Verlo siempre en Español
Que tu entorno de trabajo sea eficiente te ayudará sin lugar a dudas a ser más productivo en el trabajo. Seguro que conoces la sensación de haber estado todo el día activo pero sin haber conseguido nada. Eso se llama un día improductivo y revela una organización ineficiente del trabajo. ¿Cómo solucionarlo?
1. El orden de las cosas sí que altera el producto
¿Eres ordenado o tu mesa está siempre repleta de papeles, notas, post-it, y no hay sitio ni para la taza de café? Es precisamente por aquí por donde debes empezar a cambiar tu entorno de trabajo. Aunque parezca anecdótico, no lo es. Una mesa desordenada garantiza una agenda desordenada, un día desordenado… y una mente desordenada.
"El orden de tu mesa facilitará tu comodidad y la rentabilidad del trabajo que hagas."
2. La luz del sol hace crecer las ideas
La siguiente pregunta es la cantidad de luz natural. Tu objetivo debe ser trabajar en un entorno con el máximo posible de luz solar indirecta. Si debido a la orientación del inmueble esto es difícil o imposible, instala una lámpara de mesa para cuando necesites concentrarte en algún documento y una lámpara de pie para la luz de ambiente. Para un trabajo eficiente, usa bombillas de bajo consumo.
En las ventanas instala estores o cortinas que dejen pasar claridad y eviten el molesto deslumbramiento, principalmente si trabajas con el ordenador o pantallas.
Además debes procurar organizar tu día en función del sol. ¿Suena raro? La humanidad lleva haciéndolo desde el origen de los tiempos y ha dado buenos resultados, convirtiéndonos en la especie más productiva. Cuando amanece, se empieza a trabajar. Cuando se oculta el sol, se para.
De esta manera conseguirás imponerte un horario, algo especialmente útil y saludable cuando se trabaja desde casa.
"Pasar muchas horas ante el ordenador no es productivo. Lo eficiente es pasar solo las horas necesarias."
3. Ni frío ni caliente, eficiente
La temperatura de tu entorno de trabajo es un factor importante. Si se te va la mano con la calefacción sufrirás de sequedad en las mucosas, piel irritable e incluso dolores de cabeza, por no hablar del derroche energético que acabará pasándote factura (literalmente). Si pones el aire acondicionado demasiado alto también sufrirás consecuencias negativas en tu salud y tu bolsillo.
La solución es acostumbrarte a trabajar a estas temperaturas:
- Con la calefacción encendida: a 21ºC como mucho, siendo recomendable que te abrigues un poco más y bajes a 20ºC. Tu bolsillo lo va a notar.
- Con el aire acondicionado encendido: nunca por debajo de 25ºC.
- Con todo apagado: es la situación ideal para la eficiencia energética y debes aprovecharte de los momentos otoñales y primaverales en los que tu casa consiga mantenerse por sí misma entre los 19ºC y los 26ºC, un rango de temperaturas al que deberías poder trabajar agradablemente si adaptas tu vestimenta a las circunstancias.
"La habitación en la que trabajes debe estar bien aislada para que tu energía no se desperdicie."
4. Menos papel, más tecnología
En estos tiempos ya no tiene sentido depender de los folios y el bolígrafo. Puedes seguir recurriendo a ellos para ciertos momentos de inspiración o para abordar tareas concretas y diferenciadas, pero lo ideal es que te muevas a lo digital.
El almacenamiento en la nube, la introducción de la tecnología en todas las facetas de la vida laboral, la digitalización, la gestión electrónica de documentos… Todo esto permite crear lugares de trabajo más inteligentes y eficientes, en la oficina o fuera de ella.
La tecnología te permitirá también una comunicación perfecta con tus compañeros de trabajo y jefes. Tu vida laboral solo va a mejorar gracias a aplicaciones cada vez más eficientes que garantizan diálogos fluidos, reuniones a distancia, trabajar conjuntamente en documentos en línea… El fruto de todo esto será más productividad.
"Para aprovechar las ventajas del teletrabajo necesitas estar al día y conocer el software de comunicaciones y productividad que te facilita la vida."
5. Tu casa no es tu trabajo
El último mandamiento del teletrabajador pero posiblemente el más importante para tu salud mental. Puedes trabajar desde casa, pero no puedes vivir en el trabajo. Es imprescindible que diferencies tu espacio de trabajo del resto de tu hogar. De lo contrario, tu espacio vital y tu espacio laboral empezarán a fusionarse de manera peligrosa.
Si no puedes dedicar toda una habitación a tu entorno de trabajo, escoge un rincón perfectamente equipado y decóralo de manera eficiente.
- Solo los muebles estrictamente necesarios para trabajar.
- Decoración alegre pero muy sencilla, sin estridencias.
- Minimizar los focos de interrupciones: si convives con alguien, infórmale de que estás trabajando y no puede molestarte por cualquier minucia.