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Muchas de las acciones realizadas por el ser humano a lo largo de los siglos han tenido -y siguen teniendo- un claro impacto en la salud del planeta. Entre esos efectos, conocidos como influencia antropogénica, y provocados por diversos motivos, como la deforestación o la industrialización, se encuentra la emisión de CO2, uno de los más nocivos.
Desde la segunda mitad del siglo XIX, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha ido aumentando hasta alcanzar los niveles actuales, incrementados de manera alarmante a finales del siglo pasado, a pesar de iniciativas como el Protocolo de Kioto. No cabe duda de que la descarbonización es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos en la búsqueda de un nuevo paradigma energético, más sostenible.
Mientras luchamos por conseguir un estado óptimo, es posible realizar acciones que minimicen el impacto de las emisiones. Por un lado, la innovación tecnológica es uno de los ejes principales para reducir las emisiones de CO2. En el caso de la generación de electricidad, por ejemplo, se pueden desarrollar sistemas de absorción de CO2 con microalgas para reducir las emisiones de la industria y producir productos biocombustibles o alimentos.
Por el otro, se pueden realizar inversiones económicas en proyectos que afectan positivamente a la atmósfera, relacionados habitualmente con la reforestación de algún terreno, con iniciativas centradas en la eficiencia energética o en la conservación de la biodiversidad, o con el uso de energías renovables en procesos o lugares donde antes solo se utilizaban combustibles fósiles. El objetivo: compensar la emisión de la cantidad de CO2 generada por nosotros mismos. O lo que es lo mismo, reducir nuestra huella de carbono, que no es otra cosa que la suma de emisiones de dióxido de carbono producidas por un producto, una empresa, un acontecimiento concreto o una persona física.
A continuación, os contamos algunos ejemplos de compensación de CO2 llevados a cabo por empresas españolas.
La aerolínea más longeva del país es una de las compañías nacionales que están apostando por la compensación de CO2. Para ello, ofrecen desde hace un tiempo en su página web un servicio gratuito a sus pasajeros, mediante el cual estos se pueden informar de cuál es la huella de carbono derivada de sus viajes aéreos. Si algún viajero desea compensarla, Iberia le permite realizar donaciones económicas con las que se llevarán a cabo proyectos de reforestación en España con especies autóctonas. La ONG Plantemos para el Planeta, cuyo objetivo principal es conservar nuestros bosques y fomentar la plantación de árboles, colabora activamente con esta iniciativa.
El popular banco también trabaja en este tipo de proyectos. Su “Plan Carbón Neutral” pretende haber compensado en 2018 todas las actividades de la compañía. Entre las acciones que han estado llevado a cabo con ese objetivo queremos destacar el Proyecto Hidroeléctrico Mariposas, que supuso la construcción de una central hidroeléctrica en Chile, que genera una media anual de 40 GWh de electricidad, y su apoyo a un plan de deforestación del departamento de Madre de Dios, en Perú, con el que se pretende facilitar la vida de los agricultores de la zona y frenar la tala indiscriminada de árboles en la selva del Amazonas.
Además, Caixabank ha tomado una serie de medidas internas para reducir su huella de carbono, como promover más reuniones virtuales para evitar viajes innecesarios, la concienciación de sus empleados mediante formaciones específicas o el uso de energías renovables para sus instalaciones.
Como compañía energética volcada en la innovability, también hemos desarrollado proyectos de compensación de CO2.
Por ejemplo, en la zona minera de As Pontes, realizamos la labor de reforestación, que supuso la plantación de 700.000 árboles en un total de 700 hectáreas de terreno. El objetivo: compensar las emisiones de dióxido de carbono de nuestra sede central en Madrid correspondientes a veinticinco años de uso.
También se pueden disminuir las emisiones generadas gracias a innovaciones relacionadas con generación de electricidad. Es el caso del proyecto Algae For Healthy World, (AFHW) donde desde el año 2006, con la colaboración de Endesa, se investiga la utilización de las microalgas en la captura de CO2 por su alta capacidad de absorción.
Otro proyecto en el que hemos participado recientemente ha sido el Desafío Asia Emisiones Cero, que tuvo como protagonista a Alicia Sornosa. Esta periodista y aventurera se embarcó en un viaje en moto por Asia para recaudar fondos con los que reparar los daños ocasionados por el terremoto que sacudió Nepal en 2015. Una vez concluido su periplo, el objetivo era compensar la huella de carbono del mismo: dieciocho toneladas de CO2. Esto se ha podido llevar a cabo gracias a la creación del bosque Twenergy -gestionado por nuestra comunidad online sobre sostenibilidad y eficiencia energética- en Valdequemada, en la sierra de Madrid, donde se han plantado trescientos árboles de diferentes especies. Uno por cada mecenas del proyecto de crowdfunding liderado por Alicia.
“Quiero devolver a la atmósfera el oxígeno que le robé.” – Alicia Sornosa
Por último, nuestro proyecto más reciente en este ámbito, gracias al cual hemos compensado todas las emisiones de la Junta de Accionistas del último año, ha sido el programa BPS (Biogas Support Program), realizado íntegramente en Nepal. Con el fin de reducir las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), hemos instalado en 60.000 casas de zonas rurales de ese país asiático modernas cocinas de biogás, la opción más eficiente, energéticamente hablando, para cocinar. Además de conseguir reducir nuestra huella de carbono, esas cocinas mejorarán con creces la calidad de vida de muchas familias.