
La energía eólica o energía del viento la aprovechamos desde hace miles de años, pero lo que comenzó como una forma de mover barcos y moler grano, hoy es una tecnología que genera energía limpia.
Los aerogeneradores o turbinas eólicas se encargan de convertir la energía del viento en electricidad. Este resultado parte de una evolución que comenzó con los antiguos molinos de viento y que ha culminado en las turbinas modernas que ya forman parte de nuestro paisaje.
¡Te contamos todo sobre la historia de la energía eólica!
El origen de la energía eólica: mucho antes de la electricidad
Aunque no lo parezca, llevamos muchos años aprovechando la energía del viento, pero no siempre con el mismo objetivo. Las primeras civilizaciones no pensaban en generar electricidad, sino en utilizar la energía en tareas cotidianas.
El primer uso fue en el transporte del antiguo Egipto, alrededor del 3500 a.C. Los egipcios usaban velas en sus embarcaciones para navegar por el Nilo y el viento les permitía recorrer largas distancias, facilitando el comercio y la comunicación.
Siglos después, hacia el 200 a.C., en China, se construían molinos de viento que se empleaban para el bombeo de agua, una solución clave para la irrigación de sus campos. Estos primeros molinos fueron la prueba de cómo las civilizaciones encontraron en el viento un aliado.
En Persia (actual Irán) en el siglo VII, se desarrollaron molinos de viento con un diseño de eje vertical. Estas estructuras, fabricadas con madera y velas de caña, se utilizaron para moler grano y bombear agua. Aunque eran muy diferentes a los aerogeneradores modernos, sentaron las bases de lo que más tarde se convertiría en una de las principales fuentes de energía renovable.
Con la llegada de la Edad Media, evolucionó el uso de la energía eólica. En Europa, y especialmente en los Países Bajos, los molinos de viento desempeñaron un papel esencial en la agricultura y el control del agua.
Estas construcciones fueron un símbolo del ingenio humano, aprovechando el viento para drenar terrenos y transformar las tierras bajas en zonas cultivables. Los molinos se convirtieron en protagonistas del paisaje europeo y en el motor del progreso agrícola. Te contamos las mejores curiosidades sobre ellos.
Curiosidades de los molinos de viento en Europa
A lo largo de la historia, los molinos de viento han estado presentes en distintas regiones de Europa, adaptándose a las necesidades locales y aprovechando el viento para diversas actividades:
- Países Bajos: los famosos molinos holandeses permitieron drenar tierras bajas y ganar terreno al mar, formando los conocidos pólderes (terrenos que antes eran parte del mar o de un pantano, pero se han secado con diques y canales, y ahora se usa para cultivar). Estos molinos son un símbolo de la capacidad humana para aprovechar los recursos naturales y adaptar el entorno a sus necesidades.
- España: en Campo de Criptana, en Ciudad Real, los molinos que inspiraron a Cervantes para su obra "Don Quijote de la Mancha", se usaron hasta el siglo XIX para moler grano, siendo una parte esencial de la economía rural española.
- Otros países europeos: en Inglaterra y Francia, se adaptaron para tareas locales específicas, demostrando la importancia de la energía eólica durante siglos y su influencia en distintas regiones.
Así llegamos a un punto crucial en la evolución de la energía eólica: La Revolución Industrial y los primeros generadores eólicos, donde la transformación del viento en electricidad dio sus primeros pasos.
La Revolución Industrial y los primeros aerogeneradores eólicos
Con la llegada de la Revolución Industrial, el uso de los molinos de viento disminuyó. Las máquinas de vapor eran la principal fuente de energía. Sin embargo, el interés por aprovechar el viento resurgió en el siglo XIX con los primeros intentos de generar electricidad a partir del viento.
Uno de los grandes pioneros en este campo fue el estadounidense Charles F. Brush, que en 1888 construyó el primer aerogenerador moderno en Cleveland, Ohio. La gigantesca turbina, con un rotor de 17 metros de diámetro y 144 palas de madera, fue el primer dispositivo de este tipo que generó electricidad de forma continua, funcionando durante 20 años. ¿Lo malo? Su potencia apenas llegaba a los 12 kW.
En Europa, el físico danés Poul la Cour fue el primero en hacer avances importantes en la eficiencia de los generadores. A comienzos del siglo XX, La Cour instaló más de 100 turbinas en Dinamarca para la producción descentralizada de electricidad. En 1908 ya contaban con 72 generadores eólicos con capacidades que iban de 5 kW a 25 kW.
Los descubrimientos de La Cour sobre la eficiencia de las turbinas de pocas palas asentaron el diseño de los aerogeneradores modernos. Llegó hasta tal punto que en 1957 su alumno, el ingeniero Johannes Juul, instaló una turbina en Gedser (Dinamarca). Tenía 24 metros de diámetro y una potencia de 200 kW.
Por su diseño de tres palas y eje horizontal, se considera la primera turbina eólica moderna, similar a los aerogeneradores actuales. Funcionó sin mantenimiento durante 11 años y en 1992 la desmantelaron. En 2006, la góndola y las palas del rotor fueron trasladadas al Museo de la Energía (Energimuseet), ubicado cerca de Bjerringbro, en el centro de Jutlandia, donde se volvieron a ensamblar para formar parte de la colección del museo.
Sin embargo, no podemos hablar del auge de la energía eólica hasta los años 70 con la crisis del petróleo. Ante la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, muchos países comenzaron a invertir en energías renovables, siendo la eólica una de las principales opciones.
Ante este contexto, la Administración Carter en Estados Unidos impulsó el uso de renovables, marcando el inicio del desarrollo moderno de estas tecnologías. Durante ese periodo, surgieron empresas del sector eólico, como Vestas o Gamesa, y se llevaron a cabo investigaciones financiadas por la National Science Foundation y el Departamento de Energía.
A la par, la NASA desarrolló grandes turbinas eólicas, aunque su comercialización se retrasó por la caída de los precios de la energía en los años 80. Las innovaciones tecnológicas, como las aspas aerodinámicas y los generadores de velocidad variable, sentaron las bases para las turbinas actuales de alta potencia.
Pero… ¿cuándo se levantó el primer parque eólico del mundo? Tenemos que seguir avanzando en el hilo cronológico.
El primer parque eólico de la historia
En 1981 se lanzó el proyecto Towards 2000, en el que participaron la NASA y el Departamento de Energía de Estados Unidos.
Este fue el primer parque eólico terrestre a nivel mundial y los 20 aerogeneradores que se instalaron se ubicaron en Crotched Mountain, New Hampshire.
Towards 2000 se creó para demostrar que se podía generar electricidad partiendo de las renovables a gran escala. Con este hito en la historia de las renovables, vemos que el debate por reemplazar los combustibles fósiles por renovables lleva abierto más años de los que parece.
La energía eólica en la actualidad
Los parques eólicos destinados a la generación eléctrica se expandieron a nivel global, alcanzando una capacidad instalada de unos 17,4 GW en el año 2000.
En la última década, los precios asociados con la tecnología eólica han disminuido, permitiendo que se vuelva competitiva frente a las fuentes de energía tradicionales e impulsando su crecimiento hasta superar los 500 GW.
Hoy en día, las turbinas eólicas son auténticos gigantes tecnológicos, con palas que superan los 100 metros de longitud y tienen capacidad de hasta 2,5 megavatios por unidad. Este desarrollo ha permitido que la energía eólica sea una de las fuentes de energía renovable más importantes a nivel mundial.
¿Y cuánta capacidad eólica hemos alcanzado? Según la Asociación Empresarial Eólica, en 2022 llegamos a una capacidad instalada mundial de 906 GW, con China, EE.UU., Alemania, India y España concentrando el 71% de las nuevas instalaciones.
España se sitúa como la quinta nación a nivel global en cuanto a capacidad de energía eólica instalada y ocupa el segundo puesto dentro de Europa. Te contamos la situación de la eólica actual en nuestro país.
Energía eólica en España a día de hoy
La energía eólica es actualmente la principal fuente de generación eléctrica en España, cubriendo el 23,5% de la demanda en 2023 y el 25% en lo que llevamos de 2024, según AEE.
Castilla y León lidera en potencia instalada con 6.517 MW, seguida por Aragón, que en 2023 añadió 307 MW nuevos, siendo la comunidad que más incrementó su capacidad ese año.
Además, el sector de la eólica da trabajo en nuestro país a 40.000 personas, y se espera que esta cifra se duplique para 2030, consolidando aún más el liderazgo de España en energías renovables.
Ahora que conoces los principales avances en la historia de la energía eólica, es el momento de repasar los hitos más importantes que nos han traído hasta donde estamos hoy.
Historia de la energía eólica
3500 a.C. - Navegación. Los egipcios aprovecharon el viento para navegar en el río Nilo.
200 a.C - Molinos de viento En China se construyeron molinos de viento para el bombeo de agua, una solución clave para la irrigación de sus campos.
Siglo VII - Molinos verticales En Persia se construyeron los primeros molinos de viento verticales. Se fabricaron con madera y velas de caña.
Edad Media - Llegan los molinos a Europa. En los Países Bajos y otros países europeos se utilizaron los molinos para el control del agua y la agricultura.
1888 - Primer aerogenerador. Charles F. Brush construyó el primer aerogenerador capaz de generar electricidad.
1957 - Primera turbina eólica moderna. Johannes Juul instaló en Dinamarca la primera turbina eólica moderna de tres palas, que funcionó durante 11 años.
1970 - Auge de la energía eólica. La crisis del petróleo impulsó la inversión en energías renovables.
1981 - Primer parque eólico del mundo. Se instaló en Crotched Mountain, New Hampshire, con 20 aerogeneradores.
2000 - Expansión global de la energía eólica. La capacidad instalada de energía eólica alcanzó los 17,4 GW, marcando su consolidación como una fuente de energía global.
2022 - Actualidad. La capacidad eólica mundial alcanzó los 906 GW, con China, EE.UU., Alemania, India y España concentrando el 71% de las nuevas instalaciones.
¿Quién habría imaginado que aquellos primeros molinos de viento acabarían teniendo tanta importancia? La eólica ha avanzado hasta convertirse en una de las piezas clave en la producción de electricidad limpia y en la descarbonización del sector energético. Además de su capacidad para reducir emisiones de CO2, es un motor de desarrollo económico.
El sector eólico crea empleo (da trabajo a unas 40.000 personas en España), y se prevé que esta cifra se duplique para 2030. También contribuye a reducir la dependencia energética del exterior, disminuyendo la necesidad de importar combustibles fósiles, lo que refuerza la autonomía energética del país y mejora su estabilidad económica.
A ello sumamos que, al ser una fuente limpia y renovable, tiene beneficios directos sobre la salud pública, reduciendo la contaminación del aire y mejorando la calidad de vida y el bienestar de la población. Estas ventajas hacen que la energía eólica sea una solución efectiva en la lucha contra el cambio climático y fundamental para el desarrollo sostenible a largo plazo.
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