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Las radiaciones de las redes eléctricas, ¿son perjudiciales para la salud?
Las redes eléctricas son necesarias para llevar la electricidad hasta los consumidores, por lo que no podemos prescindir de ellas, pero ¿estamos expuestos a sus radiaciones? ¿nos pueden afectar a la salud? Te lo contamos.
En una era en la que las tecnologías evolucionan con rapidez, dependemos cada vez más de la electricidad para desarrollar nuestra actividad, tanto a nivel particular, como en las empresas, industrias, ciudades etc. Para que el suministro eléctrico llegue a todos esos puntos es necesaria una infraestructura, la red eléctrica, que se compone de muchos elementos conectados entre sí.
Líneas eléctricas, subestaciones, centros de transformación… Son algunos de los elementos de la red que todos vemos a nuestro alrededor. Pero el desconocimiento que muchas veces existe sobre su funcionamiento provoca dudas sobre si las radiaciones que emiten estas instalaciones son perjudiciales para la salud o tienen efectos negativos en las personas.
Analicemos esta afirmación para ver si hay algo de cierto en ella.
Frecuencia de las redes eléctricas
Una subestación eléctrica o una línea de baja, media o alta tensión, ¿tienen efectos nocivos sobre nuestra salud si nos exponemos a las radiaciones que emiten?
Para responder a estas preguntas tenemos que conocer las características de los campos que se generan al circular la corriente eléctrica por los elementos que componen la red, fundamentalmente la frecuencia de las ondas emitidas por las redes eléctricas.
Las radiaciones electromagnéticas están presentes de diferentes formas en nuestro entorno cotidiano, desde las luces de casa, hasta los electrodomésticos o cuando utilizamos el teléfono móvil. La cuestión central radica en la intensidad de estas radiaciones y en su posible impacto sobre las personas al estar en exposición continuada a las mismas a largo plazo.
Los campos magnéticos y todas las ondas que hay ahora mismo a nuestro alrededor viajan con una frecuencia específica (Hz) a través del aire. Esta frecuencia es el número de veces que se repite la onda y, cuanto mayor sea la frecuencia, más rápido viaja la onda.
Por ejemplo, una onda no se desplaza con la misma frecuencia para que nos llegue la señal de la radio que para que tengamos internet en nuestro móvil. En este último caso, se necesitará una frecuencia mayor para una navegación rápida y precisa.
La frecuencia con la que la energía eléctrica viaja a través de los cables es de 50 hercios. Además, independientemente de que la potencia sea más alta o más baja, los hercios de la energía eléctrica nunca van a superar los límites establecidos en el BOE en el Real Decreto 337/2014. En este Decreto se aprueba el Reglamento sobre condiciones técnicas y garantías de seguridad en instalaciones eléctricas de alta tensión.
¿Son un problema para la salud las radiaciones de las redes eléctricas?
La OMS llevó a cabo el Proyecto Internacional CEM con el objetivo de resolver la preocupación de los ciudadanos por los posibles efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos. En este mismo proyecto se concluyó que la exposición a campos electromagnéticos de baja frecuencia generados por la red eléctrica no tienen consecuencias nocivas para la salud.
Además, tal y como indica Red Eléctrica de España, ahora REDEIA, en su resumen sobre los campos eléctricos y magnéticos generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión, la comunidad científica internacional coincide en que la exposición a los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión no supone un riesgo para la salud pública.
La explicación científica es que las instalaciones eléctricas generan campos electromagnéticos de frecuencia baja (50 Hz o 60 Hz en EEUU o partes de Japón).
Otra situación que suele generar dudas en la población está relacionada con el sonido que genera la red eléctrica. Este ruido está relacionado con la potencia de la red, por lo que no es un indicador de peligrosidad para la salud.