Los retos y beneficios compartidos del desarrollo sostenible
Acabamos de llegar al ecuador de la Agenda 2030, la agenda de la humanidad. El plan más ambicioso para lograr un planeta más resiliente, una economía más próspera y una sociedad más justa y pacífica. Es un momento adecuado para reorientar las acciones para cumplir con los 17 ODS marcados. En esta acción conjunta donde todos podemos aportar nuestra fuerza, el sector empresarial tiene mucho que decir.
Por Cristina Sánchez
Acabamos de llegar al ecuador de la Agenda 2030, la agenda de la humanidad. El plan más ambicioso para lograr un planeta más resiliente, una economía más próspera y una sociedad más justa y pacífica. Es un momento adecuado para reorientar las acciones, pues, como afirma António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, “los 17 Objetivos no son sólo una lista de metas. Representan las esperanzas, los sueños, los derechos y las expectativas de la gente en todas partes”. No es un listado simbólico, sino muy significativo, y no habrá muchas más oportunidades de tomar el rumbo hacia un sistema mejor.
Puede parecer que las metas de la Agenda 2030 se alejan, porque, pese a estar a la mitad del tiempo de vigencia, no estamos a mitad del camino de su cumplimiento. Sin embargo, no es momento de bajar los brazos, sino de ordenar e intensificar los esfuerzos.
Desde su adopción en 2015, esta ambiciosa hoja de ruta ha logrado unir a una amplia gama de actores para conseguir sus 17 ODS: desde gobiernos y organizaciones no gubernamentales hasta la ciudadanía comprometida y empresas de todo el mundo. Todos, juntos e individualmente, han logrado grandes avances en su implementación. Hitos tan importantes como la reducción de la mortalidad infantil, la mejora del acceso a la educación o la promoción de la igualdad de género.
Sin embargo, también debemos ser conscientes de la magnitud de los desafíos pendientes y de que el tiempo apremia. De hecho, de las 149 metas que se establecieron para cumplir con los ODS, la mitad están lejos de seguir la trayectoria deseada. Además, más del 30% de estas metas no han registrado ningún avance o, lo que es peor, han experimentado una involución con respecto a la situación de 2015. En este sentido, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la preservación de los ecosistemas naturales y la mitigación del cambio climático son algunos de los desafíos globales que requieren una acción más urgente.
“Debemos ser conscientes de la magnitud de los desafíos pendientes y de que el tiempo apremia”.
Según el informe Global Sustainable Development Report 2023, que suscribe el Secretario General de Naciones Unidas, la consecución de las metas de la Agenda 2030 está en una situación muy delicada. Sólo el 15% están avanzando de forma satisfactoria. Hoy más que nunca es necesaria la acción conjunta de todos los actores para acelerar en la buena dirección y conseguir alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En esta acción conjunta donde todos podemos aportar nuestra fuerza, el sector empresarial tiene mucho que decir. Su acción, así como su omisión, son determinantes para lograr -o no- un futuro sostenible, más equitativo y justo. Y aquí es donde intervenimos desde el Pacto Mundial de la ONU España, trabajando con las empresas de nuestro país para favorecer su acción positiva, lo que llamamos business as a force for good.
Dentro de esta visión, una buena noticia: las empresas españolas que pertenecen al Pacto Mundial son las que más se están involucrando en los programas internacionales especializados orientados a conseguir resultados en áreas clave, como el clima, la igualdad de género o los derechos humanos. Además, según nuestro informe la Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030, existe un notable incremento en la conciencia empresarial española sobre la Agenda 2030 en los últimos años, con un 89% de empresas españolas que llevan a cabo acciones en este sentido.
Con el objetivo de transformar el mundo empresarial, pedimos a las empresas que actúen desde la conciencia global de que la sostenibilidad es buena para el negocio. Con argumentos que proceden de diferentes puntos de vista, pero también desde el de la rentabilidad. Un vínculo que abordamos en un nuevo estudio publicado con motivo del octavo aniversario de la Agenda 2030: ODS Año 8 Rentabilidad económica y Agenda 2030. El estudio reconoce que, aunque no se puede afirmar categóricamente que todas las empresas por el hecho de trabajar la sostenibilidad crecerán económicamente, sí que existe un consenso en que el trabajo en sostenibilidad impacta de forma positiva en los indicadores económicos de las compañías. De acuerdo con este informe, las entidades cotizadas que han asumido un fuerte compromiso con la sostenibilidad lograron en los últimos años unos resultados superiores en un 11% a los de sus competidoras en el mercado de valores. Por lo tanto, las empresas que perduran, las compañías más resilientes y competitivas son aquellas en las que la sostenibilidad forma parte de su eje vertebrador.
“Una buena noticia: el 89% de empresas españolas llevan a cabo acciones en áreas clave, como el clima, la igualdad de género o los derechos humanos”.
Pero, ¿cómo puede la sostenibilidad impactar de manera positiva en las cuentas de la empresa? Para lograr este binomio sostenibilidad-rentabilidad proponemos cinco palancas que las empresas pueden activar. A través de las finanzas sostenibles, en primer lugar, realizando inversiones con criterios ASG por su menor riesgo y mayor resiliencia ante los cambios. Las grandes empresas están subiéndose al tren de las finanzas sostenibles a través de bonos verdes y sociales, de préstamos sostenibles y de líneas de crédito ligadas a indicadores de sostenibilidad.
Una segunda vía sería mejorar las condiciones laborales y la diversidad de la plantilla: los salarios dignos, un buen clima laboral o facilitar la conciliación familiar, se traducen en un incremento de la productividad y repercuten positivamente en las cuentas de la compañía. Otra palanca para activar y que se traduce en rentabilidad sería llevar a cabo una gestión responsable de la cadena de suministro, por ejemplo, utilizando nuevas tecnologías y herramientas digitales como el blockchain, que permiten una mayor trazabilidad de la cadena de valor, reduciendo así los costes hasta en un 20%. Conscientes de la importancia de una cadena de valor responsable y sostenible, hemos lanzado el Programa de capacitación de Proveedores Sostenibles, en el que ha participado activamente Endesa, que tiene como objetivo formar a las cadenas de suministro de grandes empresas españolas en diferentes ámbitos de la sostenibilidad.
Una cuarta vía sería practicar nuevos modelos de negocio sostenibles cada vez más demandados por la sociedad. Resulta imprescindible que las empresas se planteen modelos de negocio más resilientes y responsables con la sociedad y con el medioambiente. Y, en último lugar, innovar en procesos y materiales más sostenibles, adoptando un concepto holístico de la innovación en toda la cadena de valor.
La rentabilidad que trae aparejada la sostenibilidad supone un aliciente para que las compañías se alineen con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los buenos negocios son prósperos para todos: para los resultados empresariales, para las plantillas de las organizaciones y para la ciudadanía consumidora.