
Verlo siempre en Español
Verlo siempre en Español
La movilidad urbana está experimentando una profunda transformación. En muchas grandes urbes, los ciudadanos están comenzando a asumir que el modelo actual de posesión y uso de un vehículo privado, en muchos casos, conlleva un coste muy alto en contaminación, consumo energético y ocupación del espacio público.
La transición a un sistema de movilidad más sostenible pasa por una serie de requisitos como la expansión de la red de recarga para vehículos eléctricos, el desarrollo de nueva legislación específica y el fomento de opciones de transporte inteligente, como el carsharing.
El transporte de pasajeros en las ciudades españolas es responsable del 70-80% del consumo de energía y emisiones de este sector, según las conclusiones del estudio Ciudades energéticamente sostenibles: la transición energética urbana a 2030 desarrollado por Deloitte.
Este, a su vez, está muy condicionado por el tamaño del núcleo urbano y de su área metropolitana, cuyos habitantes se desplazan a diario por estudios, trabajo, ocio, compras o asuntos personales.
Según las conclusiones del informe de Deloitte, para priorizar la penetración de actuaciones en este sector se debe tener en cuenta la reducción de emisiones GEI de cada una de ellas, la disminución de atascos y congestiones en la ciudad, la liberación del espacio público y la mejora de la calidad del aire.
En base a estos criterios, la principal medida a desarrollar sería el cambio modal de transporte, bien a transporte público o a medios no motorizados, como la bicicleta, los patinetes eléctricos o caminar. En el caso del cambio a transporte público, se conseguiría reducir las emisiones por pasajero un 70% en el caso del autobús convencional, y más del 90% en el caso de tren y metro.
Otras iniciativas pasan por el uso de sistemas de movilidad inteligente, como el carsharing o el carpooling y el fomento del vehículo eléctrico. Aunque las ventas de este último se han multiplicado en España, con un crecimiento del 41% en 2018 según cifras de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, solo representan un 6,4% del total, situándose todavía muy lejos de los coches diésel (36,6%) o los de gasolina (57,1%). Para impulsar este punto, Endesa ha lanzado el plan más ambicioso para impulsar la movilidad eléctrica que se haya puesto en marcha en España, desplegando más de 8.500 puntos de recarga públicos en el período 2019-2023 con una inversión de 65 millones de euros.
También se propone desincentivar la circulación de los vehículos más antiguos y contaminantes, ya que el 40% de los turismos españoles no alcanzan las especificaciones mínimas para tener un distintivo medioambiental de la DGT. Además, esto supondrá un incremento relevante de las ventas de turismos de entre un 10 y un 30%, con la adopción cada vez más alta de coches autónomos y conectados.
Por último, se recomienda el cambio de los vehículos de transporte público a otros menos contaminantes, como por ejemplo los autobuses de gas natural, eléctricos, o los equipados con sistemas de limpieza de gases de escape.
Los niveles de contaminación y consumo energético del transporte de pasajeros hacen que este deba ser el foco principal de las actuaciones a realizar. El tipo de medidas a desarrollar en el sector transporte dependerá fundamentalmente del tamaño de la ciudad, del peso de las áreas metropolitanas en comparación con el centro de la ciudad y de la orografía.
Para incrementar la sostenibilidad energética de este sector, el estudio de Deloitte propone las siguientes recomendaciones a ayuntamientos y Administraciones municipales: