
El sector del transporte representa el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España y casi el 40% de las emisiones de los sectores residencial, comercial e institucional, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La mayor parte de estas emisiones corresponden al transporte por carretera, concretamente un 95%. El 5% restante se reparte entre el transporte aéreo, el marítimo doméstico y el tren. Por eso es tan importante el desarrollo de los vehículos eléctricos, pero los coches ya no son los únicos que se mueven con electricidad.
“El transporte representa el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España y casi el 40% de las emisiones de los sectores residencial, comercial e institucional.”.
La preocupación global por la contaminación del medioambiente también ha llegado a la náutica. Los barcos eléctricos ya están comenzando a surcar los mares. Los océanos se están convirtiendo en un depósito al que van a parar multitud de residuos procedentes de ciudades. Por ello, con el objetivo de conservar y respetar la biodiversidad que vive en ellos, es importante que se continúe electrificando este tipo transporte empleando sistemas de propulsión limpios.
Principales ventajas de las embarcaciones eléctricas
Aunque la electrificación todavía queda lejos de los buques mercantes, petroleros y los grandes cruceros, ya se está incorporando sobre todo en embarcaciones de recreo eléctricas. Se consideran de recreo todas aquellas destinadas a fines recreativos y deportivos, con independencia del medio de propulsión y que no transportan más de 12 pasajeros.
Al igual que los coches, los barcos eléctricos presentan numerosos beneficios respecto a los barcos convencionales. En primer lugar, son más sostenibles. Emplean energía eléctrica y respetuosa con el medioambiente y, por tanto, no dejan residuos en el mar. Esto, además de ecológicos, también los convierte en más económicos, pues permite ahorrar costes por el cambio de combustible a electricidad.
Una de las ventajas de las embarcaciones eléctricas que más valoran los amantes de la náutica es que son silenciosas. Esto les permite disfrutar más del sonido del mar, sin ruidos ni humos alrededor del barco. Algo que antes solo se podía conseguir navegando a vela. También es destacable que su uso es más sencillo, ya que son más ligeros y esto facilita los giros y, además, son más fáciles de mantener.
La evolución de los barcos eléctricos
Si al hombre de la Antigüedad, que comenzó a construir barcos hace más de 10.000 años, le contásemos hasta donde han llegado esas primeras naves de vela o remo, no se lo creería. En 2021, el mercado mundial de las embarcaciones eléctricas alcanzó los 5.000 millones de dólares y se espera que para 2027 se acerque a los 10.500 millones. Estos datos reflejan no solo un claro crecimiento anual, sino también una firme apuesta por la descarbonización del sector.
Algunas marcas ya cuentan en su catálogo con barcos eléctricos destinados a paseos cortos a velocidad reducida, mientras que otras han lanzado al mercado pequeños cruceros capaces de recargarse con energía solar. Sin embargo, lo que más rápido están avanzando son las embarcaciones de recreo eléctricas.
Si nos centramos en Europa, podemos encontrar iniciativas realmente innovadoras. En Venecia, por ejemplo, se está trabajando para poner en marcha el primer punto de recarga para embarcaciones eléctricas. En Noruega se está creando una mini red de seis barcos eléctricos destinados a cruzar el canal de Telemark, donde se instalarán diez supercargadores a lo largo de la ruta.
En el caso de España, el “llaut” eléctrico ha revolucionado la forma de moverse por las Islas Baleares. Los astilleros mallorquines Medvolt Marine han unido tradición y vanguardia en sus barcos con el único fin de hacer que la navegación sea una actividad cada vez más sostenible y respetuosa con el medioambiente.
De igual forma que ocurría con los vehículos hasta hace unos años, la autonomía es el gran desafío para las embarcaciones de recreo eléctricas. Actualmente, el almacenaje de las baterías de los barcos eléctricos permite hacer trayectos cortos y a velocidades muy bajas. Por lo que, en los próximos años, se espera que las compañías hagan un mayor esfuerzo en mejorar este punto para poder seguir avanzando en la descarbonización de este sector.
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