¿Contamina un coche eléctrico? Para responder a esto y descubrir si los vehículos eléctricos son más respetuosos con el medioambiente que los de gasolina o diésel, debemos prestar atención a todo su ciclo de vida. La producción de un coche eléctrico implica más polución asociada que la de uno convencional, especialmente por la fabricación de las baterías.
Sin embargo, a lo largo de su vida útil, esto se compensa con su ausencia de emisiones. En la actualidad, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), 1.000 coches eléctricos corresponden a la no emisión de 30.000 kilos de gases contaminantes y 2 toneladas de CO2 al año.
Para que nos hagamos una idea, un coche de combustión nuevo, y de los más eficientes, emite de media 120 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Esto se traduce en una tonelada de emisiones de CO2 al año.
Con el mix energético actual de producción de electricidad en nuestro país, un coche eléctrico emite menos de la mitad (52 grCO2/km) que uno de combustión. Pero caminamos hacia un sistema eléctrico totalmente renovable, por lo que las emisiones de los coches eléctricos será cero, ya que la energía que los alimentará será limpia.
¿Dónde van sus baterías cuando dejan de funcionar?
La batería es una de las piezas más importantes de los coches eléctricos. Es vital para su funcionamiento, pues es la encargada de acumular la energía que se transmite al motor eléctrico. Además, dependiendo de cómo sean los componentes de esta pieza, determinarán aspectos como la autonomía, la velocidad de carga, el peso, el diseño o el precio.
Las baterías de litio, aunque no son las únicas, son las que más se utilizan hoy en día. No tienen efecto memoria y permiten un mayor número de recargas, por lo que su rendimiento suele ser mejor. Pero, como cualquier batería, también de deteriora. Según varios estudios, tras recorrer más de 150.000 kilómetros, su capacidad puede verse reducida en un 8%. Además, suelen durar un mínimo de 8 años.
“Con el mix energético actual de producción de electricidad en nuestro país, un coche eléctrico emite menos de la mitad (52 grCO2/km) que uno de combustión”.
Lo bueno de estas baterías es que, aunque en algún momento lleguen a su fin, podemos darles una nueva vida útil. Aplicando los criterios de economía circular, por ejemplo, en Endesa hemos desarrollado en nuestra central de Melilla un sistema de almacenamiento que utiliza las baterías de los vehículos eléctricos como fuente de energía.
Aunque el reciclaje de las baterías de litio es uno los grandes retos a los que se enfrenta el vehículo eléctrico, no es imposible. De hecho, vamos a construir la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en la península ibérica. Se instalará en Cubillos del Sil, León, a finales de 2023, y nos permitirá una capacidad de tratamiento anual de 8.000 toneladas de baterías eléctricas.
Está claro que todavía queda mucho camino por recorrer. Pero, sin duda, los coches eléctricos se presentan como una solución real y asequible para la descarbonización de la movilidad.