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Aunque la optimización completa debe realizarla un profesional certificado, hay ciertas comprobaciones básicas que puedes hacer tú mismo, para asegurarte de que tu caldera está en condiciones óptimas antes de que bajen las temperaturas. Estos pasos no sustituyen el mantenimiento técnico, pero ayudan a detectar posibles incidencias y mejorar el rendimiento desde el primer día.
1. Comprueba que esté enchufada
Asegúrate de que la caldera tiene suministro eléctrico y que no hay cortes o desconexiones.
2. Verifica que la llave de paso esté abierta
La válvula de gas debe estar completamente abierta para permitir el flujo correcto.
3. Ajusta el modo calefacción
Activa el modo invierno para que el sistema empiece a calentar el agua destinada a los radiadores.
4. Controla la presión del circuito
El nivel debe estar entre 1 y 1,5 bares. Si es inferior, es necesario rellenar el circuito.
5. Regula la temperatura del agua
Para radiadores, lo ideal es entre 50°C y 60°C. Si tienes suelo radiante, es mejor ajustarla entre 35°C y 45°C.
6. Ajusta el termostato
Mantén una temperatura ambiente moderada, preferiblemente no superior a 21°C, para evitar un consumo excesivo.
7. Purga los radiadores
Elimina el aire acumulado para mejorar la distribución del calor y evitar ruidos molestos.
8. Vuelve a comprobar la presión
Tras purgar, revisa que la presión se mantenga dentro del rango recomendado.
¿Cuándo es mejor hacer la revisión?
El mejor momento para revisar tu caldera es entre septiembre y noviembre. Así te adelantas al frío y evitas esperas por alta demanda. Si tu caldera tiene más de un año o notas que no calienta como antes, no lo dejes pasar: pide cita con un técnico cuanto antes.
Consejos extra para ahorrar energía y cuidar tu caldera
Aunque el mantenimiento técnico es imprescindible, hay pequeños gestos que puedes hacer para mejorar la eficiencia de tu sistema:
- Purga los radiadores al inicio de la temporada.
- No cubras la caldera ni los radiadores, para permitir una ventilación adecuada.
- Instala un termostato programable y ajusta la temperatura según tus horarios.
- Mantén una temperatura constante, entre 19°C y 21°C, para optimizar el consumo.
- Realiza revisiones periódicas, incluso si no detectas fallos.
Estos hábitos no solo reducen el consumo energético, sino que también prolongan la vida útil del equipo.
Si no quieres complicarte o detectas alguna anomalía durante tu revisión, puedes contratar uno de nuestros servicios de mantenimiento de gas, para que un técnico certificado se encargue de todo. Así te aseguras de que tu caldera funcione con total seguridad y eficiencia durante todo el invierno.
¿Y el aire acondicionado? También necesita revisión
Aunque solemos asociar el aire acondicionado al verano, muchos equipos también ofrecen función de calefacción. Por eso, revisar su estado al inicio de cada temporada, ya sea invierno o verano, es fundamental para garantizar su buen funcionamiento, evitar averías y prolongar su vida útil.
Tanto si lo usas para calentar en invierno como para refrescar en verano, realizar un mantenimiento periódico mejora el rendimiento, reduce el consumo eléctrico y evita reparaciones inesperadas.
Si no quieres complicarte o detectas alguna anomalía durante tu revisión, puedes contratar uno de nuestros servicios de mantenimiento de aire acondicionado, para que un técnico certificado se encargue de todo. Así te aseguras de que tu aire acondicionado funcione con total seguridad y eficiencia.
Consejos extra para ahorrar energía y cuidar tu aire acondicionado
Además del mantenimiento técnico, hay gestos sencillos que puedes aplicar para mejorar la eficiencia de tu aire acondicionado:
- Limpia los filtros con regularidad. Una vez secos, vuelve a colocarlos correctamente.
- Revisa las pilas del mando a distancia para evitar fallos de comunicación con el equipo.
- Selecciona el modo adecuado según la temporada: frío en verano, calor en invierno.
- Regula la temperatura de forma moderada: entre 23°C y 25°C para refrigerar, y entre 19°C y 21°C para calentar.
Estos hábitos te ayudarán a mantener un ambiente confortable en casa, reducir el consumo energético y alargar la vida útil del aparato.
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