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¡Preparad las palomitas! Os traemos cinco películas que se adelantaron a su época por todas sus anticipaciones tecnológicas.
La ciencia ficción es una fuente inagotable de imaginación y predicciones sobre el futuro. Aunque muchas de las tecnologías que aparecen en el cine parecían imposibles en el momento de su creación, hoy forman parte de nuestra vida.
2001: una odisea del espacio (1968)
Dirigida por Stanley Kubrick, esta película nos transporta a un mundo en el que las máquinas y los ordenadores son capaces de interactuar con los humanos de manera inteligente.
Uno de los personajes más emblemáticos de la película es HAL 9000, un superordenador que nos recuerda a la inteligencia artificial. En la película juega al ajedrez, toma decisiones autónomas y habla de forma fluida. ¿Su voz? Neutra, pero con algo de connotación emocional.
Y aunque en 1968 parecía pura ciencia ficción, ahora estamos más que acostumbrados a los asistentes virtuales como Siri o Alexa. Estos dispositivos entienden nuestras instrucciones, responden preguntas y hasta controlan nuestros hogares. Sin embargo, no tienen la autonomía total de HAL (afortunadamente, teniendo en cuenta que tenía un comportamiento poco ético).
Matrix (1999)
Matrix, dirigida por las hermanas Wachowski, presentó al mundo una visión peligrosa: una sociedad controlada por máquinas donde los humanos viven conectados a una realidad simulada. ¿Y a qué nos recuerda? Exacto, a la realidad virtual (VR).
Uno de los aspectos más impactantes de la película es la posibilidad de "cargar" habilidades o conocimientos en el cerebro. Si bien no podemos cargar habilidades como en la película, ya existen tecnologías que permiten controlar prótesis robóticas mediante señales cerebrales.
Un ejemplo es el proyecto de la Universidad Johns Hopkins, que ha desarrollado prótesis avanzadas que permiten a los usuarios mover y manipular extremidades robóticas.
La realidad virtual, que antes parecía lejana, ahora es una tecnología accesible. La vemos tanto en videojuegos como en entrenamientos médicos y simulaciones educativas, acercando cada vez más lo virtual a lo real, como anticiparon las Wachowski.
Minority Report (2002)
Dirigida por Steven Spielberg, Minority Report presentó un futuro en el que la tecnología permite predecir crímenes antes de que ocurran. Aunque esta premisa sigue siendo ciencia ficción, la película introdujo innovaciones tecnológicas que han podido inspirar el desarrollo de la tecnología actual.
Una de las escenas más icónicas es la interacción con pantallas holográficas mediante gestos, sin necesidad de tocar nada. Esta idea adelantó lo que hoy conocemos como interfaces táctiles y gestuales, utilizadas en móviles y consolas de videojuegos.
Además, Minority Report imaginó un mundo donde los anuncios publicitarios se personalizan al instante, algo que ya vemos con los algoritmos de recomendación y el marketing digital personalizado en función de nuestros datos y comportamiento.
Her (2013)
Her, dirigida por Spike Jonze, nos presenta un futuro cercano en el que Theodore, un hombre solitario, desarrolla una relación emocional con Samantha, un asistente personal. Lo que comienza como un sistema operativo, pronto se convierte en una conexión profunda. Samantha aprende, crece y desarrolla una personalidad propia.
La película plantea una pregunta inquietante: ¿puede la inteligencia artificial sustituir una relación humana?
Lo más fascinante de Her es su visión de cómo las IAs podrían integrarse en nuestra vida emocional. Aunque Siri o Alexa no alcanzan el nivel de Samantha, están mejorando su capacidad para entender el lenguaje y adaptarse a nuestras necesidades.
Ex Machina (2014)
En la línea del debate ético que plantea Her, tenemos Ex Machina, dirigida por Alex Garland. La película nos cuenta un intrigante encuentro entre Caleb, un joven programador, y Ava, un robot con inteligencia artificial creado por el magnate tecnológico Nathan.
Ava no solo es capaz de mantener conversaciones fluidas, sino que también comprende las emociones humanas. Pero, lo que más sorprende de Ex Machina, es el planteamiento de cómo las máquinas podrían interactuar con nosotros en un futuro cercano. Saber qué es la superinteligencia artificial nos da pistas para entenderlo mejor.
La película nos advierte sobre las implicaciones éticas y los riesgos de que la IA pueda anticipar y manipular nuestras emociones, haciéndonos reflexionar sobre el control que tendremos sobre las tecnologías. ¿Hasta qué punto podemos confiar en una inteligencia que podría conocer nuestras debilidades mejor que nosotros mismos?
La ciencia ficción ha servido durante décadas como un laboratorio de ideas y muchas de las tecnologías que parecían inverosímiles en el cine ya son parte de nuestra vida diaria. Y aún queda mucho por imaginar.