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La huella de carbono es la marca que dejamos en la Tierra a través de nuestras emisiones (directas o indirectas) de gases con efecto invernadero. Se mide en toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera y dice poco a favor de nuestra civilización.
No todo es culpa de inmensas máquinas y grandes corporaciones. Tú también contaminas. Sí, tú con tu vida cotidiana vas dejando un rastro mediante pequeñas acciones diarias y contribuyendo a incrementar la cifra global de CO2 presente en nuestro medio ambiente.
Entre todos (unos mucho más, otro menos) ponemos en peligro la sostenibilidad del planeta. Desde el uso de una bolsa de plástico a rociarnos con un desodorante hay infinidad de cosas que hacemos, casi sin percibirlas, y que están contribuyendo de una forma constante al deterioro del medio ambiente.
“Un hogar español medio, entre todas sus actividades, emite más de 12 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.”
En la mayoría de los casos podemos hacer una gran contribución personal ordenando nuestras costumbres y descartando de nuestra vida aquellas que son prescindibles o sustituibles por otras que no tengan la misma repercusión en el medio ambiente.
Antes de pasar a ver cómo podemos reducir nuestra mancha, sería interesante poder determinar, de forma sencilla, cuál es nuestra contribución anual a las emisiones de CO2 en la atmósfera.
Sorprende comprobar cómo nuestra vivienda, solo con el consumo eléctrico y sin otras fuentes de energía, puede generar unas emisiones de CO2 equivalentes a más de 3 toneladas, en el caso de una sola persona, o cómo un vehículo de tipo medio que circule unos 15.000 Km al año puede emitir 2,5 toneladas.
Antes de hacer estos cálculos parecía que una tonelada de CO2 fuese una cifra de emisiones que solo pudiésemos alcanzar entre muchos y, sin embargo, hemos podido comprobar el importante impacto individual de nuestras acciones.
Pero si estas son capaces de repercutir con cifras tan importantes en el bienestar de nuestro planeta, parece evidente que si las corregimos se producirá un efecto de reducción de igual magnitud.
Si queremos más planeta, tenemos que cortar por algún lado. Necesitamos menos consumo de estos 3 elementos:
Aunque la electricidad es una de las energías menos contaminantes, también es de las más utilizadas, y eso provoca que nuestra vida este plagada de rutinas en las que estamos generando un consumo que podríamos evitar.
Los plásticos y microplásticos, además de generar altas emisiones de gases nocivos en sus procesos de elaboración, son prácticamente indestructibles y causan un gran impacto en los ecosistemas. Por eso debemos:
Buena parte de las emisiones de CO2 a la atmósfera provienen de los tubos de escape. En concreto, el automóvil propulsado con combustibles fósiles (gasolina, diésel) es el vehículo menos eficiente, al ser el que más emisiones genera por cada viajero transportado:
El coche eléctrico es, sin duda, el futuro de la sostenibilidad. En Endesa ya contamos con una tarifa 100% verde con la que pagas lo mismo mes a mes independientemente de tu consumo.