Si existe un enemigo de la sostenibilidad, es la cultura de usar y tirar. Vasos desechables para los refrescos, pajitas de plástico de un solo uso, fruta envasada… Estos son solo algunos ejemplos muy simples. Pero son ejemplos con los que hemos estado conviviendo – y en algunos casos seguimos haciéndolo – durante mucho tiempo. Con el paso de los años, poco a poco se ha ido dejando atrás esta mentalidad consumista. Pero lo cierto es que han pasado muchas décadas y ahora estamos sufriendo sus consecuencias medioambientales. En este punto, el ecodiseño comienza a cobrar importancia.
A pesar de haberse dado a conocer hace relativamente poco, el ecodiseño nació en la década de los 90. Surgió de la necesidad de minimizar los impactos ambientales de un producto antes de que estos se produjeran. Esto supuso un cambio de paradigma para las empresas, las cuales acostumbraban a intentar reparar los daños ambientales una vez ya estaban ocasionados. Se podría decir que el ecodiseño comenzó a implantar la cultura de la prevención frente a la de corrección.
¿Qué es el ecodiseño?
Según la Agencia Federal Alemana del Medioambiente, hasta el 80 % del impacto ambiental que va a generar un producto se define durante la fase de diseño. Tanto el diseño sostenible como el ecodiseño son conceptos concebidos para no dañar el medioambiente, pero no son sinónimos.
Un diseño es sostenible si su sostenibilidad es económica, social y medioambiental. Generalmente, esto implica aportar un beneficio social, causar el mínimo impacto ambiental, ser económicamente viable, tener en cuenta los derechos humanos, promover al ahorro de energía y ser respetuoso con la elección de materias primas.
“Hasta el 80 % del impacto ambiental que va a generar un producto se define durante la fase de diseño”.
Por su parte, el ecodiseño solo tiene en cuenta la sostenibilidad medioambiental. Por lo que se caracteriza por el mínimo impacto medioambiental a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, la utilización de materiales reutilizables, reciclables y de cercanía, el ahorro de recursos y la trazabilidad ecológica. Por tanto, se considera un modelo basado en la economía circular el cual ya tiene sus propia normativa. Las certificaciones que lo acreditan son: Cradle to Cradle (C2C), ISO 14062 e ISO 14001.
Los productos con ecodiseño tienen múltiples ventajas. En primer lugar, es que al utilizar un forma de producción más eficiente, también se ahorra energía y se emiten menos emisiones de CO2. Esto deriva en una mejor calidad del aire y, por tanto, mejora la calidad de vida de todos. Otro beneficio es que sus productos suelen ser más duraderos y de mejor calidad. Además, el ecodiseño refuerza el compromiso de las empresas con la sostenibilidad, al mismo tiempo que satisface la demanda del mercado con productos adaptados a las necesidades de un público cada vez más exigente y comprometido.
Ejemplos de ecodiseño: más a la moda que nunca
La industria de la moda es la más contaminante tras la petrolera, según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). La producción de ropa y calzado emite el 8,1% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Estas emisiones son superiores a las que provocan los vuelos de todos los aviones y envíos marítimos juntos. Y lo curioso es que la contaminación más alarmante no se produce en el país donde se vende, sino donde se produce. Un dato que demuestra la importancia de promover el ecodiseño.
“La industria de la moda es la más contamina tras la petrolera, emitiéndose un 8,1% de las emisiones de CO2”.
Cada vez son más las marcas de ropa que surgen con la sostenibilidad como valor fundamental de sus productos, al igual que las grandes firmas intentan promover cada vez más la innovación sostenible . Por lo que el sector, sin duda, está cambiando. Tanto que el ecodiseño se está convirtiendo en unas de las principales tendencias de moda sostenible. Este conlleva realizar un diseño pensando en el ciclo de vida del producto: producción de materia prima, fabricación, uso y eliminación. Por ejemplo, puede aplicarse eligiendo materiales sostenibles como lana o algodón en lugar de fibras sintéticas, o seleccionando procesos que no afecten al medioambiente.
Sin embargo, este no es el único sector que está apostando por el ecodiseño en sus productos. En España, durante el Congreso Nacional de Medio Ambiente, cada año se organiza el concurso Ecodiseño de Conama. En 2022, se celebró la IV edición y en ella se premiaron algunos ecodiseños que son el reflejo perfecto de lo que significa este concepto.
- Reolivar de NAIFactory: organizadores fabricados en España, con forma de diamante y hechos a partir de huesos de aceituna.
- Vuelca-fácil de Calvo: diseñado para evitar la pérdida de producto, con tapa de aluminio y cuerpo de acero, que facilita el reciclaje.
- Lámparas de Baku Barrikupel S Microcoop de Navarra: a partir de la reutilización del roble desechado de las barricas de vino, tras una década de ser utilizado en las bodegas, han creado un catálogo de lámparas sostenibles con el 85% de material reutilizado.
- Nuevo envase de cartón Jabón Ariel de P&G España: más sostenible (más de 70% de fibras recicladas, cartón), más seguro (para niños) y más inclusivo (invidentes y personas con problemas de movilidad).
Aunque estos son ejemplos de ecodiseño muy concretos, en nuestro día a día, también podemos ver algunos realmente prácticos como, por ejemplo, la cafeteras italianas que no emplean filtros de papel, discos desmaquillantes reutilizables, muebles que se venden sin montar para reducir las dimensiones y optimizar su transporte, etc.
Sin embargo, el ecodiseño no se queda solo en objetos cotidianos. Como hemos adelantado, se está incorporando en multitud de sectores, entre ellos, la construcción. En este caso, los expertos se centran en buscar soluciones innovadoras para que las construcciones respeten cada vez más su entorno y logren el denominado impacto cero. Para conseguirlo, trabajan en el desarrollo de materiales de construcción que tengan en cuenta los criterios medioambientales en todas sus fases del ciclo de vida.
Desde Endesa, también estamos impulsado la circularidad en cada uno de nuestros proyectos. En este caso, no solo promovemos el ecodiseño en las construcción de nuestras plantas de energía renovable. También apostamos por la descarbonización de la generación de electricidad, a través del cierre de centrales térmicas con desmantelamientos circulares para seguir manteniendo el valor de los activos y materiales en el ciclo productivo; y convirtiendo las redes de distribución en inteligentes.