Biodiversidad urbana: la naturaleza cerca de tu casa
El 22 de mayo es el día de la Diversidad Biológica y el 5 de junio el Día Mundial del Medioambiente, así que hemos querido rendir homenaje a todas esas especies no humanas, que nos acompañan en nuestro día a día y que nos proporcionan múltiples beneficios.
Por Rocío Otero Huertas
Para hablar de la biodiversidad lo primero es entender qué es la biodiversidad. Según la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), la biodiversidad son todos los organismos vivos y los ecosistemas de los que forman parte.
Cuando escuchamos la palabra biodiversidad lo que nos viene a la cabeza son lugares exóticos, en muchos casos prístinos, donde existe una gran variedad de especies vegetales de diferentes tamaños y que proporcionan hábitat a animales increíbles, desde grandes felinos hasta el insecto más letal. Pero no hace falta irse tan lejos para poder disfrutar de la biodiversidad, lo cierto es que tenemos este disfrute a un pasito de casa gracias a la biodiversidad urbana, que incluye a todo el conjunto de organismos vivos y ecosistemas que se encuentran en los entornos urbanos.
Actualmente las áreas urbanas ocupan gran parte de la superficie terrestre. El 56% de la superficie terrestre está urbanizada, en concreto, en España el 2,5% del territorio está ocupado por suelos urbanos y se espera que vaya en aumento por el incremento de la población y el creciente desplazamiento de las personas desde el campo a las ciudades (ONUHabitat, 2022; SEO/Birdlife, 2019). Los cambios en el uso del suelo y la pérdida y fragmentación de hábitat que provocan las ciudades son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad.
Las especies que viven en ecosistemas urbanos se encuentran cada día con numerosas dificultades para realizar sus funciones vitales. La presencia de edificios y carreteras condiciona el movimiento de las especies que se desplazan por el suelo. El manejo excesivo de las zonas verdes como la poda y siega de la vegetación o la retirada de madera muerta supone la pérdida de áreas de refugio y nidificación, así como zonas de alimentación y forrajeo, tanto de pájaros como de insectos.
A las alteraciones generadas por el propio proceso de edificación y el mantenimiento de parques y jardines, se suma el propio metabolismo urbano que incluye múltiples procesos de contaminación química, acústica y lumínica, que altera los biorritmos de muchas especies e incluso modifica su capacidad de reproducción.
Si a esto le añadimos los efectos del cambio climático que se hacen más patentes en las ciudades como el aumento de temperatura o la menor disponibilidad hídrica, vemos que estos ecosistemas pueden ser verdaderamente hostiles, tanto para la flora como para la fauna urbana. Aun así, hay muchas especies que consiguen sobrevivir a esta alteración y adaptarse a nuevas condiciones.
Como en la mayoría de los ecosistemas terrestres, las comunidades vegetales son una pieza clave de los ecosistemas urbanos, ya que son los productores primarios y la base de la pirámide trófica urbana.
En las ciudades se da una característica que no ocurre en otros sistemas, la diversidad de plantas está compuesta, en su gran mayoría, por especies ornamentales. Desde el arbolado urbano, presente en los parques y jardines y en las calles, a las plantas que adornan rotondas, medianas, parterres, terrazas y balcones en las casas. Prácticamente todas esas plantas son distintas a las que encontraríamos en un entorno rural de nuestro país. No obstante, estas especies vegetales cumplen su papel como alimento y refugio de la fauna urbana y son las que estructuran en gran medida los ecosistemas urbanos.
Además, en las áreas urbanas y periurbanas existen espacios que son claves para la biodiversidad como los solares abandonados o descampados. Estos espacios albergan biodiversidad que crece de manera espontánea. Normalmente plantas autóctonas, escapadas de áreas naturales y que terminan por asentarse en la ciudad.
Estos retazos de vegetación, junto con las zonas verdes proporciona hábitat a numerosas especies animales. Dentro de la fauna urbana podemos encontrar aves, mamíferos, reptiles, insectos e incluso anfibios. ¿Quién no se ha interesado por las lagartijas que se escondían en las grietas de los edificios, ha intentado coger alguna mariquita, ha observado los interminables caminos de hormigas que se forman en primavera o ha huido de alguna avispa en verano?
En las ciudades podemos observar especies increíbles presentes todo el año como gorriones (Passer domesticus), mirlos (Turdus merula). Otras que vienen a partir de la primavera como los vencejos (Apus apus) e incluso rapaces como los autillos europeos (Otus scops). Solo debemos fijarnos en lo que nos rodea en lugar de alejarnos para buscar biodiversidad.
Además de acercarnos a la naturaleza, las especies urbanas nos proporcionan múltiples beneficios a las personas que vivimos en las ciudades. Mejoran nuestra calidad de vida, ya que tener naturaleza cerca mejora tanto la salud física como la salud mental. Hay grupos y especies como murciélagos y golondrinas controladores de plagas que se alimentan de mosquitos, un murciélago puede consumir hasta 3 mil mosquitos en una noche (National Geographic, 2018). Y la vegetación puede suponer ahorros económicos por la reducción del uso de sistemas de refrigeración en verano o mejorar de la calidad del aire.
Todos estos beneficios deberían ser suficiente motivación para cuidar de la biodiversidad urbana, pero ¿cómo podemos hacerlo? Lo primero es intentar no afectarla de manera negativa, no molestar a los animales de la ciudad. Pero también podemos contribuir de manera activa. Por ejemplo, evitando el uso de pesticidas para no afectar a las especies que se alimenten de ellas, dejando bebederos para pájaros durante las épocas de olas de calor evitando eliminar nidos de golondrinas o aviones de nuestras fachadas. Pero el mayor impacto se conseguirá exigiendo a los gobiernos locales que incluyan la conservación de la biodiversidad urbana entre sus prioridades, haciendo el manejo de la naturaleza en la ciudad compatible con el mantenimiento de los hábitats para la flora y la fauna.
Celebremos el día de la biodiversidad y el del medio ambiente de este año apreciando toda esa biodiversidad que vemos cada día, pero pasa inadvertida.