividades económicas medioambientalmente sostenibles”, entendiendo que se tratan de energías verdes (pero no renovables).