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Cómo reducir tu huella personal con pequeños gestos
Cada vez menos personas dudan de que la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta el ser humano es el cambio climático. Sabemos cuál es la realidad que nos rodea, pero ¿somos conscientes de que todavía estamos a tiempo para frenar sus peores consecuencias?
Basta con cambiar ciertos hábitos en nuestra vida privada y profesional. Cada gesto cuenta en una suma cuyo resultado debe ser un planeta más saludable para nuestros hijos y nietos.
Cuida el medio ambiente desde tu oficina con estas siete acciones
Minimizar el impacto medioambiental con pequeñas acciones en nuestro día a día debe ser una prioridad para todos nosotros.
¿Y qué podemos hacer nosotros para reducir la huella de carbono, es decir, el impacto provocado por nosotros mismos en el medio ambiente? Existen muchas medidas, entre ellas, mudar algunos de nuestros hábitos.
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” -. Eduardo Galeano
Pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando, bien desde casa o desde la oficina, así que es allí por donde debemos de empezar a reducir el impacto ambiental de nuestras acciones. En nuestros puestos de trabajo también podemos poner en práctica la regla de las 3R para cuidar el medio ambiente: Reducir, Reciclar y Reutilizar.
¿Y qué pequeñas acciones que puedes poner en práctica en tu día a día?
Apagar el ordenador y otros aparatos cuando no vayan a ser utilizados
Seguro que eres consciente de la multitud de aparatos eléctricos y equipos informáticos que permanecen en reposo cuando no se utilizan. Apágalos siempre y cuando sepas que no van a ser usados en varias horas. Ahorrarás costes y también servirá para reducir el consumo de la electricidad que sirve para mantener en standby una máquina a la que no se le está sacando partido.
Existen dos ejemplos muy claros con los que podrás ahorrar mucha energía:
- La luz roja que permanece encendida en los monitores. Aunque no estén funcionando en ese momento, la energía que consumen es muy importante a largo plazo. La mejor solución es desenchufar el aparato, si se trata de un televisor, o apagar por completo la pantalla del ordenador cuando este no se use.
- Los cargadores. Existen muchos aparatos que no disponen de esa luz roja para indicar que están gastando energía. Sin embargo, sí lo hacen ya que existe un transformador interno que genera consumo. Es el caso de los cargadores en general. Cuando no tienen un dispositivo conectado siguen gastando electricidad. Lo mejor que puedes hacer es desenchufarlos.
Evitar emails con mensajes innecesarios
¿Sabes que los correos electrónicos también contaminan? Cuando enviamos un email se precisa energía para alimentar los centros de datos, los ordenadores u otros dispositivos necesarios para filtrar, leer o entregar los mensajes. El uso de todos estos aparatos implica la emisión de dióxido de carbono.
¿Sabías que si cada persona prescindiera de un solo correo de estos a la semana se dejarían de emitir a la atmósfera 16.433 toneladas de dióxido de carbono al cabo de un año?
A la vista de estas cifras, la conclusión está clara. Evita enviar correos electrónicos que no aporten nada al destinatario: “Gracias”, “Recibido” o “Feliz fin de semana”, etc. De esta forma reducirás la huella de carbono de una forma mucho más significativa de lo que a primera vista parece.
Optimizar el uso de papel
El papel es uno de los materiales más habituales en cualquier centro de trabajo. Siempre que puedas reutiliza aquellas hojas que ya han sido usadas con anterioridad: para tomar notas durante una reunión o una conversación telefónica o apuntar datos útiles para tu trabajo.
Recuerda además que no es necesario imprimir todos y cada uno de los correos electrónicos que recibas. La mayor parte de la información que recibes a través de estos puede ser almacenada en la nube. Imprime solo si es absolutamente indispensable.
Y usa contenedores específicos para depositar todos aquellos papeles o cartones que ya no pueden ser reutilizados.
Impresoras multiusos
Existen impresoras que consumen la mitad de energía que otras y que además realizan varias funciones: imprimen, fotocopian y escanean. Es decir, que una sola máquina puede hacer la tarea de tres, por lo que el consumo de electricidad es mucho menor.
Además, recuerda que también se pueden reciclar los cartuchos de tóner y tinta.
Tazas de café y botellas reutilizables
Da una segunda vida a los enseres que tengas y evita en la medida de los posible utilizar envases de un solo uso. Di no a las botellas de plástico y sí a las botellas y envases reutilizables.
Usa la luz natural siempre que puedas
Siempre que sea posible apaga las luces y aprovecha la luz natural que entra por las ventanas. Si no puedes aprovecharte de un espacio que dé al exterior, usa bombillas de bajo consumo.
Las bombillas LED gastan hasta un 80% menos de electricidad y su duración es mayor que otras. Son reciclables y no contienen tantos elementos contaminantes.
Vigila la climatización
Sigue estos consejos para no gastar tanta energía con la calefacción o el aire acondicionado:
- Baja la temperatura de la calefacción. Con un solo grado menos habrá 300 kg menos de emisiones de CO2. El Gobierno recomienda mantener el termostato a 19 grados, como temperatura óptima para ahorrar energía.
- En cuanto al aire acondicionado, la temperatura nunca deberá ser excesivamente baja ya que el consumo energético acabará por dispararse. Para evitar esto baja las persianas los días que haya mucho sol y si, aun así, debes encenderlo cierra bien puertas y ventanas para que el calor no entre y la zona se enfríe más rápidamente. Las recomendaciones actuales indican mantener el aire acondicionado a una temperatura de 27 grados.
- Usa ventiladores en vez de aparatos de aire acondicionado, su consumo energético es mucho menor.
Plantas purificadoras
Existen plantas que ayudan a reducir los agentes contaminantes que pueden flotar en el ambiente. Purifican el aire y no todas necesitan la luz natural directa para poder sobrevivir.
Con cada una de estas acciones, por pequeñas que sean, estarás contribuyendo a minimizar el impacto en el medio ambiente. Cuando te desplaces a tu puesto procura usar vehículos no contaminantes y, si no fuera posible, emplea el transporte público con seguridad. El objetivo es evitar la emisión de CO2. a la atmósfera siempre y cuando sea posible.