Pocas veces podemos asegurar cómo será el futuro. Sin embargo, cuando se trata de movilidad, está claro. Será sostenible. En gran parte, esto se debe a la fuerte inversión en innovación tecnológica, el impulso de las energías renovables y, lo más importante, el cambio de mentalidad de los consumidores y su preocupación por el medioambiente.
Es por esto por lo que el 2022 está siendo un año clave en el que se están incorporando diferentes metodologías y soluciones que hacen del transporte convencional, uno más responsable y ecológico. A continuación, vamos a explicar cuáles son - y serán - las tendencias en movilidad sostenible que presenciaremos. Y, esta vez, empezaremos hablando de coches porque, con los años, serán muy diferentes a los que conocemos hoy en día.
Los coches del futuro: eléctricos, conectado y autónomos
Vehículos eléctricos
Cada vez son más las marcas que invierten en el desarrollo de coches eléctricos. De hecho, este mercado no para de crecer y se espera que siga haciéndolo gracias a la fuerte inversión que se está haciendo para impulsar la instalación de puntos de carga, uno de los puntos que continúa echando para atrás a los conductores a la hora de decantarse por un coche eléctrico.
Esto solo son buenas noticias para la consecución del ODS 11 “Construcción de ciudades y comunidades sostenibles”, ya que en estos entornos urbanos se emite el 75% del CO2 y, en gran parte, provienen de las emisiones que generan los vehículos.
En la actualidad, circulan alrededor de 180.000 vehículos eléctricos en España y, para 2030, se esperan que lo hagan cinco millones. Este es el primer paso para conseguir asegurar un parque móvil de cero emisiones para 2050.
Vehículos conectados
Por coche conectado, entendemos aquel que cuenta con cualquier tipo de dispositivo telemático que puede conectarse a Internet para optimizar sus trayectos y disminuir su consumo. Según el informe ‘La movilidad sostenible del futuro y su impacto sobre los ODS’, se estima que para 2025 circularán por todo el mundo más de 500 millones de vehículos de este tipo. Además, esto podrá salvar alrededor de 11.000 vidas y ahorrar 400.000 toneladas de CO2 al año.
"Para 2025, se estima que circularán por todo el mundo más de 500 millones de vehículos conectados".
Este tipo de vehículo, que gira en torno a la Inteligencia Artificial (IA), Internet de las cosas (IoT), sensores y plataformas de software en la era de los macrodatos; es una oportunidad de aportar valor a la sociedad y al planeta, facilitando la vida a las personas. Es por ello que los planes de inversión mundiales se están centrando en el desarrollo de la movilidad inteligente, la interconexión de los usuarios del transporte con la carretera, las intercomunicaciones en la ciudad y los centros de control de tráfico.
Los vehículos autónomos
Los vehículos conectados no serán los únicos protagonistas. En las próximas décadas, compartirán espacio con los vehículos autónomos, pues es una industria que no para de crecer. Sin duda, la autoconducción será una de las tendencias más revolucionarias. Pero, al final, su último objetivo será el mismo que el de las anteriores: lograr un uso más eficiente de las infraestructuras y mejorar la seguridad y comodidad de los conductores.
Diferentes estudios, estiman que, en tan solo diez años, el 40% del kilometraje por carretera lo podrán realizar vehículos autónomos. Pero, es importante recordar que existen 5 tipos de niveles para calibrar la autonomía de un vehículo. Actualmente, nos encontramos en el nivel 2, pero existen nuevos proyectos que aspiran a llegar al nivel 3.
Nivel 1
El conductor cuenta con una pequeña ayuda del sistema, que tiene un control lateral o longitudinal.
Nivel 1
El conductor cuenta con una pequeña ayuda del sistema, que tiene un control lateral o longitudinal.
Nivel 1
El conductor cuenta con una pequeña ayuda del sistema, que tiene un control lateral o longitudinal.
Nivel 2
El conductor solo tiene que controlar el entorno y puede retirar las manos y la vista de forma temporal.
Nivel 2
El conductor solo tiene que controlar el entorno y puede retirar las manos y la vista de forma temporal.
Nivel 2
El conductor solo tiene que controlar el entorno y puede retirar las manos y la vista de forma temporal.
Nivel 3
El sistema toma todo el control del vehículo y solicitará al conductor que retome el control en situaciones difíciles.
Nivel 3
El sistema toma todo el control del vehículo y solicitará al conductor que retome el control en situaciones difíciles.
Nivel 3
El sistema toma todo el control del vehículo y solicitará al conductor que retome el control en situaciones difíciles.
Nivel 4
El conductor no necesita prestar atención a la conducción. Si el coche le solicita retomar el control, puede hacerlo o no.
Nivel 4
El conductor no necesita prestar atención a la conducción. Si el coche le solicita retomar el control, puede hacerlo o no.
Nivel 4
El conductor no necesita prestar atención a la conducción. Si el coche le solicita retomar el control, puede hacerlo o no.
Nivel 5
No hace falta conductor.
Nivel 5
No hace falta conductor.
Nivel 5
No hace falta conductor.
Otras tendencias en movilidad sostenible
Electrificación del transporte de mercancías milla
Desde hace años, venimos viendo un crecimiento imparable del eCommerce. Mientras que 2021 fue el año de las compras online, 2022 se está convirtiendo en el año del reparto de última milla. Si hablamos de sostenibilidad, esto tiene un impacto medioambiental muy importante ya que, para realizar tantas entregas en un tiempo tan limitado, es necesario hacer un gran despliegue de vehículos que generan emisiones de CO2.
Para paliar este problema, la electrificación se vuelve a presentar como una gran solución. Es por ello que, en las grandes ciudades, se han creado Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que restringen el acceso a los núcleos urbanos para los vehículos más contaminantes, con el objetivo de que estos dejen de serlo.
La transición a vehículos eléctricos y conectados no solo genera un impacto ambiental significativo, sino que también puede ayudar a mejorar los resultados finales de una flota. Por ejemplo, la telemática puede proporcionando un control preciso sobre el rendimiento de cada vehículo y permitiendo a las empresas optimizar sus rutas.
Planificación urbana para ciudades sostenibles
La creación de ciudades sostenibles es un objetivo que todos debemos fomentar. Pero esto solo es posible si existe una planificación urbana correcta. Por ello, se están comenzando a incluir nuevos carriles bici, al igual que carriles exclusivos para autobuses. Esta segunda ayuda a fomentar el uso del transporte público, facilitando un movimiento más ágil y eficiente.
Patinetes eléctricos en las ciudades
El uso del patinete eléctrico se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años. Sobre todo, en grandes ciudades europeas como Ámsterdam, Madrid, Barcelona o Dublín, donde existe la posibilidad de alquilarlo a través de diferentes aplicaciones. Al igual que el vehículo eléctrico, esta opción permite recorrer el centro de las grandes ciudades de manera cómoda y respetuosa, pues ayuda a reducir la emisión de gases contaminantes.
Digitalización y aplicaciones de movilidad compartida
Los avances tecnológicos están permitiendo dar pasos agigantados en el camino hacia la movilidad sostenible. Gracias a ellos, las personas pueden acceder a procesos y servicios más eficientes. Por ejemplo, ya existen aplicaciones que permiten ver cuál es el recorrido con menos tráfico o el de menor distancia. Incluso existen aplicaciones que muestran los caminos disponibles para ir transporte público, patinete eléctricos o bicicleta. Todo esto permite que el usuario, en este caso conductor, pueda elegir el trayecto más adecuado para él, basándose en todas las opciones disponibles.
Teletrabajo
El teletrabajo es, sin duda, una de las medidas más positivas para la movilidad sostenible. Y, por suerte, parece que desde el 2020 este ha llegado para quedarse. Aunque su objetivo principal no es la sostenibilidad, sino la flexibilidad y la conciliación, este tiene un impacto muy positivo en el medioambiente. De esta manera, el número de personas que cogen el coche para desplazarse a su lugar de trabajo es mucho menor y, por tanto, se reducen las emisiones de CO2.