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¿Sabías que hasta la mitad de la basura generada en los hogares podría reutilizarse para generar abono? El compostaje comunitario es un sistema de tratamiento de residuos innovador y eficiente que busca la reutilización de los restos orgánicos a través de grupos de ciudadanos que participan y se involucran en este proceso.
Este tipo de acciones no son nuevas. Desde hace 15 años existen experiencias similares llevadas a cabo por profesionales del sector y, unos años más tarde, entre colectivos de organizaciones y ciudadanos. Su dinámica no ha parado de desarrollarse, pero, ¿cuáles son las causas que lo han llevado hasta este punto?
En los últimos años, este proceso ha crecido exponencialmente debido a sus múltiples beneficios: eficiencia energética, reducción de residuos, ahorro en el coste para las organizaciones y trato más responsable con el medioambiente gracias a su proceso natural. Estos son algunos de los motivos por lo que este sistema está consiguiendo posicionarse como uno de los más innovadores, con una inversión creciente que no deja de subir.
Existen diferentes tipos de compostaje. Mientras que el comunitario está siendo uno de los más explorados en la actualidad, desde hace años se ha extendido una rama educativa que trata de fomentar en los colegios la toma de decisiones responsables con el medioambiente y el ahorro de energía que se consigue al generar compostaje.
Sin embargo, para aquellos barrios en los que aún no existe un área de acción cercana, la pregunta es clara: ¿el compostaje debe ser comunitario en cualquier caso? Existen alternativas individuales que permiten generar la materia orgánica que luego se utilizará como fertilizante.
Organizaciones y colectivos de todo tipo ven en el compostaje comunitario una oportunidad innovadora para lograr una ciudad más eficiente junto a otras medidas como la generación distribuida. Es un paso hacia la smart city que comienza con el ahorro en la gestión de residuos y acaba en la generación de abono natural.
Madrid, Cataluña, Andalucía, Navarra, Galicia, Asturias y País Vasco. El número de comunidades autónomas en las que tiene lugar este tipo de acciones sigue aumentando año tras año y nuestro país está posicionándose como uno de los territorios que más apuestan por sistemas innovadores como este.
Las estimaciones del pasado 2017 hablaban de hasta 309 toneladas de residuos urbanos que podían tratarse en 45 espacios dispersos por toda España. El número de ubicaciones aún debe crecer para que el compostaje comunitario se convierta en una de las alternativas innovadoras principales, pero todo parece indicar que lo conseguirá de seguir este camino.
Las grandes ciudades están siendo un ejemplo que fomenta el surgimiento de nuevos espacios. Un ejemplo es el caso de Madrid: en 2016 se inauguró su primera planta de compostaje comunitario, seguida por el primer centro abierto en 2017, el cual constaba de tres cubos de 700 litros cada uno. A este se le han añadido otros como el centro de Soto del Real, destacado por contar con un programa piloto en el que colaboran un gran número de vecinos interesados en ayudar con las tareas de reciclaje de la ciudad. En el siguiente vídeo puedes descubrir más información sobre este caso:
Además, muchas organizaciones utilizan los residuos orgánicos no solo para abono, si no también para la generación de energía de biomasa. Este fuente renovable otorgaba el 45% de la producción de energías regenerativas hace unos años, y es una de las más importantes teniendo en cuenta que, en los últimos 15 años, ha pasado de aportar un 3,2 a un 6% de energía consumida en España.
¿Es posible conseguir un uso más extendido de esta práctica? Todo parece indicar que las acciones que las organizaciones están llevando a cabo apuntan en esa dirección. El compostaje comunitario sirve como apoyo para alcanzar los objetivos de reducción y reciclaje impuestos desde la normativa europea y es un dato que debe tenerse en cuenta. No debemos olvidar que la smart city únicamente puede lograrse cuando los ciudadanos también forman parte de la innovación de las ciudades.