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Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, el ODS 7, «Energía asequible y no contaminante», tiene como meta de aquí a 2030 aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas. El problema de las energías renovables es que están sujetas al capricho de las condiciones climáticas. Los días en que brille el sol y el cielo esté despejado no habrá problema, pero ¿qué pasa con la producción de energía cuando sobre nosotros hay una gruesa capa de nubes?
China, que ya ostenta el título de ser el primer productor de energía solar en la Tierra con más de 130GW de potencia, ha levantado la vista al cielo y se ha decidido a estudiar cómo construir parques solares en el espacio para ofrecer energía verde espacial. El primer paso sería poner en órbita una estación que haga la misma función que un gigantesco panel fotovoltaico.
Aunque la idea suene demasiado futurista, la agencia espacial china ya ha comenzado sus investigaciones y planea lanzar los primeros satélites en fase experimental en 2021 y 2025. Según sus planes, para 2030 ya serían capaces de lanzar una estación capaz de generar 1GW de energía eléctrica.
¿Y cómo llegaría la energía generada a nuestro planeta? La estación espacial estaría formada por placas solares que captarían los rayos del astro, y estos serían transmitidos a la Tierra mediante rayos láser u ondas electromagnéticas. Aquí una estación base almacenaría esa energía y la transformaría en electricidad que posteriormente volcaría al sistema eléctrico.
En paralelo, y tras demostrar que es posible transmitir kilovatios de potencia a medio kilómetro mediante tecnología inalámbrica, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón investiga desde hace más de un lustro cómo instalar parques solares en el espacio para dejar de depender definitivamente de la energía nuclear.
Aunque ya se han presentado proyectos similares, este tiene un gran impedimento: la estación diseñada por la agencia China pesaría 400 toneladas. Esto supone mayores costes para su construcción, su puesta en órbita y su mantenimiento.
Tampoco se ha estudiado en profundidad el impacto que pueden producir las ondas electromagnéticas o de los rayos láser con los que se transmitiría la energía a la Tierra.
Y, sobre todo, si el aprovechamiento de GW merecerá el esfuerzo dado que la generación de electricidad siempre es mucho menor a la capacidad instalada.
El futuro de la energía pasa por desarrollar iniciativas que aseguren el acceso a servicios modernos que dependan en su mayoría de fuentes renovables.
La innovación y la sostenibilidad son los ejes claves en el desarrollo y gestión de actividades y proyectos de generación de energía limpia. Sin despegar los pies del suelo, Enel Green Power España está llevando a cabo grandes proyectos en el territorio español construyendo plantas solares y eólicas que contribuyen al desarrollo tecnológico, a la protección medioambiental y al progreso social.
Por ejemplo, en Totana (Murcia), Enel Green Power España, ha conectado a la red una planta solar de 85 megavatios. Sus 248.000 módulos generan cerca de 150 GWh por año, y evitan la emisión de 104.000 toneladas de CO₂.
La construcción de esta planta responde a la estrategia de Endesa de descarbonizar su ‘mix’ de generación, un proceso cuyo primer hito es alcanzar 8,4 GW de capacidad instalada renovable en 2021, con una inversión de unos 2.000 millones de euros.