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El suelo gris
“El suelo es gris. Seco y duro como el lignito que durante décadas alimentó las calderas de la central. Eso las hace distintas a todas las demás.” Con estas palabras describía un compañero de Endesa el entorno donde se comenzaba a construir la planta solar Sedéis V. Luego vendría otra llamada Mudéjar.
Hace algunos años, en la presentación del libro "De carbón es la luz", celebrada en la Casa de la Cultura de Andorra, ninguno de los allí presentes, gente del entorno, trabajadores de la central y yo mismo, imaginó que los espacios de Valdeserrana, Mas de Perlé y Parque de Carbones, es decir, lo que eran los vertederos de carbón donde se almacenaba ese oscuro mineral que ha dejado su huella en el terreno, albergarían las dos primeras plantas solares de Endesa en el perímetro de la antigua central térmica.
El entorno ahora es un ir venir de camiones, de técnicos trabajando, de caras nuevas que toman su café caliente en los bares de Andorra y pueblos del entorno. Centenares de rostros que como pequeñas hormigas levantan ahora las estructuras que atraparán el sol de Teruel para convertirlo en energía, del mismo modo que se hizo durante cuarenta años en la central, pero ahora con energía limpia.


Sedeis V y Mudejar precederán a catorce instalaciones más, de distintas tecnologías, que se construirán, estas sí, dentro del Nudo de Transición Justa Mudéjar, el mayor proyecto renovable de Endesa en la Península Ibérica, y uno de los proyectos sociales que más marcará a la zona.
El verano pasado se cumplieron cuatro años desde el cierre de la central térmica de Andorra. ¡Cómo pasa el tiempo! Ese momento puso fin a la industria del carbón en Teruel e impulsó una reconversión socioeconómica sin precedentes, escribiendo así un nuevo capítulo en la historia de la región.
Endesa, referente durante décadas en la zona, presentó meses después del cierre un ambicioso proyecto por el que pasaría de producir energía con carbón, a generar energía limpia. El plan era y es diferente, no solo por su tamaño, sino también por pionero.
De hecho, es el primero que se desarrolla en España y a nivel europeo y referencia mundial en materia de transición energética. Va a generar actividad y riqueza en todos los sectores asociados. Es sostenible y responsable y antepone la protección del entorno, en toda la amplitud del concepto, y la protección de los ecosistemas. Su desarrollo se basa en un profundo conocimiento técnico y ambiental y en una inédita dimensión social. Tendrá éxito.
Sedéis y Mudéjar han sido los primeros. Vendrán más. Hoy la luz ya no es de carbón, pero sigue siendo luz.