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La creciente popularidad de los asistentes virtuales nos lleva a plantearnos nuevas preguntas. Sentimos que nos escuchan y vigilan durante las 24 horas del día, que analizan todas nuestras palabras para conocernos mejor. ¿Dónde queda nuestra privacidad?
Los asistentes virtuales por voz no son algo radicalmente nuevo y, de hecho, las versiones primigenias existen desde hace más de diez años. Desde entonces han mejorado mucho, pero la gran novedad no es esa sino el hecho de que empiecen a instalarse de manera física en nuestras casas. Mediante varios tipos de altavoces, estos asistentes que antes vivían en nuestros móviles y tablets están consiguiendo mudarse a nuestros hogares.
Hablamos de sistemas inteligentes que nos permiten relacionarnos con los dispositivos a través de una conversación. Reconocen nuestra voz, comprenden lo que pedimos y responden con una voz sintetizada.
Que la tecnología nos rodee para hacer que nuestras vidas sean más cómodas y eficientes es algo positivo, pero debemos ser conscientes de que convivir con un altavoz que registra lo que le decimos tiene cierto impacto sobre nuestra privacidad.
Si quieres que tu altavoz inteligente sea capaz de guardar tu próxima cita con el médico, tendrás que darle acceso a tu calendario. Lo mismo ocurre si le pedimos a la aplicación de mapas que nos lleve a un determinado lugar: estamos contándole dónde estamos y a dónde queremos ir en cada momento.
Al otro lado, recabando información, están proveedores de servicios como Google, Facebook o Apple. No se trata de tener miedo a lo desconocido. Se trata de entender cómo funcionan las cosas.
“Los asistentes virtuales por voz ya existían, pero ahora se están mudando a nuestras casas bajo la forma de altavoces y otros dispositivos.”
El uso continuado de servicios y aplicaciones permite a proveedores de servicios como Google, Apple o Facebook ir construyendo un perfil de datos bastante completo.
Lógicamente, todo dependerá de la información que tú vayas concediéndoles. Y normalmente esta información se la darás a cambio de facilitarte la vida. Partiendo de estas premisas, podemos separar 4 grandes conjuntos de datos personales:
Una vez aceptados los datos que cedemos, no tiene sentido temer a la tecnología y creer que el mundo se confabula en nuestra contra. Verdaderas revoluciones como la de los asistentes virtuales pueden ayudarnos a que nuestra vida sea mejor.
Dentro de unos años será normal vivir en un hogar inteligente. El altavoz o el smartphone no serán lo único conectado a Internet, sino que todos los electrodomésticos lo estarán también. El asistente virtual será la inteligencia suprema que los gobierne a todos.
Con los datos de funcionamiento que nos pueden ofrecer bombillas inteligentes, el sistema de calefacción, o un televisor, podemos generar patrones de uso y consumos muy valiosos para tu calidad de vida. Imagina que simplemente tienes que abrir la boca y decir:
"Alexa, abre Endesa y dime el importe de mi última factura de la luz".
Esto no es el futuro, es el presente. Al alcance de tu mano, o de tu voz, gracias a que Endesa ya es compatible con el altavoz Alexa de Amazon y también puedes preguntar a Google tus dudas.
No hay misterio. La forma en que los proveedores de servicios recaban información es a través de nuestros dispositivos (smartphone, ordenador, altavoz inteligente...) y con nuestra autorización.
Por esta razón, solo cuando los activamos expresamente mediante un comando de voz empiezan a escuchar y a grabar lo que decimos. Una cosa es que su micrófono siempre esté alerta por si pronunciamos el comando de activación. Y otra muy diferente que se dediquen a grabar las 24 horas del día, 7 días a la semana.
Esta es la versión oficial y no hay nada que indique lo contrario. Lo que sí ha habido han sido fallos puntuales (como el del usuario que pidió los datos de su actividad a Amazon y, por error, recibió 1.700 grabaciones de audio de un desconocido) y polémicas sobre el uso que los proveedores de servicios harán de estos datos (en concreto: que no los usen solo para que el asistente funcione mejor sino también para intentar vendernos otros productos).
En cualquier caso, y como siempre que estamos dispuestos a conceder datos personales a cambio de un mejor servicio, es conveniente saber cómo controlar la privacidad en los asistentes virtuales.
“Los altavoces inteligentes empiezan a grabar únicamente cuando los activamos mediante un comando de voz predeterminado.”
Cuando se habla de privacidad y datos personales lo habitual es mentar a Facebook. Pero en realidad Google es el rey de los datos y quien más sabe sobre nosotros. Depende de la configuración de privacidad que tengamos y de los dispositivos y servicios que usemos, pero en general conoce muchos detalles.
¿Se te ha ocurrido alguna vez mirar lo que Google sabe sobre ti? El propio Google te permite revisarlo a fondo:
Para hacer una revisión completa de la privacidad y personalizar la experiencia Google tienes esta dirección.
Al igual que Google, Apple consigue mucha información personal debido a la cantidad de dispositivos y servicios activos alrededor del planeta.
En este camino de darle importancia a la privacidad han creado una web dedicada, con jugosa información y herramientas, además de consejos para la protección de nuestros datos. También un informe sobre transparencia en el caso de que terceros pida a Apple información nuestra.
Hay dos áreas importantes. En la primera nos explican la información personal que recogen sus sistemas y servicios. En la segunda nos ayudan con la gestión de la privacidad, informándonos de cómo proteger nuestros dispositivos, o la gestión del ID de Apple.
Si lo que quieres es consultar tus datos, entonces tendrás que ir a esta dirección. Hay datos de uso de apps, documentos, fotos, vídeos, contactos o calendarios.
Debemos aprender a gestionar nuestros datos personales. Si decidimos no conceder nada, ni tan siquiera los datos más básicos, deberemos renunciar a servicios que están cambiando la vida de muchísima gente. Si concedemos todo a cualquiera y sin comprender para qué, renunciaremos a nuestra privacidad.
En el término medio está la virtud: hay que comprender que la mayoría de estos servicios son gratuitos porque, de alguna manera, pagamos con nuestros datos. Por lo tanto, corresponde a cada uno hacer un balance y valorar si merece la pena lo que nos están dando a cambio de permitirles saber cosas de nosotros.
“Muchos servicios digitales son gratis porque, de alguna manera, los pagamos mediante la concesión de nuestros datos personales.”