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¿Qué es eso del bedroom pop?
Términos como bedroom pop han cogido una fuerza inusitada en los últimos años, y probablemente hayan adelantado por la derecha a algunos mientras daba alas a toda una nueva generación de artistas deseosos de expresarse a su manera, con sus propios códigos y con los medios a su alcance (por escasos que fueran). Este es nuestro acercamiento al fenómeno, que recomendamos acompañar a golpe de playlist.
“No tengo mucho, no te voy a mentir / No tengo una mansión / Vivo en un piso pequeño con una habitación”. Sin pretenderlo, esas estrofas de Cupido en uno de sus hits, 'Milhouse', bien podrían resumir la esencia del bedroom pop. Irresistible melodía pop para un certero retrato generacional, proyectando mucho más entusiasmo que posibilidades. La banda formada por el trapero Pimp Flaco y los componentes de Solo Astra nos invitaba así a entrar a su mundo encantador y naif donde todo es posible y, lo que es más importante, que nace y se expande dentro de los límites de nuestra habitación.
Y si no fuese por ahí, ¿qué sería entonces eso del bedroom pop? Pues a poco que rasquemos, y si somos estrictos, nos topamos con un género que no es un género. Como sucede con muchas otras tendencias de la cultura popular, sería como poco debatible identificar el bedroom pop como un estilo musical concreto, y ya hay artistas y actores de la industria musical que lo vienen rechazando. El amor/odio eterno por las etiquetas. Qué os vamos a contar, music lover.
Pero podemos depurar el concepto, y de entre sus rasgos más característicos nos encontramos ante todo un espíritu Do It Yourself con una producción minimalista, por no decir amateur, tendente al Lo Fi y, aunque no obligatoriamente, también a las melodías pop. Eso deja fuera por el momento a Metallica y a la Orquesta Sinfónica de Viena, así que ahora, y ya más en petit comité, confesemos que lo de “bedroom” es más bien una idea. Un espacio simbólico de intimidad donde la pericia musical no es tan importante como la necesidad de expresar los pensamientos más introspectivos.
Hablamos de pericia musical sin generalizar, pero es que lo de echarle mucho morro sin duda suma puntos. Nada de esperar a tener dominado un instrumento para lanzarse a la piscina, ¡que el tiempo vuela! Así, con descaro e ilusión, han surgido referentes como Billie Eilish, Sports, la noruega Girl in Red o Clairo, una nueva generación de artistas que no iba a esperar a acceder a grandes estudios de grabación para empezar a dar rienda suelta a sus canciones.
Sin irnos tan lejos nos vienen fácilmente nombres asociados al concepto, como Cariño, Rojuu, Marcelo Criminal o Casero. Proyectos que partiendo de diferentes coordenadas y con diferentes objetivos comparten una filosofía y estética sonora. No se trata siquiera de ceñirse a la grabación casera, pues los citados Cupido se manejan ya en ligas superiores mientras artistas emergentes como Laura Katze apenas acumula un par de canciones en Spotify. Y la sensación es similar.
Un nuevo lenguaje. Una forma de ser y de hacer y, en definitiva, una seña de identidad de una generación Z tan divertida como a veces indescifrable. El concepto bedroom pop, aupado con fuerza en la década de los 2010 por necesidad o como una mera decisión estética, tuvo un repunte aún mayor debido a las circunstancias derivadas del confinamiento, con las webcams echando humo y toda una nueva generación de artistas que lidiaba con el encierro tirando de frescura y creatividad. Qué remedio.
La aparición y desarrollo fulgurante de internet a finales del siglo pasado junto a la democratización tecnológica han venido igualando las posibilidades y accesos a la producción y publicación de música, aliviando sobremanera el cuello de botella que antes suponían los estudios tradicionales y el filtro de sellos discográficos. Algo así como el espíritu fanzinero aplicado a la música, sin grandes pretensiones comerciales en un principio. El empoderamiento que supone la posibilidad de registrar tu música con una calidad más que aceptable fue el caldo de cultivo ideal para una nueva hornada de músicos con algo que decir.