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Las mujeres son todavía minoría en las carreras técnicas y también en los puestos de responsabilidad de las empresas. Una de las principales causas es la falta de referentes femeninos que inspiren a las niñas y jóvenes y favorezcan las vocaciones en el ámbito de la ciencia y la tecnología.
En Endesa contamos con excepcionales trabajadoras que no han dudado en aportar su experiencia para visibilizar sus puestos y mostrar que las generaciones más jóvenes también pueden ser matemáticas, especialistas de distribución e ingenieras, entre tantísimas otras profesiones técnicas.
Irene Navalón, Ana María Martínez y Alicia Mateo son los nombres de las tres profesionales que nos han mostrado su punto de vista sobre el papel de la mujer en una profesión tradicionalmente desempeñada por hombres:
Irene Navalón, ingeniera de mantenimiento predictivo
Cuando tenía 14 años, Irene ya sabía a lo que quería dedicarse de mayor. Quizá no conocía su nombre aún, pero había descubierto el mundo de la tecnología a través de su padre y, desde entonces, pasaba las horas montando y desmontando aparatos electrónicos. Su próxima parada estaba clara: la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla.
Al interés por el mundo de la tecnología se unió la curiosidad por la energía cuando, en tercero de carrera, el profesor de Irene le mostró las posibilidades de este campo. Ahora, ella tiene 28 años y es ingeniera de mantenimiento predictivo dentro del área de soporte técnico para centrales térmicas y ciclos combinados.
“Yo sabía que lo que estudiaba y para lo que me formaba era un mundo con mayoría de hombres, pero nunca me ha importado trabajar con ellos; de hecho, me ha dado fuerzas para seguir haciéndolo y romper la barrera. Mi reacción ha sido la de tratar de cambiar esta realidad. No me da miedo, al contrario, quiero cambiar esto con mi propio ejemplo”
Irene Navalón, ingeniera de mantenimiento predictivo
Una beca de la Fundación Universidad-Empresa dio la oportunidad a Irene de entrar en Endesa. En esa época ganó el premio MOVERS by FUE, gracias al que pudo formarse en la Universidad Central de Florida durante una semana, donde llegó a visitar la NASA y a disfrutar del lanzamiento del Falcon 9 de Elon Musk.
Su trabajo se enmarca dentro del área de Soporte Técnico para centrales térmicas y ciclos combinados, donde realiza diagnósticos dinámicos haciendo análisis de vibraciones. “Damos soporte a las centrales analizando vibraciones, porque estas avisan cuando hay un problema en una máquina antes de que sea un fallo fatal”, dice Irene.
Es consciente de que en las centrales hay muchos más hombres que mujeres. Es algo que ella ya imaginaba cuando veía la proporción de estudiantes en las clases de ingeniería. Sin embargo, también matiza que la situación está empezando a cambiar.
“Cuando voy por las centrales, casi todos los compañeros con los que trato son hombres. Pero, por ejemplo, en la central de ciclo combinado de San Roque hay tres mujeres que son jefas de turno. Puede que sea una excepción, pero ya es síntoma de que algo ha cambiado”
Irene Navalón, ingeniera de mantenimiento predictivo
Ana María Martínez, especialista de distribución
Resolución de averías, disparos en la red y maniobras en los centros de transformación. Ana María es especialista de distribución en Endesa desde hace una década, pero su pasión por el sector llegó a través de alguien cercano. “Un familiar mío, ya jubilado, se dedicaba a esto, el suyo desde siempre era un trabajo que me fascinaba y más aún cuando empecé a trabajar en una ingeniería que trabajaba para Endesa. Allí me dediqué durante 10 años a proyectos de ingeniería y eléctricos, y tuve claro que era lo que me apasionaba, a lo que quería dedicarme”.
En su primer intento por crear una carrera profesional en el sector energético se encontró con un obstáculo a batir: necesitaba un título de la universidad. Ana María empezó a estudiar pero tuvo que abandonar la carrera cuando fue madre.
Pero ese no sería su último intento de ejercer la profesión que quería. “En un segundo momento salieron unas categorías que no precisaban estos estudios y fue cuando lo volví a intentar y lo conseguí”, comentaba Ana María en la entrevista.
En el área de explotación de Barcelona Norte, ella es la única mujer dentro de un equipo de 20 personas, pero no es la única en el edificio. Junto a Ana María trabajan dos compañeras más, que aunque están destinadas a distintas zonas, comparten espacio.
“Todas entramos a la vez. Desde el principio nos lo pusieron muy fácil; desde la ropa, que adaptaron a nuestras tallas y exigencias. Desde el primer momento me sentí como una más en el equipo”
Ana María Martínez, especialista de distribución
Alicia Mateo, responsable de previsión y gestión de la demanda
Matemáticas fue la carrera elegida por Alicia Mateo, que en la actualidad se dedica al análisis de datos a través de técnicas de machine learning y de advanced analytics. El nombre de su puesto es Chapter Leader Advanced Analytics Market y, en sus propias palabras, está basado en la obtención de “la previsión del consumo de los clientes en el corto y largo plazo a través de los millones de datos que recibimos de los contadores inteligentes”.
“En el corto plazo, necesitamos estas previsiones para poder hacer las compras de energía en el mercado mayorista. Por ello necesitamos saber con antelación (un día antes al menos) cuánto van a consumir nuestros 10 millones de clientes hora a hora”
Alicia Mateo, responsable de previsión y gestión de la demanda
Desde 2008, Alicia Mateo ha trabajado en la compañía como responsable de previsión y gestión de la demanda. Diez años llenos de pasión que deja entrever cuando habla de su trabajo y de su trayectoria: una licenciatura en matemáticas, un doctorado, una beca en el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de ICAI…
La carrera profesional de Ana María no ha sido sencilla, pero su entusiasmo y curiosidad por el aprendizaje le han servido de gran ayuda. De hecho, actualmente ocupa un papel fundamental en la Comunidad de Expertos de Datos y colabora con universidades como ICAI, Oxford, MIT y Uc3m con el objetivo de mantenerse al día.
Alicia dice haber estudiado y trabajado en un entorno con mayoría de hombres. Es madre de tres hijos y, si la preguntan por la conciliación, dirá que es un concepto que debe estar basado en la búsqueda de equilibrio y no en la obligatoriedad de la elección: “Encontrar el punto en el que tú te encuentres bien con tu trabajo y con tu familia. Si eliges, ya estás renunciando a algo y esta renuncia puede ser igual de perjudicial, tanto si eliges una cosa como la otra”. La maternidad “requiere un esfuerzo extra inevitable para poder seguir el ritmo”, pero afirma que no por ello se ha sentido en inferioridad por ser mujer.
La conciliación y la igualdad deben estar presentes en la empresa para continuar la búsqueda del equilibrio y la corresponsabilidad en la sociedad, así como para lograr que más mujeres accedan al sector a través de formaciones técnicas. Alicia, Irene y Ana María son tres ejemplos que pueden servir como referentes para inspirar a las próximas generaciones.