Termo eléctrico o de gas: ¿qué es mejor?

A la hora de decidir cuál es el mejor sistema para obtener el agua caliente sanitaria de tu vivienda, tendrás a tu disposición montones de opciones. Conocer tus ventajas e inconvenientes te ayudará a seleccionar la mejor solución, conociendo bien lo que necesitas.

Examinemos las posibilidades para ayudarte en tu decisión:

Los termos eléctricos

Funcionamiento

Su sistema almacena agua en el depósito agua, que se calienta a través de una resistencia eléctrica. La potencia responde a la capacidad del depósito, que variará en función de las necesidades de tu vivienda. Si en tu casa convivís dos personas, se recomienda una capacidad de 80 litros y 1.500 W. Si sois cinco personas, se aconseja una capacidad de 200 litros, con una potencia de 3.000 W.

En el funcionamiento de los termos eléctricos es decisiva su capacidad de recuperación: cuánto se tarda en volver a calentar el agua. Esto será clave para que no te salga el agua fría mientras te estás duchando, algo que en verano puede que no te importe pero que no será nada agradable en pleno invierno.

Eficiencia

Los termos eléctricos tienen una eficiencia alta, ofreciendo servicio de agua caliente sanitaria de manera rápida y continua, sin grandes variaciones en la temperatura. Esto último se debe a que el agua alcanza en el depósito su temperatura máxima y se mezcla con el agua fría en el punto de consumo, ofreciendo esta solución la posibilidad de regulación inmediata. Además, podrás abrir los grifos que quieras que siempre tendrás agua caliente a tu disposición y de manera instantánea.

Versatilidad

Existen diferentes modelos según capacidad y tipo de uso, adaptándose a distintos tipos de viviendas y número de usuarios.

Instalación

Son sencillos de instalar y pueden encajarse de manera discreta en distintos espacios de la vivienda, habitualmente en los cuartos de baño o en la cocina. Sólo es necesario conectar el termo eléctrico a la red de agua y a la red eléctrica. También son fáciles de utilizar.

Mantenimiento

El mantenimiento es reducido, siempre atendiendo a mantenimiento de cualquier aparato eléctrico y siguiendo las instrucciones del fabricante.

Sostenibilidad

Al funcionar con energía eléctrica, no generan emisiones de gases contaminantes ni residuos. No hay que olvidar que cada año, se genera un mayor porcentaje de electricidad desde fuentes de energía renovables y sostenibles. Eso sí: cuando tengamos que deshacernos de un termo eléctrico, es preciso depositarlo en un punto limpio en el lugar correspondiente.

Consumo

Tradicionalmente, los termos eléctricos incurren en mayor consumo que otros sistemas, ya que mantienen el agua caliente todo el tiempo. Sin embargo, se ha introducido mejorar para minimizar el consumo atendiendo a los patrones de uso de agua caliente o combinaciones con aerotermia.

Los calentadores de gas

Funcionamiento

Cuando abres un grifo, se activa el paso de agua por el calentador. El quemador se enciende y se abre el gas, generando la combustión que calienta el agua gracias al intercambiador de calor. Cuando se cierra el grifo, se desactiva el gas y se apaga el quemador. El gas puede provenir de una bombona (gas butano) o de la red de gas natural.

En el primero de los casos, siempre existe la incomodidad de que se agote la bombona, tener que cambiarla o adquirir una. Con el suministro de gas natural, esto no ocurre, ya que el servicio es continuo. Dependiendo del modelo, los calentadores de gas pueden ofrecer 5 y 20 litros de agua caliente, por lo que depende de los puntos de agua que tenga la vivienda y su uso la elección del modelo más idóneo.

Eficiencia

Son menos eficientes que los termos eléctricos, ya que tardan en calentar el agua. Además, no son capaces de suministrar simultáneamente agua caliente sanitaria a demasiados puntos. Por este motivo, puede sufrir variaciones en la temperatura del agua. Alguna vez te habrá sucedido que te estabas duchando, alguien ha abierto el grifo de la cocina (con intención o no) y el agua ha salido fía de golpe.

No obstante, la cantidad de agua caliente es ilimitada, ya que no depende de la que pueda estar almacenada en un depósito sino que se calienta sobre la marcha.

Versatilidad

Existen diferentes modelos, pero por la naturaleza de este aparato, debe instalarse siguiendo las instrucciones de seguridad. Se debe conectar a la red de suministro de agua, a la de gas y a la red eléctrica. Según el modelo, precisarán de ventilación u otros requisitos, como los equipos de tipo atmosférico, además, requieren de una salida de gases.

Instalación

Siempre debe estar a cargo de personal autorizado. Hoy en día, casi todos los modelos permiten que se instale en cualquier lugar de la casa, pero suelen situarse en la cocina o baños, aunque debe tener en su proximidad un enchufe.

Mantenimiento

Cada fabricante cuenta con unas recomendaciones de mantenimiento, pero, por ley, los calentadores de hasta 24,4 kW deben pasar la revisión de un profesional autorizado cada 5 años.

Sostenibilidad

El calentador usa gas (butano o natural), por lo que genera una huella de carbono, lo que hace que de ambas opciones sea la menos sostenible.

De igual manera, es conveniente contactar por instaladores autorizador para retirar un calentador de agua que vayamos a sustituir.

Consumo

Suele ser un sistema más económico que el termo eléctrico, sin embargo, depende mucho de las variaciones en los precios de la energía y la tarifa de la que disfrutemos con nuestra compañía comercializadora.

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