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Una economía circular para rebajar nuestra dependencia de materias primas
20 de mayo de 2024: Día de Sobrecapacidad (Earth Overshoot Day) de España. Un día para reflexionar: este día significa que si todos los habitantes del planeta consumieran recursos naturales al ritmo que lo hacemos los españoles, estos se agotarían el día 20 de mayo. Unos días antes, el 3 de mayo, hemos alcanzado el día de sobrecapacidad a nivel de la UE. Este día agotamos nuestro presupuesto natural y a partir de esta fecha consumimos nuestras reservas.
Por Alicia Torrego
Nuestras sociedades se sustentan en la naturaleza: alimentos, agua, minerales, fibra, madera, absorción de carbono y tierra. Recursos naturales finitos y cuya renovación natural depende de ciclos que tienen su propio ritmo. Consumir recursos por encima de estos límites naturales genera fuertes impactos que ponen en peligro nuestra base de desarrollo, aumentan la brecha social y agravan los conflictos geopolíticos: agotamiento de recursos, cambio climático, acidificación de los océanos, contaminación química, pérdida de la biodiversidad, sobreextracción de agua dulce, etc.
Una de las herramientas para alinear la economía con la ecología es lo que llamamos economía circular, un concepto que busca copiar a la naturaleza para cerrar el ciclo de vida de productos, materiales y recursos, promoviendo la reutilización, reparación, reciclaje y reducción de residuos, en contraposición al modelo lineal tradicional de extraer, fabricar, usar y desechar.
En Europa y en España, este enfoque ha ganado relevancia como respuesta a los desafíos ambientales, pero también a objetivos económicos y geopolíticos, debido a la dependencia de materias primas que supone la digitalización y la transición energética.
Innovación, ecodiseño y colaboración
Por ello, la UE ha establecido unos ambiciosos objetivos en el Plan de Acción para la Economía Circular (uno de los pilares del Pacto Verde Europeo) y España cuenta con una Estrategia Española de Economía Circular que sienta las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo. En la práctica el reto es producir la menos cantidad de residuos posible reduciendo el consumo de bienes superfluos, alargando la vida de los productos y reutilizando al máximo los materiales.
Sin embargo, pasar de la visión a la acción no es sencillo y la transición es más lenta y compleja de lo que cabría esperar, con importantes barreras estructurales e inercias que superar con innovación, ecodiseño y colaboración.
Para avanzar en circularidad se necesitan grandes dosis de innovación, tanto tecnológica como social y administrativa.
España necesita aumentar sus índices en ecoinnovación, para lo cual será necesario incrementar las inversiones en I+D en este ámbito, que prioricen como objetivo central la prevención de residuos. Es necesario también acompañar la adaptación de la industria a este nuevo enfoque y facilitar conexión con los grupos de investigación que aporten soluciones tecnológicas en recuperación de materiales y generación de nuevos productos. Asimismo, se necesita trabajar en el fomento del consumo circular con actuaciones que permitan aumentar la reparación, la reutilización, la remanufacturación y el mercado de materiales y productos reciclados y la eliminación de la obsolescencia programada. Las barreras legislativas a estos cambios no son desdeñables, por lo que desde Conama proponemos la utilización de sandboxes legislativos que permitan acelerar las transformaciones.
Una acción decidida en innovación circular puede impulsar el desarrollo de nuevos modelos de negocio, tanto tradicionales como basados en la economía social y solidaria, la creación de empleo y la mejora de la competitividad.
El segundo factor señalado es global y necesario: Se trata de apostar claramente por un ecodiseño, que facilite la recuperación de productos al final de su vida útil. Se calcula que el 80% de los impactos ambientales de los productos se determinan en la etapa de diseño. No será posible (o será mucho más complejo y menos eficiente) cerrar el ciclo de los productos si no se aplican principios de ecodiseño a los mismos. Lo mismo da que hablemos de una batería, que de un edificio o de una camiseta.
Conama 2024: la situación de la economía circular en España a debate
El tercer factor es un alto grado de colaboración de todos los agentes, administraciones, empresas, industria, consumidores, entidades sociales, centros de investigación... Todas las piezas son necesarias para redefinir nuevas cadenas de valor.
Desde Conama impulsamos procesos de participación y colaboración. En la próxima edición del Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama 2024) seguiremos trabajando para avanzar en la economía circular, en diferentes líneas: por un lado, haremos un análisis compartido de las estrategias públicas en economía circular que nos permita entender por qué en España la tasa de circularidad se ha reducido de forma progresiva en los últimos años, pasando del 10,4% de 2010 al 7,1% de 2022, cuando la media europea es de 11,5%, y proponer soluciones.
Un cuarto factor relevante: nuestros hábitos de consumo
Además, tendremos un grupo de trabajo sobre innovación en economía circular centrado en las estrategias para conservar el valor y fomentar el consumo responsable. Abordaremos la economía circular de la transición energética y del sector textil, la responsabilidad ampliada del productor en relación con los envases o la economía circular en la gestión del agua con el análisis de la nueva directiva de tratamiento de aguas residuales. Y por supuesto, seguiremos impulsando el ecodiseño y premiando las mejores prácticas.
Innovación, ecodiseño y colaboración. Tres factores necesarios para la economía circular, pero no suficientes. Además, es necesario que todos asumamos este nuevo reto en nuestros hábitos de consumo, evitando la adquisición de bienes superfluos, que van desde accesorios y ropa hasta aparatos tecnológicos, apostando por productos de segunda mano y por el uso de servicios compartidos, evitando los plásticos de un solo uso y priorizando la compra de productos y servicios de proximidad y con sellos de sostenibilidad. Solo así contribuiremos a retrasar el día de la sobrecapacidad.