
Verlo siempre en Español
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El fraude eléctrico en España tiene un impacto mayor de lo que podemos pensar. Solo en 2024, nuestra filial de redes eléctricas e-distribución detectó 70.981 casos de fraude, un 33% más que en 2023.
El 28% de esa energía defraudada se dedicaba al cultivo de marihuana. Esto supone una media de 6 plantaciones detectadas al día, más de 40 a la semana.
Los cultivos de marihuana necesitan un suministro de electricidad muy elevado y constante. El consumo anual de electricidad de manera ilegal para alimentar estas plantaciones en España equivale al consumo de la ciudad de Sevilla en un año. Pero no es la única forma de fraude.
Hay tres tipos de fraude eléctrico:
Sus consecuencias son muy graves: riesgos para la seguridad de las personas, por incendios y accidentes, sobrecargas de la instalación eléctrica que pueden producir interrupciones en el suministro eléctrico de todos los vecinos.
Además, hay un perjuicio económico que nos afecta a todos: el incremento de la factura de la luz.
Gran parte de las consecuencias del fraude eléctrico las pagamos todos los consumidores a través de las facturas.
Ese concepto se incluye dentro del apartado de pérdidas de red, e incluye las pérdidas técnicas (energía que se pierde durante el transporte de la electricidad) y las no técnicas (fraude y anomalías).
En la mayor parte de los países occidentales, esos ingresos para el sistema eléctrico se utilizan para el propio mantenimiento de la red.
Además, el fraude reduce los ingresos fiscales del Estado (como el IVA o el impuesto especial sobre la electricidad), derivando en más impuestos o menos inversión pública.
El fraude también genera gastos indirectos como los daños a las infraestructuras eléctricas, sobre todo en los centros de transformación. Esto provoca una pérdida de eficiencia en el sistema y un incremento en los costes para mantenimiento.
Cuando se produce un enganche a la red sin contrato, no se pueden cobrar los cargos y peajes de transporte y distribución. Estos peajes representan una parte de la factura destinada al mantenimiento y mejora de la red eléctrica.
Las distribuidoras eléctricas colaboran con las fuerzas y cuerpos de seguridad para identificar y acabar con el fraude. Utilizan tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial y sistemas de monitorización para detectar anomalías en el consumo eléctrico.
Gracias a las inspecciones en campo también se localizan conexiones ilegales y contadores manipulados.
Las distribuidoras ofrecen canales seguros para realizar denuncias anónimas de actividades sospechosas, contribuyendo a identificar y reducir el impacto de estas prácticas.
Si ves o sospechas de un enganche eléctrico ilegal, lo primero que tienes que hacer es verificar tu instalación desconectando los dispositivos eléctricos. Si el contador sigue registrando consumo, podría haber un fraude.
Puedes denunciar contactando con la distribuidora de electricidad de tu zona. En e-distribución ofrecemos tres vías: este formulario web, el teléfono 800 760 220 y el buzón de correo anomalias@enel.com.
El fraude eléctrico nos afecta a todos, desde el gasto que asumimos en las facturas hasta el impacto en la seguridad, la calidad del servicio y la recaudación fiscal. Combatirlo es una responsabilidad compartida entre las distribuidoras, las administraciones y los ciudadanos.