Electrificación, ¿salto al vacío o futuro próximo?
El sector de la automoción ha sufrido una transformación radical durante los últimos años hacia una movilidad más sostenible. El sector del alquiler de vehículos está comprometido con generar un menor impacto medioambiental, pero los esfuerzos del sector y del conjunto de la cadena de valor, tienen que venir necesariamente acompañados de políticas y planes de acción reales.
Por Juan Luis Barahona
Es innegable que el sector automoción y toda la envergadura que este arrastra consigo, se ha transformado radicalmente durante los últimos años. Uno de los engranajes de la economía nacional y generador indiscutible de millones de empleos directos e indirectos en nuestro país está viviendo una evolución sin precedentes, a una velocidad precipitada, y en un contexto volátil. Un entorno cambiante enfocado a la construcción de los cimientos de una nueva movilidad en la que en lo más alto sobresalgan valores sostenibles y alineados con la protección de nuestro planeta y el medioambiente. Una nueva movilidad en la que tienen cabida una gran diversidad de tecnologías y en la que partimos como principal premisa que, para alcanzar la meta de la sostenibilidad, primeramente, debemos ser sostenibles en términos económicos.
Una movilidad del mañana a la que, quienes tenemos el orgullo de formar parte de este sector, no debemos hacer caso omiso, sino trabajar en construir puentes que nos ayuden a caminar hacia delante, mirando a esa movilidad cero emisiones que transformará nuestras ciudades en unos entornos altamente hiperconectados, limpios, seguros y concienciados con la sostenibilidad.
Un compromiso que, en particular, desde el sector del alquiler de vehículos, pioneros de la movilidad compartida, llevamos por bandera. Un compromiso real que pasa por cumplir con las directrices europeas y por hacer de nuestro sector, una industria comprometida con el menor impacto medioambiental posible. De hecho, los vehículos de alquiler poseen la flota menos contaminante, dada su tasa de renovación. Emitimos de media 14 gramos menos de CO₂ por kilómetro recorrido en comparación a la media del resto de vehículos que circulan por las carreteras españolas (no olvidemos que la antigüedad de nuestro parque automovilístico alcanza ya casi los 14 años). Por ello, es importante resaltar que el alquiler de vehículos y, por consiguiente, la movilidad compartida, es parte de la solución y no del problema. Si hay algo que se le puede atribuir a nuestra industria, es el ser un activo importante en cuanto a su papel descongestivo del tráfico, tanto en poblaciones como en el interior de las mismas, permitiendo a los usuarios prescindir de vehículos en propiedad y ofreciendo al turista una experiencia cómoda y sencilla.
“El sector del alquiler de vehículos, pioneros de la movilidad compartida, está comprometido con realizar el menor impacto medioambiental posible”
Lógicamente los numerosos esfuerzos del sector y del conjunto de la cadena de valor, tienen que venir necesariamente acompañados de políticas y planes de acción reales. Debemos, entonces, centrar nuestros objetivos en resolver los principales inconvenientes que tiene nuestro país en esta materia y enfocarnos en nuestra principal asignatura pendiente: el impulso de la electrificación en el mercado español continúa siendo muy débil, más aún si nos ponemos en una balanza equiparable a países vecinos europeos. Si queremos convertir la teoría en práctica, si queremos alcanzar un mayor nivel de penetración de los servicios de movilidad sin emisiones, nuestra infraestructura pública de puntos de recarga debe dar un gran salto. Para poder avanzar, necesitamos hacerlo juntos, de la mano, y socios como Endesa se esfuerzan cada día en ofrecer el mejor servicio posible a los usuarios.
Desde nuestra Federación somos partidarios de establecer un Plan de Difusión sobre Vehículos Eléctricos, que sobresalga por su labor pedagógica, permitiendo explicar a los potenciales usuarios el funcionamiento de los cargadores de acceso público, el tipo de recarga o su estado. Al igual, España se merece un Plan de Despliegue Efectivo de Puntos de Recarga Eléctrica, el cual contemple fines concretos que garanticen la cobertura necesaria para que se cumplan los objetivos de penetración del vehículo eléctrico en nuestro país. En este, además, es necesario que tengan cabida los aparcamientos de aeropuertos, puertos y estaciones de tren que den el adecuado servicio a empresas de alquiler y particulares. Debemos proporcionar, además, al usuario, unos mejores y mayores incentivos fiscales para la adquisición y compra del vehículo eléctrico, junto a una mejora de experiencia de cliente (por ejemplo, permitiendo el pago con los métodos habituales).
Por supuesto, no podemos olvidar las ayudas a la adquisición de este tipo de vehículos electrificados. ¿Por qué proyectos como el Plan MOVES se ven cuestionados en ocasiones? ¿Por qué se han beneficiado de estas ayudas un menor porcentaje del esperado? Creemos, firmemente, en un análisis que abarque los problemas que han obstaculizado su aplicación para particulares, empresas y grandes flotas.
Y, en particular, las compañías de alquiler de vehículos necesitan un IVA superreducido para la compra y alquiler de vehículos de cero emisiones, algo imprescindible para ambos ámbitos, compra y alquiler, para evitar distorsiones en el mercado, más aún dentro de un contexto en el que este tipo de vehículos continúan con ese nivel de penetración bajo.
España se merece un modelo de movilidad propio, que, si bien mire en el espejo a las decisiones correctas de países vecinos, actúe por sus necesidades y particularidades propias. Por ejemplo, necesitamos un marco regulatorio estable, capaz de transmitir mensajes claros e inequívocos al mercado, pero también, a la esfera social. Una vez que el nuevo Gobierno sea definido, el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible debe ser rescatado, excelente punto de partida para trabajar en torno a los siguientes ejes: derecho a la movilidad, autonomía, multimodalidad, descarbonización, innovación y digitalización, inclusión y no discriminación, y diálogo.
“Necesitamos un marco regulatorio estable, capaz de transmitir mensajes claros e inequívocos al mercado y a la sociedad”
Para llegar correctamente a la meta sin ningún tipo de brecha ni fisura, es vital la colaboración público-privada. Debemos contar con una mayor coordinación y homogeneidad normativa entre todos los actores de la movilidad: Rent a Car, ciudadanos, compañías tecnológicas, energéticas, fabricantes de automóviles, carreteras, DGT, AENA, ADIF, puertos, principales puntos de interés turístico, Gobierno, ayuntamientos, Comunidades Autónomas… Esta es una cadena de valor nueva y muy compleja, y con la voluntad y coordinación de todos, seguro conseguiremos llegar a posicionarnos de nuevo como una industria líder y de vanguardia en Europa.