
Transformando el entorno rural
El proyecto COMPOST-IN ha logrado ampliar las oportunidades laborales de las personas con discapacidad en el mundo rural. A través de este programa, fruto de la alianza entre la FUNDACION JUAN XXIII y Endesa, más de 300 personas con discapacidad intelectual han tenido la oportunidad de formarse en compostaje y tareas ambientales en plantas renovables. COMPOST-IN combina la formación online con prácticas reales, reforzando competencias digitales y facilitando la inserción laboral en zonas rurales.
Por Alberto Muñoz
¿A qué nos dedicamos en el Centro de Formación Profesional de FUNDACIÓN JUAN XXIII?
El Centro de Formación Profesional de FUNDACIÓN JUAN XXIII es pionero en ofrecer soluciones formativas a personas en situación o riesgo de vulnerabilidad psicosocial, prestando especial atención a aquellas que presentan necesidades educativas especiales por su discapacidad intelectual y/o enfermedad mental.
En este sentido, hace quince años comenzamos a adaptar los Certificados Profesionales, ampliando su duración con el objetivo de favorecer la adquisición de los conocimientos teóricos y prácticos asociados.
Asimismo, también desarrollamos programas formativos en colaboración con diferentes empresas, como es el caso de Endesa y, por último, a partir de 2025 asumiremos el reto de ampliar la duración de los Ciclos Formativos.
Por todo ello, somos los principales actores en ofrecer Formación Profesional accesible e inclusiva para todas las personas.
COMPOST-IN, generando oportunidades laborables para personas con discapacidad intelectual del entorno rural
Además de la ejecución de nuestra actividad formativa, cabe destacar uno de los proyectos clave que hemos desarrollado junto a Endesa desde 2022 en todo el territorio nacional, dirigido a personas con discapacidad intelectual y en un formato inminentemente online: el proyecto COMPOST-IN.
Este proyecto se desarrolla construyendo alianzas con entidades locales, como ha sido el caso, por ejemplo, de Plena Inclusión de Villafranca de los Barros y el Centro Ocupacional Proserpina de Mérida. Estas organizaciones se encargan de desarrollar y ofrecer a sus alumnos esta acción formativa, bajo la acción tutorial de FUNDACIÓN JUAN XXIII.
Para ello, el curso ha sido diseñado en un formato accesible, favoreciendo que los contenidos puedan ser asimilados por los participantes. Asimismo, la acción tutorial también se desarrolla con las entidades locales, encargándose la Fundación de formar al personal para facilitar el desarrollo e implementación de los diferentes contenidos en un entorno real. En este sentido, lejos de tratarse de un curso meramente teórico, la formación conlleva la adquisición de destrezas y competencias prácticas, complementando los contenidos con actividades de campo como, por ejemplo, el uso de la compostera, desbroce y gestión de residuos generados en los centros de referencia.
Gracias a este proyecto conjunto entre Endesa y FUNDACIÓN JUAN XXIII, hemos logrado que más de 300 personas con discapacidad intelectual del entorno rural puedan acceder a una formación de calidad, situándoles en el centro de los procesos de transición ecológica, transformación digital y del desarrollo rural.
- En relación con el proceso de transición ecológica, la formación en concreto está enfocada en el compostaje y mantenimiento de la pantalla forestal en plantas renovables, sobre todo en las instalaciones fotovoltaicas. En este sentido, la formación permite que el alumnado adquiera los conocimientos y competencias necesarias para llevar a cabo diferentes tareas que favorezcan la atenuar el impacto medioambiental de la instalación.
- En cuanto a la transformación digital, según el Instituto Nacional de Estadística, solo una de cada tres personas con discapacidad intelectual utiliza internet de manera frecuente. Esta situación tiene un mayor agravamiento en las zonas rurales, en las que la disponibilidad de recursos tecnológicos es más limitada y, por tanto, la participación de las personas con discapacidad intelectual también. Por ello, la oferta de formación online permite un mayor acercamiento a la tecnología de este colectivo, permitiendo que los participantes adquieran también las competencias digitales mínimas que se exigen actualmente en cualquier puesto de trabajo.
- Por último, la competencia y especialización que demanda el mercado laboral también afecta a la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual. En este sentido, si ya en las grandes ciudades las oportunidades de formación adaptada son limitadas, en el entorno rural esta desigualdad no hace más que acrecentarse, en tanto en cuanto, la disponibilidad de los recursos no es la misma. En este sentido, COMPOST-IN ha permitido que tan solo el primer año del proyecto se inserte el 39% de los alumnos, de los cuáles el 8% fueron en plantas de energía renovable.
En definitiva, esta gran alianza entre FUNDACIÓN JUAN XXIII y Endesa supone la generación de oportunidades laborales para este colectivo, superando las barreras que separan a las personas con discapacidad intelectual del entorno rural de una formación profesional de calidad, adaptada y que genere valor en el mercado laboral más inmediato de su entorno.
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