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El objetivo del sector energético a 2030 es reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero sobre los valores de 1990. Para ello, en esta década necesitaremos acelerar el proceso de transición energética desde fuentes fósiles hacia renovables, logrando así un kilovatio neutro en carbono al final de esta.
Por Rafael Sánchez Durán
Estamos comprobando cómo al calentamiento del planeta se unen nuevos retos relacionados con la seguridad de suministro. La crisis del gas tras el periodo de pandemia y la invasión de Ucrania han traído al primer plano esta necesidad. Junto al cambio climático la transición hacia fuentes renovables locales permite reducir la dependencia energética del exterior tras estos graves episodios.
A mediados de este siglo es preciso que hayamos duplicado el peso de la electricidad sobre el total de la energía final que, según diferentes escenarios, deberá alcanzar entre el 50% y el 60%, pero el cambio de ritmo se tiene que dar en esta década a la que denominaremos la “década de la electrificación”.
La electricidad se abre paso en sectores como el transporte, la industria y la edificación en una nueva revolución industrial, la denominada cuarta por Klaus Schwab, economista jefe del Foro Económico Mundial. Si en la pasada década la aparición de internet revolucionaba cada sector, en la presente década la “e” de eléctrico acompañará las nuevas claves que desarrollen la sostenibilidad, como nuestras eCities, ePorts, eMobility, eIndustries, eHome…De este modo, la transición energética toma el testigo de la transformación digital.
La sociedad necesita una energía renovable, autóctona, pero que al mismo tiempo siga siendo asequible y fiable. Nuestro esfuerzo es estratégico por lo necesario y desafiante que serán los retos que aún quedan por resolver.
La electricidad puede reinventarlo todo, la movilidad, el confort de nuestros espacios e incluso puede ir evolucionando desde modelos basados en la propiedad hacia otros colaborativos y, en definitiva, circulares.
Con el descubrimiento del fuego sin duda alcanzamos un nuevo estatus evolutivo, pero ahora estamos reinventándolo, como expusiera Armory Lovins, jefe científico del Rocky Mountain Institute, en “Reinventig Fire”.
Lo eléctrico está en plena transformación, en la presente década estamos cerrando el carbón y en la siguiente será el gas, en el camino tendremos que resolver aun los retos de la seguridad de suministro con soluciones basadas en la flexibilidad y el almacenamiento. A mediados de esta década habremos recorrido gran parte del camino, eliminado también las barreras a la movilidad sostenible, con soluciones de recarga rápida y ultra rápida que hagan que circulen más de 11 millones de vehículos eléctricos en Europa.
En esta década de la electrificación no debemos caminar solos, nuestra capacidad inversora y de transformación serían insuficientes si no vienen acompañadas de un modelo basado en la colaboración y alianzas con nuestro entorno local. La transformación de redes y mix eléctricos son solo una parte.
El consumidor de la década anterior deberá evolucionar hacia un ser “prosumidor eficiente” que, incluso en los “mercados transactivos futuros”, formará parte de la seguridad de suministro gracias a nuestras redes inteligentes.
Endesa será clave en el avance hacia el “Cero Neto en 2050” de nuestro país, para ello estamos subiendo el ritmo, acelerando para tomar la ola que avanza en este momento, tomando conciencia de la importancia de la tecnología y el uso de los datos como aliados.
Será una década de grandes avances, de grandes esfuerzos, pero tenemos los recursos necesarios: el sol, nuestro aliado, inagotable, que sale y se pone cada día en nuestras calles sin necesidad de importarlo; y el talento de las personas de Endesa, nuestra mejor carta de presentación, de conocimiento y de experiencia.
Con todo ello conseguiremos que esta década sea “La década de la electrificación”.