
Verlo siempre en Español
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¿Cómo llegó la electricidad a España? ¿En qué año hubo luz en las casas? Con motivo de su 140 aniversario, repasamos la historia de la primera compañía eléctrica en España: la Sociedad Española de Electricidad, de la que, entre otras muchas, es heredera Endesa.
En la actualidad, la electricidad y la luz son un servicio básico en nuestra vida y en nuestras casas, pero esto no ha sido así siempre. Es cierto que la electricidad siempre existió, ya que es una fuerza de la naturaleza. Sin embargo, tuvimos que esperar miles de años para descubrirlo.
Para avanzar hacia un futuro mejor, el sector de la energía ha tenido que recorrer un largo camino en el pasado. Como todo, hubo un comienzo que, en este caso, tuvo lugar el 30 de abril de 1881. Este día se fundó en Barcelona la Sociedad Española de Electricidad (SEE), la primera empresa eléctrica de España que nació con el objetivo de transmitir a distancia el fluido eléctrico necesario.
Inmediatamente después de su creación, la sociedad instaló en los locales de una antigua fábrica de hilados y tejidos de Barcelona su primera central eléctrica. Este hecho dio paso a la era de la electrificación industrial en España. Se trató, por tanto, de una empresa pionera, por un lado, en la producción de material eléctrico y, por otro lado, como producto de electricidad comercial.
Años más tarde, a mediados de 1883, la SEE instaló su central de generación más importante “Les Hortes de San Bertrán”, que acabó convirtiéndose en la principal instalación de la compañía.
“En aquella época no era fácil edificar una industria como la de la producción de energía eléctrica. Se necesitaba tener demanda, se precisaba disponer de una red de distribución y se requería construir una central que, en ese momento, era realmente cara de construir y mantener debido al consumo de carbón”, explica Luis Urteaga, catedrático de la Universidad de Barcelona. “La Sociedad Española de Electricidad, como todos los pioneros, tuvo algunas dificultades como, por ejemplo, la incertidumbre tecnológica o la inseguridad respecto a qué solución técnica era la más adecuada en aquel momento”.
“La Sociedad Española de Electricidad, como todos los pioneros, tuvo algunas dificultades como, por ejemplo, la incertidumbre tecnológica o la inseguridad respecto a qué solución técnica era la más adecuada en aquel momento”.
- Luis Urteaga, historiador y catedrático de la Universidad de Barcelona.
Una de las primeras ocupaciones del nuevo espacio urbano de las “Hortes de San Bertran” fue la Central Térmica instalada por la SEE en 1883. Las sucesivas ampliaciones de esta central crearon una gran manzana industrial cuya superficie, a la vez que la potencia de sus edificaciones y en especial las tres chimeneas, fueron elementos emblemáticos de esa parte de la ciudad y símbolo de Barcelona.
La SEE encontró muchas dificultades para ampliar su clientela y abrir nuevos campos de consumo. Por lo que, en 1894, la sociedad fue adquirida por la gran empresa alemana AEG que, a finales de ese mismo año fundó la Compañía Barcelonesa de Electricidad (CBE). Inmediatamente después de su construcción y como primera actuación, la CBE adquirió todos los bienes, concesiones y servicios de la SEE.
Ya en 1897, la CBE puso en servicio la Central Térmica de Mata, también conocida como Las Tres Chimeneas. Esta pasó a ser un símbolo del Paralelo, siendo, junto con la Central Térmica de Vilanova, la primera gran central de generación eléctrica puesta en servicio en Barcelona.
Entre 1911 y 1912, la CBE inició negociaciones con la Barcelona Traction Light an Power Co (RFE), que finalizaron con la compra de la Barcelonesa de Electricidad por parte de la RFE. Llegados casi los años 50, el juzgado de Reus declaró en quiebra la Barcelona Traction, dando lugar a un largo litigio en el que el Tribunal de la Haya, en 1970, acabó declarando la legitimidad de la quiebra decretada en 1948.
Pocos años más tarde, en 1951, se constituyó la Sociedad Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA) como postora en la subasta de los bienes de la Barcelona Traction. Por ello, el 17 de junio de 1952 adquirió definitivamente los bienes de esta.
Para entonces, ya habían pasado ocho años desde el nacimiento de Endesa en 1944, pero fue en 1991 cuando Endesa lanzó una OPA para adquirir el 40% de FECSA. Finalmente, en 1998, Endesa inició un proceso de consolidación corporativa y de reordenación societaria mediante la fusión por absorción de sus empresas eléctricas participadas en España, entre ellas FECSA.
La energía eléctrica y su uso cambió la vida por completo la vida en la ciudad, revolucionando especialmente los campos de la iluminación, el transporte y la industria.
En primer lugar, la electricidad introdujo una forma de alumbrar más limpia y espectacular que la iluminación por gas. Este nuevo sistema de alumbrado tardó en imponerse, pero tuvo clientes muy fieles desde el principio. Restaurantes, bares y comercios, entre otros, adoptaron esa nueva forma de iluminación con celeridad.
El segundo campo en el que influyó la energía eléctrica fue en el transporte. Hasta entonces, los medios de transporte que existían en las ciudades eran los tranvías tirados por mulas o caballos. Solo en algunos casos había líneas de ferrocarril que utilizaban máquinas de vapor. Tal como apunta el historiador Urteaga, “el transporte electrificado introdujo una nueva modalidad de transporte limpia, eficiente y segura, que acabó imponiéndose respecto a los sistemas activos”.
En tercer lugar, la energía eléctrica revolucionó el campo de la industria. La aplicación de motores eléctricos permitió desarrollar nuevos procesos productivos y, sobre todo, ordenar el espacio de las fábricas con más limpieza y eficacia que el sistema antiguo, basado en máquinas de vapor o en motores de gas. Los nuevos motores eléctricos agregaron potencia y, sobre todo flexibilidad. Pudieron aportar la energía que requería cada proceso productivo.
“La energía eléctrica fue limpieza, flexibilidad y versatilidad, una autentica evolución"
- Luis Urteaga, historiador y catedrático de la Universidad de Barcelona.
En definitiva, la energía eléctrica triunfó porque aportó versatilidad y fue capaz de producir una nueva forma de iluminación, de energía y de fuerza motriz aplicada al transporte y a las industrias y, también, aportó una nueva fuente de energía calorífica, la calefacción eléctrica.
Al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, las primeras centrales termoeléctricas permitieron reducir la contaminación de las ciudades. De hecho, gracias a su llegada, fueron desapareciendo las pequeñas centrales autoproductoras propias de cada industria y, con ellas, el número de chimeneas en funcionamiento entre las calles de la ciudad.
El sector eléctrico obtuvo un impulso definitivo con la extensión de la energía hidroeléctrica, que fue posible, a su vez, gracias a la aplicación de la corriente alterna, que permitía que la electricidad recorriera grandes distancias. Así, el origen de esta podía estar a kilómetros de distancia de las industrias y, a la vez, generarse aprovechando la misma fuerza del agua.
Antonio Mera, responsable del Fondo Histórico de la Fundación Endesa, señala este momento como clave en el desarrollo de la energía eléctrica: “Si eligiéramos un momento disruptivo claro sería la apuesta por la hidroelectricidad, una energía libre de emisiones que producía unos costes de generaciones mucho más económicos”.
“Si eligiéramos un momento disruptivo claro sería la apuesta por la hidroelectricidad, una energía libre de emisiones que producía unos costes de generaciones mucho más económicos".
- Antonio Mera, responsable del Fondo Histórico de la Fundación Endesa.
En ellos últimos 30 años del siglo XX, las innovaciones tecnológicas dieron paso a la incorporación de otras energías renovables como solar térmica, fotovoltaica y eólica. Actualmente, la emergencia climática ha llevado a que las renovables superen ya en potencia instalada a otras fuentes de energía de la península.
En Endesa seguimos trabajando para impulsar el desarrollo de las energías renovables y la transición hacia un modelo energético sin emisiones. Pero no nos olvidamos del espíritu de los pioneros, que nos recordaba hace poco uno de los trabajadores de la central térmica de Mata, Joan Tatjer, ingeniero industrial que trabajó allí desde 1968: "Estábamos al lado de las personas, de nuestros clientes, nuestros abonados. El espíritu ha sido siempre de servicio".