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La transición energética es la evolución hacia un modelo energético más sostenible. Es un reto tecnológico, económico y una oportunidad sin precedentes para generar valor para la sociedad.
La transición energética es un proceso integral y progresivo en el que las sociedades dejan de basar su desarrollo y crecimiento en fuentes de energía contaminantes (principalmente combustibles fósiles) y avanzan hacia sistemas energéticos más limpios, sostenibles y descentralizados.
El objetivo de la transición energética es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para que el crecimiento del planeta sea sostenible y mitigar el cambio climático. El marco global es el Acuerdo de París, que señala como meta la neutralidad climática en 2050.
El proceso de descarbonización para reducir las emisiones contaminantes implica cambiar no solo la forma de producir, sino también la de usar la energía en sectores como el transporte, la industria y la edificación.
En línea con la meta de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC, estamos acelerando la descarbonización de nuestro mix energético, que será completamente renovable en 2040. Además, contribuimos a la descarbonización de otros usos energéticos, como la movilidad y la climatización.
El sector energético está en el centro de transformaciones globales, impulsadas por la necesidad de reducir emisiones, garantizar el acceso universal a la energía y enfrentar los desafíos del cambio climático.
La transición energética comienza en el origen, en la forma en que generamos y distribuimos la energía. Implica sustituir las fuentes de energía que producen emisiones por otras energías limpias.
El cierre de nuestras seis centrales de carbón en la Península Ibérica (cinco en España y una en Portugal, con un total de 5,7 GW) es un hito en este proceso. Dejamos el carbón pero no nos vamos de los territorios donde hemos estado presentes tantos años.
Para mitigar el impacto de los cierres y promover nuevos proyectos industriales, hemos puesto en marcha seis Planes Futur-e, centrados en la recolocación del personal, el impulso económico, la formación y la sostenibilidad municipal. Además, hemos adjudicado los dos únicos concursos de transición justa convocados hasta la fecha por los gobiernos de ambos países, los concursos de Pego (Portugal, en 2021) y Andorra (Teruel, en 2022).
Además de apostar por la generación sin emisiones, es necesario innovar en almacenamiento y redes eléctricas, impulsando el desarrollo de baterías de alta capacidad, la digitalización y la gestión inteligente de los sistemas para integrar las renovables.
El cierre de las centrales de carbón se acompaña de iniciativas que favorecen una transición justa, orientada a generar nuevas oportunidades económicas y sociales y a proteger el entorno local.
El cierre de las centrales de carbón se acompaña de iniciativas que favorecen una transición justa, orientada a generar nuevas oportunidades económicas y sociales y a proteger el entorno local.
El cierre de las centrales de carbón se acompaña de iniciativas que favorecen una transición justa, orientada a generar nuevas oportunidades económicas y sociales y a proteger el entorno local.
La sostenibilidad debe guiar el desarrollo de proyectos renovables, integrando la protección del entorno, la eficiencia operativa y la creación de valor compartido con las comunidades locales.
La sostenibilidad debe guiar el desarrollo de proyectos renovables, integrando la protección del entorno, la eficiencia operativa y la creación de valor compartido con las comunidades locales.
La sostenibilidad debe guiar el desarrollo de proyectos renovables, integrando la protección del entorno, la eficiencia operativa y la creación de valor compartido con las comunidades locales.
La red de distribución eléctrica debe avanzar hacia un modelo inteligente y sostenible, impulsado por la digitalización y la innovación para integrar renovables, mejorar la eficiencia operativa y garantizar el suministro.
La red de distribución eléctrica debe avanzar hacia un modelo inteligente y sostenible, impulsado por la digitalización y la innovación para integrar renovables, mejorar la eficiencia operativa y garantizar el suministro.
La red de distribución eléctrica debe avanzar hacia un modelo inteligente y sostenible, impulsado por la digitalización y la innovación para integrar renovables, mejorar la eficiencia operativa y garantizar el suministro.
La transición no culmina en la generación, se completa en el uso que hacemos de la energía. Mejorar su aprovechamiento significa optimizar procesos industriales, edificios y sistemas de transporte para reducir el consumo sin afectar la calidad de vida.
El verdadero cambio requiere una transformación cultural. Los ciudadanos deben tener un papel activo, haciendo un consumo consciente y responsable de la energía.
Basada en generación libre de emisiones y redes digitales, la electrificación acelera la transición al integrar vehículos eléctricos, procesos industriales eléctricos y soluciones de autoconsumo.
Basada en generación libre de emisiones y redes digitales, la electrificación acelera la transición al integrar vehículos eléctricos, procesos industriales eléctricos y soluciones de autoconsumo.
Basada en generación libre de emisiones y redes digitales, la electrificación acelera la transición al integrar vehículos eléctricos, procesos industriales eléctricos y soluciones de autoconsumo.
La transición energética va mucho más allá de sustituir unas fuentes de energía por otras. Su impacto alcanza también a la economía, la sociedad y el medioambiente, transformando los territorios y generando nuevas oportunidades. Este proceso impulsa la creación de empleo, la innovación y la cohesión social.
La transformación del sistema energético está abriendo paso a nuevos modelos de negocio, con oportunidades ligadas al autoconsumo, la energía distribuida y los servicios asociados a la red. Al mismo tiempo, es clave garantizar que la energía limpia sea asequible y competitiva.
La transformación del sistema energético está abriendo paso a nuevos modelos de negocio, con oportunidades ligadas al autoconsumo, la energía distribuida y los servicios asociados a la red. Al mismo tiempo, es clave garantizar que la energía limpia sea asequible y competitiva.
La transformación del sistema energético está abriendo paso a nuevos modelos de negocio, con oportunidades ligadas al autoconsumo, la energía distribuida y los servicios asociados a la red. Al mismo tiempo, es clave garantizar que la energía limpia sea asequible y competitiva.
La transición energética no es únicamente un reto tecnológico o económico, sino también una oportunidad sin precedentes para generar valor social.
El modelo de creación de valor compartido genera oportunidades en las comunidades locales a través de la formación, el empleo y la máxima integración con el territorio.
La transición energética no es únicamente un reto tecnológico o económico, sino también una oportunidad sin precedentes para generar valor social.
El modelo de creación de valor compartido genera oportunidades en las comunidades locales a través de la formación, el empleo y la máxima integración con el territorio.
La transición energética no es únicamente un reto tecnológico o económico, sino también una oportunidad sin precedentes para generar valor social.
El modelo de creación de valor compartido genera oportunidades en las comunidades locales a través de la formación, el empleo y la máxima integración con el territorio.
La protección del entorno forma parte del compromiso con un desarrollo sostenible. La conservación de la biodiversidad, la gestión ambiental responsable y el uso eficiente del agua permiten preservar los recursos naturales y garantizar su equilibrio a largo plazo.
La protección del entorno forma parte del compromiso con un desarrollo sostenible. La conservación de la biodiversidad, la gestión ambiental responsable y el uso eficiente del agua permiten preservar los recursos naturales y garantizar su equilibrio a largo plazo.
La protección del entorno forma parte del compromiso con un desarrollo sostenible. La conservación de la biodiversidad, la gestión ambiental responsable y el uso eficiente del agua permiten preservar los recursos naturales y garantizar su equilibrio a largo plazo.
La transición energética avanza en España gracias a la posición óptima y competitiva que nos da el desarrollo de las energías renovables. Un avance que permite atraer nueva industria y acelerar la electrificación, pero que se enfrenta a un reto muy importante: la capacidad de la red eléctrica para conectar nueva demanda.
Para consolidar el proceso de descarbonización de la sociedad y aprovechar la oportunidad de crecimiento de la economía, es necesario reforzar y modernizar la red, incorporar sistemas de almacenamiento, mejorar la coordinación entre todos los actores y un marco regulatorio que incentive la inversión y aporte estabilidad.
Un marco regulatorio claro y estable permite avanzar hacia una economía baja en carbono y ofrece seguridad a quienes apuestan por un futuro más sostenible.
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