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Cuando llega el verano, la carraca europea (Coracias garrulus en su nombre científico) llena los países mediterráneos y parte de Europa Oriental de una hermosa gama de azules: la de su plumaje que, como perteneciente a una familia de aves de origen tropical y subtropical, destaca por su colorido y belleza.
La época estival es el momento de cría. Por eso, esta ave busca zonas menos cálidas. Después, emprende su vuelo nuevamente hacia el norte de África, donde pasa hibernando los meses de invierno.
Desde hace años, la población de la carraca se encuentra globalmente en regresión, principalmente por la reducción de cavidades naturales donde establecer el nido y la intensificación de la agricultura. En Endesa vimos en esta necesidad una oportunidad para contribuir a la conservación de esta especie.
Actuaciones para la conservación de la carraca europea
El proyecto Coracias, liderado por la bióloga Cristina Fernández, se inició hace cinco años. Su objetivo es aprovechar los soportes de las líneas eléctricas en una zona con escasez de árboles con cavidades, necesarias para la nidificación de la especie, para instalar cajas nido y contribuir, de esta forma, a la conservación y reproducción de la carraca europea.
La iniciativa se centra en el Parque Natural de los Aiguamolls de l'Empordà (PNAE) y en el Parque Natural del Mongrí, las Islas Medas y el Bajo Ter. Se han instalado ya un total de 77 cajas nido y, además, en 7 de ellas hemos instalado cámaras de fototrampeo que permiten vigilar a los depredadores de la especie.
En total, el balance es muy positivo: se han ocupado ya 58 cajas nido, la mayor parte por la carraca europea, que ha puesto una media de cuatro huevos por nido. Han nacido alrededor de 130 polluelos volanderos. El resto de cajas nido han sido ocupadas por otras especies también amenazadas o en regresión, como el autillo, el cernícalo primilla o el búho común.
Emisores de GPS para seguir a las aves
Aprovechando el periodo de nidificación, durante el pasado verano técnicos del Centro Técnico Forestal de Cataluña (CTFC) colocaron emisores de GPS en seis ejemplares en el Parque Natural de los Aiguamolls de l'Empordà (PNAE). Los emisores de GPS instalados son pequeños dispositivos que funcionan con energía solar y que detallan la posición del ave con una frecuencia de 30 minutos.
Los datos se recogen a través de una antena situada en la Closa de Mornau (un espacio propiedad del Incasòl, que lo ha cedido para este uso) capaz de recoger la información a una distancia máxima de entre 10 y 15 kilómetros. Esta información es recibida por los técnicos del proyecto vía red telefónica (GSM) para su posterior estudio.
Además de recoger las primeras informaciones durante las últimas semanas de verano, se espera que, a la vuelta de la migración invernal, si vuelve alguno de estos ejemplares al Parque Natural de los Aiguamolls de l'Empordà se pueda disponer de mucha más información, como por ejemplo el detalle de su ruta migratoria y sus zonas de invernada en el norte de África.
"Un emisor GPS es una herramienta muy potente para conocer aspectos clave del comportamiento de la especie y poder definir medidas que contribuyan a su preservación", explica Cristina Fernández, responsable del proyecto. "Nos da información de las áreas que utiliza alrededor del nido como zonas de alimentación y así podemos saber qué tipo de hábitat a pequeña escala selecciona", añade.
Más allá de su papel en este proyecto, la antena ha sido puesta a disposición del parque natural para poder utilizarla en otros estudios de diferentes especies, convirtiéndose así en una herramienta al servicio de la conservación de la fauna.
Un compromiso con la protección de la biodiversidad
"Endesa apuesta firmemente por la protección y conservación de la Biodiversidad y desarrolla este proyecto desde el año 2017, consolidando la población de la especie en el Parque Natural de Aiguamolls de L'Empordá y más recientemente también en Montgrí”, destaca nuestro responsable de biodiversidad, Antonio Casasola.
Desarrollamos en todo el país diferentes proyectos de protección y conservación de la biodiversidad sobre especies amenazadas, espacios y hábitats, aumento del conocimiento científico y puesta en valor de la biodiversidad. Solo en 2021 llevamos a cabo 29 acciones a lo largo del territorio español.