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Hoy os traemos la segunda entrega de nuestra serie de artículos sobre los inventos más de los últimos dieciséis años. Avances tecnológicos ideados por las mentes más brillantes del planeta, que tienen una cosa en común: hacer la vida de las personas un poco más fácil.
Aqua Sciences, una empresa norteamericana de Florida, presentó en 2006 su Rainmaker (literalmente, hacedor de lluvia), una planta móvil capaz de extraer grandes cantidades de agua potable de la atmósfera.
Mediante un proceso (no revelado al cien por cien) que se aprovecha de las propiedades de la sal y del fenómeno de la ósmosis inversa, Rainmaker consigue absorber, descontaminar y purificar las moléculas de agua presentes en el aire. El sistema funciona mediante generadores eléctricos (autónomos o externos) y su modelo más grande, de 12 metros de altura, puede producir hasta 2.600 litros de agua en un solo día.
La utilidad de este invento podría ser aprovechada en diversos ámbitos. Por ejemplo, el Ejército de EE. UU. está estudiando la posibilidad de usarlo para que sus tropas en el extranjero (especialmente aquellas que se encuentren en países subdesarrollados con climas muy calurosos) puedan autoabastecerse de agua, y evitar así los enormes costes que supone el transporte de ingentes cantidades de agua potable. Por otro lado, el Rainmaker ha demostrado ya ser muy útil en lugares afectados por catástrofes naturales, como huracanes o terremotos, donde los sistemas de acceso al preciado líquido elemento habían sido contaminados o directamente destruidos.
Los milagros existen y son diseñados por investigadores brillantes como los de la empresa Berkeley Bionics. Gracias a su exoesqueleto hidráulico, varias personas que habían perdido la movilidad de las piernas por culpa de diversas lesiones (especialmente de médula espinal) han vuelto a ponerse de pie y a caminar.
Fue en 2010 cuando vio la luz este asombroso invento, bautizado como eLEGS (eExoskeleton Lower Extremity Gait System, y rebautizado solo un año después como EKSO. El dispositivo funciona mediante sensores robóticos de fuerza y movimiento e impulsos eléctricos. La interfaz informática que lleva integrada interpreta la información recibida y la convierte en una acción. Gracias a su diseño, una persona parapléjica puede ponerse de pie o sentarse por sí misma, sin ninguna ayuda externa.
EKSO pesa veinte kilos, cuenta con una batería que dura seis horas y permite alcanzar una velocidad máxima de unos tres kilómetros por hora. Actualmente solo se utiliza en centros de rehabilitación, pero se trabaja en una nueva versión más ligera para uso doméstico.
En febrero de este año una noticia llenó de esperanza a muchas personas afectadas por la retinitis pigmentaria: la compañía francesa Pixium Vision había realizado con éxito en Nantes el primer implante de retina artificial. Este permitió al paciente, un hombre de 58 años, comenzar a percibir luces donde antes solo había oscuridad. Con el tiempo y una correcta reducación visual, será capaz de ver formas y movimientos, y recuperar así parte de la visión perdida.
El sistema, conocido como Iris II, está formado por el implante epirretinal biónico y un visor especial, parecido a un casco de realidad virtual. En su interior, y diseñado con tecnología muy compleja, reside una cámara inspirada en el funcionamiento del ojo humano que transmite señales al implante. Este posee 150 electrodos (tres veces más que su prototipo, el Iris I) que estimulan de manera artificial el globo ocular, ayudando así a restaurar parcialmente las funciones dañadas de la retina.
La idea de Pixium Vision es comercializar este maravilloso invento en Europa este mismo año, y, con el tiempo, comenzar a tratar otras dolencias relacionadas con la visión, como la degeneración macular producida por el paso del tiempo.
En diciembre de 2001, el emprendedor norteamericano Dean Kamen presentó en sociedad uno de sus inventos más conocidos: el Segway, un vehículo eléctrico de transporte ligero que, en aquel momento, supuso una auténtica revolución. Hasta el punto de conseguir que un gurú de la innovación como Steve Jobs afirmara que las ciudades del futuro estarían construidas alrededor de este nuevo medio de transporte. Sin embargo, a veces hasta los grandes genios se equivocan.
Nadie puede poner en duda la innovación aportada por el invento de Kamen: el Segway era el primer vehículo con autobalanceo. Controlado por un ordenador integrado, y equipado con motores y giroscopios, el Segway es capaz de mantenerse horizontal constantemente. Para manejarlo, solamente hay que inclinarse ligeramente hacia la dirección deseada. Además, es capaz de alcanzar una velocidad de 20 km/h. En definitiva, este podría haber sido el transporte del futuro: cómodo, rápido, no contaminante… Pero tras el boom que supuso su sorpresiva aparición en el mercado, el Segway no cumplió las expectativas generadas.
Su elevado coste fue uno de los motivos, pero también el peligro que supone el uso de este dispositivo sobre las aceras: su elevado peso (45 kg) y una velocidad muy superior a la de los peatones supuso su prohibición en algunas ciudades como San Francisco. Sin embargo, Kamen no ha tirado la toalla, y, quién sabe, quizás en el futuro, en cierto tipo de poblaciones urbanas, el Segway se convierta en el método de transporte más común.
Uno de los principales retos en la investigación sobre baterías es conseguir una forma de recargarlas sin necesidad de tener a mano un enchufe o una fuente de electricidad. Por eso, Sony Corp presentó en la exposición Eco-Productos de 2011 la Bio-Battery, una innovadora batería que funciona con papel.
El dispositivo se basa en las propiedades de la pasta de celulosa. Esta, mezclada con oxígeno y agua, sufre la descomposición de sus enzimas, lo cual provoca una reacción química que produce la energía necesaria para hacer funcionar un circuito eléctrico. La idea del invento surgió gracias a la observación de la naturaleza, en concreto de un tipo de hormiga y de las termitas, capaces de comer madera y procesarla para convertirla en energía.
Además la Bio-Battery tiene otra ventaja: no contamina. En palabras de Chisato Kitsukawa, antiguo senior manager de Sony,
"Las baterías ecológicas son óptimas para el cuidado del medio ambiente y tienen un gran potencial."