La movilidad eléctrica ha experimentado un rápido aumento en popularidad a nivel global. En España, durante 2022 este aumento se vio reflejado en un 20,9% hasta alcanzar las más de 325.000 unidades de vehículos eléctricos en total, según el Anuario de Movilidad Eléctrica de AEDIVE. Se estima que al finalizar 2023 la cifra de puntos de recarga eléctrica alcance la cifra de 240.000.
Este crecimiento se debe a la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte, fomentando así una movilidad más sostenible. En este contexto, la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta fundamental que influye en varios aspectos de nuestra vida diaria.
Algunos de los cambios ya se han llevado a cabo y se pueden encontrar, por ejemplo, en algunos vehículos públicos y privados que circulan hoy en día por las carreteras del país. Otros están implementándose poco a poco, ya que requieren una fuerte inversión y un cambio en sistemas tecnológicos previos. Por otro lado, los hay que todavía son planes de futuro mientras se mejoran y perfeccionan los procesos necesarios para llevarlos a cabo.
La inteligencia artificial ha marcado un hito en la gestión del tráfico y en la experiencia de conducción. Google está desarrollando una tecnología que adapta los semáforos en tiempo real para mejorar la calidad de vida en las ciudades. En China, la IA está transformando la industria automotriz, con empresas como Baidu y Hyundai incorporando asistentes de voz en sus coches eléctricos. Todas estas innovaciones no solo mejoran la comodidad y seguridad de los conductores, sino que también contribuyen significativamente a la reducción de emisiones y promueven un futuro sostenible en la industria del automóvil.
La Inteligencia Artificial para gestionar el tráfico
La inteligencia artificial está desempeñando un papel fundamental en la evolución del mundo automovilístico y, ahora, le toca a la gestión del tráfico. Google, por ejemplo, está trabajando en una tecnología innovadora llamada Green Light que utiliza IA para optimizar los semáforos. Green Light se basa en datos en tiempo real para ajustar la duración de los semáforos según las condiciones del tráfico en cada cruce. Esta adaptación dinámica de la señalización tiene como principal objetivo reducir los atascos y la contaminación.
Se ha realizado pruebas en varias ciudades, demostrado que Green Light puede disminuir las detenciones de vehículos en un 30% y las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10%. A medida que esta tecnología continúa desarrollándose, es muy probable que más ciudades apuesten por esta tecnología para mejorar la movilidad y seguir trabajando en promover la sostenibilidad.
La inteligencia artificial aporta muchos beneficios a la hora de gestionar el tráfico. Por un lado, optimiza el flujo de vehículos para reducir atascos y mejora la movilidad. Por otro, contribuye a la disminución de las emisiones contaminantes para mejorar la calidad del aire y aportar mayor seguridad al detectar y prevenir situaciones peligrosas para los conductores.
La Inteligencia artificial como aliado de la movilidad eléctrica
La inteligencia artificial está transformando por completo la interacción entre los conductores y sus coches. Con la IA como ChatGPT y los asistentes de voz de Baidu, se permite a los conductores interactuar con sus vehículos de forma natural. Una startup china, Jidu, ha anunciado un coche eléctrico que incorpora esta tecnología, permitiendo a los conductores abrir puertas mediante comandos de voz o a través de su teléfono móvil con Bluetooth. Además de esta función, los coches con IA podrán ofrecer control de la temperatura y la música, navegación personalizada, asistencia a la conducción avanzada y entretenimiento para cualquiera de los pasajeros. A medida que más fabricantes adopten esta tecnología, es probable que veamos grandes avances en la forma en que nos desplazamos y nos comunicamos con nuestros vehículos.
Sin duda, los fabricantes de automóviles eléctricos están consiguiendo grandes logros respecto a la IA para mejorar la seguridad, la eficiencia y la comodidad de sus vehículos. Esta tecnología se aplica en varias áreas, desde la conducción autónoma hasta sistemas de seguridad y entretenimiento.
China se encuentra a la vanguardia de este desarrollo, con empresas como Baidu, Hyundai, Leapmotor, Huawei, Xpeng, AIways, Pony.ai y WeRide lideran la hoja de ruta. Estas compañías están lanzando vehículos eléctricos con IA avanzada, permitiendo una conversación natural entre los propietarios y sus coches, mejorando su fabricación, ofreciendo experiencias de cliente personalizadas y desarrollando servicios de movilidad autónoma para que sean totalmente no dirigidos por un conductor.
Pero, no todo queda en el vehículo, actualmente hay una problemática que está presente en los coches eléctricos, y es, la necesidad de utilizar un cable para su recarga. Esto implica que el usuario debe aparcar el coche cerca de un cargador y de forma manual conectarlo al mismo. Para solucionar este obstáculo y facilitar este proceso, Hyundai ha desarrollado un robot de carga autónoma (ACR) con el que se puede actuar en cualquier lugar de forma independiente a la ubicación del cargador, así como de las condiciones meteorológicas.
Esta nueva tecnología es capaz de controlar el funcionamiento del propio robot. Teniendo en cuenta una serie de variables como son el lugar en el que se encuentra estacionado el vehículo, las características propias del tipo de cargador que se está empleando. Así como los obstáculos que se encuentran en la zona o el peso variable del cable utilizado.
Este dispositivo opera de manera totalmente independiente; al detectar un vehículo, abre la tapa de su puerto de carga y lo conecta al cargador. Gracias a esta automatización, la recarga de los vehículos eléctricos se lleva a cabo de forma autónoma, liberando a los usuarios de la tarea de enchufar o desconectar el vehículo cada vez que necesiten recargar su batería.
Es una evidencia que la inteligencia artificial transformará por completo todos los aspectos vinculados a la movilidad. Esto abarca desde el desarrollo de los vehículos hasta su fabricación, automatización, promoción y lanzamiento. Esta transformación tendrá un impacto notable en la producción de sus elementos constituyentes y en la mejora de la eficiencia y seguridad de las carreteras por las que circularán los vehículos eléctricos en el futuro.