Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el pasado mes de julio, la inflación en España alcanzó una tasa del 10,8 %, su valor más alto desde hace 38 años (1984). Este problema, que afecta a toda la sociedad, tiene su origen en diversos factores. Entre ellos, destacan algunos como el incremento del precio de los alimentos, las bebidas no alcohólicas, la ropa, el calzado y, también, de la energía.
Por eso, hoy queremos analizar el papel que está jugando nuestro sector, el energético, en la crisis económica actual. Y, partiendo desde esto, también destacar la importancia de ofrecer soluciones sostenibles, como la apuesta por una transición plena hacia recursos ‘verdes’. Medida que no solo podría ayudarnos a contener la inflación, sino que también nos empujaría a lograr una independencia energética de fuentes como el gas o el petróleo.
¿Cómo nos afectó la pandemia por COVID-19?
Lo primero es lo primero. Debemos entender qué es y cómo funciona la inflación. Básicamente, es un proceso económico que tiene lugar como resultado de un desequilibrio entre la producción y la demanda de los productos. Actualmente, la demanda es mayor que la producción, por lo que los precios suben y provocan que el dinero que se emplea para adquirirlos pierda valor.
La pregunta es: ¿A qué se debe esta gran reducción en la capacidad productiva de las empresas? Se podría decir que, en gran parte, todo comenzó en la pandemia de COVID-19. Las medidas de distanciamiento y el control sanitario provocaron que la economía mundial se paralizara durante meses.
Sin embargo, el Coronavirus no es el único culpable de la situación actual. De hecho, en 2020 ya había dudas sobre el impacto que este iba a tener en la inflación. Ahora, más de dos años después, podemos comprobar que ha habido otros nuevos elementos que han agravado aún más la crisis y han sometido a los mercados a una presión extrema.
La guerra de Ucrania, la ‘puntilla’ para una situación muy delicada
El desencadenante principal ha sido la Guerra en Ucrania. Las consecuencias desde su inicio han sido fatales en todos los aspectos. Pero, sobre todo, este conflicto ha desequilibrado de forma dramática el mercado energético internacional, ya que las sanciones económicas a Rusia han derivado en una crisis diplomática. De esta forma, Rusia ha reaccionado limitando el gas que exportaba a Occidente e incrementando considerablemente su precio. A esto se le suma el encarecimiento que han experimentado los derechos de emisión de CO2 durante los últimos meses. Tasas que la Unión Europea impone a las empresas por la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Todo lo anterior está haciendo que la energía sea cada vez más cara y la ha convertido en la principal causa de esta inflación. Así lo asegura el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que apunta que “por el rápido aumento de los precios, los productos energéticos representaron la mitad de las tasas de inflación del IPC de mayo de 2022”.
Para producir sus productos y servicios, las empresas necesitan energía. Por lo que, si los costes de estas se incrementan, los gastos de las industrias crecen. Lo que las obliga a subir los precios para compensar estos desajustes. Por tanto, los consumidores son los que al final pagan más las consecuencias del alza de precios en la energía.
¿Por qué las energías renovables son la solución más factible ante la inflación energética?
Las previsiones apuntan a que los precios del gas y de la luz van a continuar escalando ahora que se acerca el inverno. Por lo que la Unión Europea ya trabaja en una estrategia para intervenir el mercado con el fin de fijar unos límites para estas subidas. Todo ello, a la vez que los gobiernos de la mayoría de los países impulsan medidas para reducir el consumo de la población. Estas son acciones pensadas para solucionar el problema a corto plazo, pero debemos ir un paso más allá. Pensar en el futuro. Estas decisiones deben pasar por redoblar el compromiso para completar el proceso de transición energética hacia fuentes renovables.
Antes la pandemia, la Unión Europea ya se había marcado para 2050 el objetivo de rebajar sus emisiones contaminantes un 80 % por debajo de los niveles de 1990. Para ello, había establecido una serie de hitos intermedios (40 % en 2030 y 60 % en 2040). Así, la crisis energética que estamos viviendo está reafirmando la necesidad de cumplir con este compromiso para minimizar la dependencia del gas y disfrutar de un desarrollo sostenible.
¿Qué problemas debemos solventar para conseguir este cambio?
Conseguir el ‘cambio verde’ plantea tres problemas para el sector energético: la descarbonización, la reducción de costes y la dependencia de terceros. Pero, por suerte, el camino hacia las soluciones ya está definido. Debemos acelerar el proceso de transición energética y adelantar la llegada a las metas fijadas. Es tarea es de todos: gobiernos, empresas y ciudadanos.
Todos vamos a jugar nuestro propio papel, ya que los grandes cambios hay que hacerlos desde abajo. El medio ambiente necesita de nuestro compromiso para que actuemos desde el ámbito privado: en nuestro hogar, en nuestra empresa, en nuestra ciudad. Con la ventaja de que no solo saldrá ganando la sociedad, también lo haremos nosotros como consumidores.
Al final, apostar por las energías renovables es apostar por un futuro mejor para todos. Estas son inagotables, económicas, respetuosas con el medio ambiente y, lo más importante, son universales.
¿Qué pueden hacer los particulares y las empresas?
Desde Endesa, a través de Endesa X y Endesa X Way, queremos acompañar a todos usuarios, sean particulares, empresas o administraciones, en ese camino de la transición energética. Y que migren a un mundo energéticamente más sostenible, para promover en ellos también el cambio de paradigma y de transición que está experimentando el sector energético. “No solo descarbonizar la demanda sino también el consumo. ¿Y cómo?
Pues, desde Endesa X, ofrecemos soluciones para que puedan consumir de forma activa, eficiente y respetuosa con el entorno, como las encaminadas al ahorro este invierno en calefacción o a la instalación de aerotermia en el hogar, lo que permitiría tener la propia calefacción, el aire acondicionado y el agua caliente a precios más accesibles. También ayudamos a las instituciones y a los operadores de transporte del mercado a avanzar en el concepto del transporte urbano aprovechando la transición a los autobuses eléctricos (eBus).
También gracias al plan Net Zero, Endesa X trabaja para descarbonizar por completo las empresas para el año 2040. Este se adapta a las necesidades de cada compañía, posibilitando la implantación de medidas que estén a su alcance y que la permitan avanzar en esta dirección. De esta forma, la empresa puede lograr grandes ventajas, como el despliegue de una nueva capacidad renovable que haga 100 % libre de emisiones toda la actividad de generación o la hibridación de instalaciones renovables con tecnologías de almacenamiento y de producción de hidrógeno verde.
Pero hay otra pieza clave en este puzle y es el transporte. A través de la nueva línea de negocio Endesa X Way, facilitamos el viaje hacia la transformación global de la movilidad para todos los ciudadanos y la electrificación del transporte en nuestro país, que hoy por hoy sigue representando una cuarte parte de las emisiones globales.