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Esta pregunta, que escuchamos a menudo, se debe responder con datos que se pueden comprobar y no con opiniones o ideas preconcebidas.
Primer dato: en Endesa estamos ganando menos que en 2020. En los últimos resultados que hemos presentado públicamente, los de los nueve primeros meses de 2021, se puede ver un descenso en los beneficios de un 14 % respecto al mismo periodo del año anterior. Y eso que 2020 fue malo por la pandemia y el confinamiento, que provocó una bajada en la demanda de electricidad.
Segundo dato: a nosotros la subida del precio de la luz no nos beneficia. Las eléctricas vendemos mucha más electricidad de la que producimos, por lo que siempre tenemos que comprar energía. Tenemos vendida energía a todos nuestros clientes a un precio que se acordó con meses de antelación.
El alza del precio que estamos viendo en los últimos meses se debe sobre todo al incremento del precio del gas en el mercado internacional. Por tanto, quienes están beneficiándose de las alzas de las materias primas como el petróleo, el gas u otras son los países y operadores que controlan la extracción y distribución global de estas materias primas. No quienes somos usuarios finales de las mismas.
Tercer dato: nosotros no fijamos el precio de la luz. El precio se marca en un mercado mayorista que funciona como una subasta en la que se cruzan oferta y demanda.
Ahora nos toca preguntar a nosotros: ¿es malo que una empresa tenga beneficios? Al contrario, es bueno y necesario:
Para responder a esto, sigamos mirando los datos. Siguiendo un criterio técnico, como el que podría seguir un economista o un inversor, creemos que es bueno consultar la Central de Balances del Banco de España, que analiza la rentabilidad por sectores.
La conclusión a la que se llega analizando el periodo 2015-2019 es que la rentabilidad de las empresas agrupadas bajo el epígrafe “suministro de energía eléctrica” es similar a las empresas de suministro de agua e inferior a empresas de actividades como las industriales, las profesionales o la hostelería…, y muy inferior a la rentabilidad del comercio al por mayor y al por menor o al sector de información y comunicaciones.
En Endesa nos preocupa mucho el daño reputacional que la crisis del precio de la energía está haciendo a las eléctricas. Sobre todo, porque tratamos de ser sostenibles y socialmente responsables y eso pasa por tener beneficios y, al mismo tiempo, aportar a la sociedad todo lo que está en nuestra mano para contribuir a su desarrollo y bienestar.
Una prueba es nuestro plan de acción frente al COVID-19, que incluye medidas para cubrir necesidades básicas de especial gravedad, ayudar a colectivos vulnerables y contribuir a la recuperación económica del país. Además, colaboramos con las comunidades que viven en el entorno de nuestras centrales eléctricas para crear un impacto positivo que permita construir un futuro para la zona.
Nuestro compromiso es poner siempre a las personas en el centro de todo lo que hacemos para lograr un impacto positivo tanto en las comunidades de los lugares donde desarrollamos nuestra actividad como en las personas que trabajan en Endesa. Y eso es posible gracias a que somos una empresa rentable y sostenible que apuesta por crear valor para la sociedad.