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Este año, los corredores de la Vuelta Ciclista a España pedalearon por los alrededores de dos de nuestros lugares más emblemáticos, ambos en Galicia, y más concretamente, en la provincia de A Coruña.
El primero fue el Parque Eólico de A Capelada, de Enel Green Power, uno de los primeros parques de este tipo construidos en España, y que cuenta con casi cien aerogeneradores.
El segundo, el municipio de As Pontes de García Rodríguez, en la comarca del Eume, donde se encuentra el complejo eléctrico más grande de todo el país, que cuenta con una central térmica de ciclo combinado, una central térmica convencional, dos centrales hidráulicas y una instalación de energía solar.
Además, allí es posible contemplar un vasto espacio natural que cuenta con bosques, praderas y un gran lago, que representan el éxito de la readaptación del espacio minero de la localidad.
Desde 1976 hasta 2007, la mina a cielo abierto de As Pontes fue utilizada para obtener enormes cantidades de lignito (carbón fósil), el combustible necesario para hacer funcionar la central térmica del municipio. Durante este proceso, se crearon dos escombreras, una interior, de 80 héctareas y más de 90 millones de m3, y una exterior, mucho más grande, de 1.200 hectáreas y 720 millones de m3, y de 160 m de altura.
Para conseguir recuperar el impacto medioambiental de las excavaciones en la zona, se decidió llevar a cabo un plan de restauración con los siguientes objetivos:
El plan se centró en dos trabajos fundamentales para que se cumplieran todas las metas: la transformación de la escombrera exterior y la creación de un lago que anegara el hueco minero.
Respecto a la escombrera, las labores de readaptación comenzaron en 1985 y terminaron casi veinte años después. Para formar su cubierta se usaron grandes cantidades de limo arcilloso, cenizas producidas en la central térmica y las filitas (rocas pizarrosas) del borde de la escombrera. Además se construyeron varios taludes de poca pendiente (que cuentan con cunetas para recoger el agua) y 56 kilómetros de canales para proteger la escombrera de las escorrentías, corrientes de agua de lluvia que se vierten al rebasar un cauce o un depósito, y que son una de las principales causas de erosión en todo el mundo. Sobre la superficie se plantaron 600.000 árboles y se distribuyeron toneladas de abonos químicos y orgánicos para que pudieran germinar los más de 100.000 kilos de semillas sembradas.
En cuanto al lago, su agua procede del río Eume y tiene un perímetro de unos 18 kilómetros, un volumen de 547 hectómetros cúbicos y una profundidad máxima de 205 metros. Los cinco pequeños ríos desviados en su momento para llenar el lago (Illade, Meidelo, Maciñeira, Uz y Chao) han sido reintegrados, por lo que el sistema hidrológico ha vuelto a su estado original. También se ha construido una playa de más de 400 m de largo cerca del municipio de As Pontes, que permanece abierta al público, y dos islas artificiales en el interior del lago, una de 55.000 m2, destinada a ser una reserva ornitológica, y otra, más pequeña (13.000 m2), que se ha convertido en un lugar representativo de la flora arbórea de la región.
Gracias a todos estos esfuerzos por restaurar la zona, la fauna se ha integrado en ese nuevo ecosistema de manera natural. Actualmente conviven en libertad más de ciento noventa especies de vertebrados sobre el terreno, algunas bastante singulares. La presencia de rarezas como el ánsar piquicorto, la garcilla cangrejera o el morito común podrían conseguir que, en palabras de Ramón Valle, responsable de Medio Ambiente de Endesa,
"As pontes llegue a figurar como uno de los puntos de referencia nacional para los observadores de este tipo de aves."
La readaptación de As Pontes ha tenido un gran calado socialmente hablando: la restauración del espacio minero ha supuesto la creación de nuevas oportunidades de desarrollo social y económico en la zona. En septiembre del año pasado, el Concello firmó un convenio con Endesa, y ahora administran tanto la escombrera como el lago. Sus responsables pretenden aprovechar la creación de este nuevo entorno para potenciar el turismo local y renovar el municipio de As Pontes. Entre las iniciativas previstas se encuentran la construcción de una pista de karts y la creación de un museo etnográfico.
Por otro lado, el proyecto se ha convertido en un referente europeo en su ámbito, y ha obtenido además importantes galardones, como el IX Premio de la Fundación Fondo para la Protección de la Naturaleza (Fondena) o el Premio 5 DÍAS 2013 al mejor proyecto de responsabilidad social corporativa. En este último se valoró:
"El compromiso de la empresa con un lugar en el que ha operado durante años y como, una vez finalizada la actividad, mantiene la apuesta por regenerarlo y colaborar con la sociedad local para una reorientación de la actividad de la zona."
La renovación de As Pontes es solo uno de los muchos proyectos relacionados con nuestro compromiso con la protección del entorno rural. Actualmente estamos inmersos en varias iniciativas que tienen como fin la conservación y la mejora de la biodiversidad. Algunos de ellos son el proyecto LIFE, sobre la conservación y la gestión en las zonas de especial protección para las aves esteparias de Andalucía, el estudio sobre el hábitat del mejillón cebra en el tramo bajo del río Ebro, los trabajos de mejora de los bosques de la ribera del río Ter, el estudio de los efectos de la contaminación lumínica en los invertebrados del entorno de instalaciones de producción y transformación de energía eléctrica, el desarrollo de una base de datos internacional de biodiversidad (conocida como ModestR) o los planes relacionados con otra escombrera restaurada, en esta ocasión la de la central térmica del municipio almeriense de Carboneras.