
Verlo siempre en Español
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El coche del futuro será completamente diferente al que conocemos hoy. De la misma forma que modelos como el Ford T revolucionaron la movilidad hace más de 100 años, existen nuevas fórmulas que comienzan a marcar las líneas de los coches del futuro: conectados y más responsables con el medioambiente.
No hablamos de los coches voladores presentes en películas como Regreso al futuro y Blade Runner. El automóvil del futuro nacerá de tecnologías innovadoras que actualmente están en desarrollo y que marcarán un antes y un después en cómo nuestros entornos se relacionan con la movilidad.
¿Cómo será el coche del futuro? Te acercas y las puertas se abren automáticamente. Ya con el cinturón puesto, el motor eléctrico arranca automáticamente e introduces el destino deseado a través del parabrisas inteligente. Es entonces cuando el vehículo arranca sin que tengas que coger el volante.
La inversión realizada para conseguir el futuro del coche eléctrico pasa por desarrollar características muy diferentes. Todo tipo de empresas y organizaciones están investigando cómo mejorar la tecnología actual para lograr algunas de las claves más demandadas:
La primera gran característica del coche del futuro lleva años en desarrollo y, a día de hoy, ya son un gran número de empresas las que han conseguido que un modelo pueda circular por sí solo. De hecho, en España ya se han dado casos de este tipo.
Sin embargo, todavía queda tiempo para que estos vehículos se conviertan en una tendencia más visible en nuestras carreteras sin que necesiten la atención de un conductor que pueda tomar el volante en situaciones puntuales. En los próximos años se espera que llegue un estándar que modifique la estructura técnica de todas las marcas y su relación con las vías por la que circulan, que deberán adaptarse a las nuevas circunstancias.
No son solo sus capacidades internas, sino también su aspecto estético y práctico. Cuando la tecnología autónoma llegue a su completa fase de desarrollo, será necesario reorganizar el espacio interno del vehículo al no precisar de un hueco exclusivo para el conductor.
La inteligencia artificial lleva unos años aterrizando en todo tipo de sectores. No está ligada únicamente a productos como ordenadores y móviles, sino que su alcance es cada vez más amplio y cubre desde lavadoras hasta vehículos.
Justamente en estos últimos es donde aún podemos prever una evolución que pase por su unión con las pantallas táctiles para crear parabrisas inteligentes que ayuden a los usuarios a descubrir la ruta de su viaje, así como las posibles alertas que requieran su atención. ¿Llegaremos a ver parabrisas con elementos holográficos en los próximos años? Algunas propuestas ya investigan en esa dirección.
En 2014 comenzaron los rumores sobre tecnologías que permitirían la detección de vehículos robados y su posible detención a distancia a través de las autoridades del país. Con la evolución de los dispositivos conectados ha continuado surgiendo más información que parece indicar que veremos esta tecnología antes de lo que pensamos.
No todo el mundo lo sabe, pero el coche eléctrico nació antes que el vehículo de combustible tradicional. La tecnología de aquella época acabó ocasionando que fueran los derivados del petróleo los que consiguieron alcanzar y superar notablemente al vehículo eléctrico, pese a que este había nacido primero.
Es algo similar a lo que acabará sucediendo en los próximos años. La inversión en movilidad sostenible está desarrollando coches eléctricos que pretenden mejorar la capacidad técnica actual para conseguir coches más eficientes, silenciosos y, sobre todo, más responsables con las necesidades del medioambiente.
Una buena parte de los accidentes en la carretera son debidos a enfermedades que se manifiestan al volante. Entre las futuras ventajas de los coches eléctricos se encuentra la monitorización voluntaria de la salud de aquellos conductores que tengan enfermedades conocidas y que permitirá minimizar este tipo de situaciones. Además, estos sistemas podrían conectarse a servicios de emergencias para asegurar su prevención.
En 2015 surgió una nueva corriente que veía en los wearables una solución para la monitorización de una gran cantidad de métricas de nuestro día a día. Desde el sueño hasta nuestro ritmo cardiaco, estos dispositivos comenzaron a ser utilizados en la movilidad a través de marcas como Ford, Audi, Volvo y BMW. Diferentes tipos de conexiones que siguen desarrollándose para adaptarse a las rutinas de las carreteras.
En tiendas, oficinas y hasta en viviendas, los sensores llevan años en evolución constante para lograr mejoras en la seguridad de los edificios, en su iluminación eficiente y en el ahorro energético de todo tipo de productos.
Del mismo modo, diferentes compañías están desarrollando sensores externos e internos para facilitar una conducción más eficaz que permita una reducción de las distracciones al mismo tiempo que los pasajeros estén más cómodos. Con estos, aparcar, adelantar y conducir por vías poco espaciosas serán tareas muy sencillas en los próximos años.
El sector de la movilidad está preparando una revolución que comenzó hace ya unos años con la búsqueda de la eficiencia y que continúa para lograr un automóvil que acabará modificando su relación con vías y ciudades. El coche del futuro está más cerca de lo que piensas, ¿preparado para seguir su misma dirección?