
Los cargadores inalámbricos son una alternativa cómoda para cargar los dispositivos tecnológicos sin depender de cables. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo funcionan? ¿Y qué ventajas y desventajas tienen? Te explicamos qué son y respondemos a todas las preguntas.
¿Qué es un cargador inalámbrico?
Un cargador inalámbrico es un dispositivo que permite cargar sistemas electrónicos sin cables, aprovechando una tecnología llamada inducción electromagnética. Esta tecnología, que se utiliza en transformadores desde hace más de un siglo, permite transferir energía mediante campos magnéticos en lugar de cables físicos.
El estándar más usado en cargadores sin cables es el Qi. Este tipo de norma asegura que aparatos electrónicos de distintas marcas, como teléfonos o relojes inteligentes, puedan cargarse en cualquier dispositivo. Por ejemplo, un móvil Samsung puede cargarse en una base compatible con Qi, aunque sea de otra marca.
¿Cómo funciona un cargador sin cables?
La carga inalámbrica es la interacción entre dos bobinas, que son cables enrollados en forma de espiral. Una de estas bobinas se encuentra en la base del cargador (la bobina emisora) y la otra está en el dispositivo que queremos cargar (bobina receptora).
Cuando un dispositivo compatible, como un reloj inteligente, se coloca sobre la base de carga, la bobina emisora de la base que está conectada a la corriente eléctrica, genera un campo magnético oscilante. Este campo magnético, al estar cerca y alineado con la bobina receptora del dispositivo, induce una corriente alterna.
Para que la energía se transfiera, las bobinas tienen que estar bien alineadas y a una distancia mínima. La corriente alterna generada en el dispositivo se rectifica y se convierte en energía que se puede utilizar para recargar la batería.
En otras palabras, la carga inalámbrica permite que la energía pase del cargador al dispositivo usando un campo magnético, siempre que las bobinas estén alineadas y cercanas entre sí.
Componentes de los cargadores inalámbricos
Los cargadores inalámbricos están compuestos por elementos que trabajan en conjunto: la bobina emisora, la receptora, el sistema de control de energía y una estructura de aislamiento térmico:
- Bobina emisora y receptora. La emisora es la que se encuentra en la base del cargador y se encarga de generar el campo electromagnético. La receptora está en el dispositivo y su función es recibir la energía para convertirla en corriente directa.
- Sistema de control de energía. Regula la cantidad de energía que se envía y detiene el proceso cuando el dispositivo está cargado. Evita problemas de sobrecalentamiento y asegura una carga eficiente y duradera.
Una vez definidos los componentes clave que permiten la carga inalámbrica, podemos conocer los tipos de carga disponibles y sus aplicaciones prácticas.
Tipos de carga inalámbrica: por contacto y por resonancia
La carga inalámbrica se clasifica en dos tipos: la carga por contacto y la carga por resonancia, cada una adaptada a necesidades y dispositivos diferentes.
En la carga por contacto, también conocida como carga inductiva, el dispositivo tiene que estar siempre en contacto directo con la base de carga para que el proceso funcione. Este método es común en dispositivos móviles, como teléfonos o auriculares.
La carga por contacto tiene una ventaja clara, es muy eficiente en términos de energía. Sin embargo, tiene que estar bien alineado a la bobina receptora para que funcione.
La carga por resonancia permite una carga inalámbrica sin alineación exacta, ideal para dispositivos que necesitan libertad de movimiento. Este sistema funciona ajustando las frecuencias entre el cargador y el dispositivo, logrando una transferencia de energía a cortas distancias sin contacto directo. Aunque suele ser menos eficiente que la carga por contacto, es muy útil.
Un ejemplo es el cepillo de dientes eléctrico, que se coloca en una base sin necesidad de precisión. También es común en relojes inteligentes, que se cargan en bases magnéticas, y en auriculares inalámbricos, que utilizan estuches de carga para mayor comodidad. Algunos smartphones compatibles con la tecnología Qi también emplean carga por resonancia para cargarse al colocarse sobre almohadillas de carga.


Ventajas y desventajas de la carga inalámbrica
Empezando por los beneficios, eliminar los cables reduce el desgaste de los puertos de carga, lo que ayuda a prolongar la vida útil de los dispositivos. Además, los sistemas de seguridad integrados protegen contra sobrecargas y sobrecalentamientos, contribuyendo a una carga segura y controlada.
Otra ventaja es la comodidad que ofrece, ya que permite cargar varios dispositivos al mismo tiempo en una única base, acabando con el problema de cargadores y cables enredados.
Sin embargo, la carga inalámbrica suele ser más lenta que la tradicional por cable, sobre todo en dispositivos con baterías de gran capacidad. A ello le sumamos que para que sea eficiente, el dispositivo debe estar colocado en la mayoría de los casos sobre una posición exacta sobre la base de carga, lo que limita la movilidad.
La eficiencia energética de la carga también puede ser menor teniendo en cuenta que es más baja si hay obstáculos entre el dispositivo y la base, generando una leve pérdida de energía durante la transferencia.
También los sistemas de carga inalámbrica requieren tecnología avanzada, lo que incrementa el coste de producción. Esto se traduce en precios más altos para el consumidor, lo que podría limitar su adopción en el mercado masivo.
Aplicaciones en la movilidad eléctrica: cargadores inalámbricos para coches
La carga inalámbrica también ha dado un paso importante en la industria de la movilidad eléctrica. Los cargadores inalámbricos para vehículos eléctricos (VE) representan un avance para simplificar el proceso de carga y mejorar la experiencia del usuario.
Cómo funciona la carga inalámbrica para vehículos eléctricos
El proceso es similar al de los dispositivos móviles: se coloca el vehículo en un área equipada con una base de carga inalámbrica. Este sistema, diseñado para resistir condiciones meteorológicas adversas, utiliza una bobina emisora en el suelo que se alinea con una bobina receptora instalada en la parte inferior del coche. A través de un campo magnético, la energía se transfiere de forma segura a la batería del vehículo sin conectar cables.
Para los conductores de vehículos eléctricos, la carga inalámbrica ofrece un beneficio claro: comodidad. Eliminar el uso de cables facilita el proceso de carga y lo hace más accesible, sobre todo en estaciones de recarga públicas o en garajes residenciales.
La comodidad y la seguridad que proporciona la carga inalámbrica sugieren que en los próximos años esta tecnología podría consolidarse como el método de carga preferido en una variedad de sectores, desde la electrónica hasta el transporte.
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