
La conservación del águila pescadora, ejemplo de cuidado de la biodiversidad
En los años 80, el águila pescadora llegó a ser una especie en extinción en la Península Ibérica. Hoy, tras varios proyectos de recuperación, la población de este ave está claramente establecida. Por eso programas de conservación de la biodiversidad como el que la Fundación Migres realiza con Endesa son ejemplo de cómo podemos revertir la extinción de las especies.
Por Carlos Torralvo
El águila pescadora es una rapaz de gran tamaño que ocupa diversos medios acuáticos, desde embalses, lagunas y ríos, hasta acantilados costeros, marismas, arrecifes y manglares de todo el mundo. Esta especie se llegó a extinguir en los años 80 del siglo pasado en la España peninsular. Las causas de extinción fueron múltiples, todas ellas asociadas a la actividad humana, pero la de mayor peso, fue la persecución directa que sufrieron todas las aves rapaces.
Proyectos de recuperación en Andalucía, País Vasco y Portugal.
Gracias a un proyecto de recuperación, realizado en Andalucía entre los años 2003 y 2012, en el que se soltaron 191 ejemplares procedentes de Alemania, Escocia y Finlandia, existen actualmente 19 parejas en la Península.
Por lo tanto, podemos decir que ha sido un gran éxito la recuperación de esta especie extinguida y que sirve de ejemplo de cómo podemos revertir la extinción de las especies.Estas parejas se han establecido en dos embalses del Parque Natural de Los Alcornocales, en la provincia de Cádiz, y en el Paraje Natural de las Marismas del Odiel, provincia de Huelva.
Posteriormente a este proyecto pionero, en la Península Ibérica se realizaron otros dos proyectos de reintroducción, uno en el País Vasco y el otro en Portugal, y fruto de ello existen actualmente cuatro parejas más de esta emblemática ave de presa.
El objetivo del proyecto no era solo recuperar una población extinta, sino interconectar la población mediterránea (escasa y fragmentada) de forma poblacional y genética.
¿Qué hace el águila pescadora en invierno?
Durante el invierno, muchas aves del norte de Europa, seleccionan la Península para pasar este periodo, aumentando notablemente su presencia y llegando a invernar cerca de 500 aves. Esto nos recuerda la importancia de los humedales para la conservación de esta especie y muchas otras.
Durante cuatro inviernos se ha conseguido unir el esfuerzo de voluntarios y profesionales de España y Portugal para cuantificar esta población invernante. Durante unos días, cerca de 600 personas han compartido esta experiencia, reflejándose este trabajo y el amor por el águila pescadora en las redes sociales, radio y prensa.
Medidas para la conservación del águila pescadora
Actualmente se sigue trabajando en la conservación de la especie. No hay que bajar la guardia. Gracias al compromiso y la participación de Endesa en la conservación de la biodiversidad, y en concreto, en el proyecto de conservación del águila pescadora en Andalucía, se está desarrollando una segunda fase después de su reintroducción. Este proyecto consiste en:
- Mantener una red de voluntarios que participen en el seguimiento, conservación y divulgación de esta especie. Esto es esencial para la participación de la sociedad civil y el conocimiento de este tipo de proyectos en la colectividad.
- Instalar plataformas de nidificación en lugares potenciales para su reproducción.
- Mantener la vigilancia donde esté presente el águila pescadora, así como su seguimiento en el periodo de reproducción, momento más delicado de su ciclo biológico.
- Anillar los ejemplares para saber más de su vida es una labor necesaria.
- Y, por último, sensibilizar a la sociedad. Porque mantenerla informada mediante charlas en centros educativos, notas de prensa, redes sociales, web-cams y otros medios es fundamental para conseguir que estos proyectos sigan adelante.
Nuevos retos para la conservación de la especie
Actualmente la población del águila pescadora está claramente establecida, pero se ha quedado estancada, no crece el número de parejas. Por lo que nos encontramos con nuevos retos. Para intentar saber que está ocurriendo, es necesario utilizar la ciencia y nos hemos embarcado en realizar una serie de estudios científicos para establecer un orden de prioridades e identificar los ciclos clave de la vida que deberían ser el destino de los esfuerzos de conservación.
- Primero, hemos realizado un análisis de las causas de mortalidad no natural que ya está publicado.
- El segundo estudio ha consistido en aspectos de su ecología invernal que nos permitirán saber qué variables son las que determinan su distribución y, por lo tanto, sus preferencias de hábitat. Dicho estudio se encuentra en revisión.
- Y el último análisis consiste en saber su viabilidad poblacional que nos sirve para estimar la probabilidad de extinción.
Con respecto a las causas de mortalidad no natural, la primera causa es el atrapamiento en redes disuasorias que cubren las piscifactorías. Estas redes se instalan para evitar que la avifauna capture los peces. El águila pescadora tiene a su alcance un recurso abundante y predecible en estas instalaciones y pesca en ellas. Con el riesgo fatal que pueden quedar atrapadas en las redes y morir por ello.
La ciencia nos da ya unos primeros datos para saber hacia dónde debemos empezar a dirigir parte de nuestros esfuerzos. Ahora, debemos sentarnos con las empresas que desarrollan esas actividades y buscar soluciones para que todos salgamos ganando, tanto nuestra biodiversidad como los sectores productivos.
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