Ahorra energía con los sensores de movimiento

Cuando pensamos en domótica es normal imaginar una casa sofisticada controlada por un “cerebro digital” que responde a nuestras necesidades de forma automatizada. Pues bien, tú también puedes disfrutar de la domótica sin complicaciones con algo tan sencillo como los sensores de movimiento para encender y apagar las luces.

Iluminación cuando sea necesario

Tener espacios desocupados iluminados es un gasto, incluso con bombillas de bajo consumo. Sobre todo en aquellos de paso o en los que se permanece poco tiempo pero las luces pueden permanecer encendidas mucho rato. Más o menos hasta que te das cuenta y las apagas.

Pasillos largos, vestidores, baños, interiores de armario, escaleras o una terraza son espacios idóneos para colocarlos en un piso. Con un dispositivo detector de movimiento se acabó buscar el interruptor. En el caso de un chalet, los accesos, el garaje, el cuarto de calderas y determinadas zonas del jardín también son perfectos candidatos.

Aparte de la comodidad que supone, que se activen las luces al detectar movimiento también tiene un importante componente de seguridad. Pues lo mismo que te iluminan a ti, se activan cuando alguien inesperado está en la zona.

Además, igual que enciende las luces las apaga automáticamente después un periodo determinado de tiempo sin actividad. Esto puede suponer el fin de las luces dadas donde no cumplen ninguna función. 

¿Son útiles para ahorrar en la factura?

Los sensores de movimiento ayudan a evitar el gasto innecesario de energía y, por lo tanto, colaboran a reducir tu factura. Piensa en un ascensor que permanece iluminado todo el tiempo y no solo cuando alguien va a utilizarlo. ¿Es mucho tiempo iluminando un espacio vacío, no? Pues en tu casa puede pasar lo mismo cuando enciendes el pasillo para ir de un cuarto a otro y permanece con las luces dadas hasta el final del día.

Por una vez no pasa nada, todos podemos tener un despiste, pero cuando es costumbre el gasto acumulado año tras año merece ser tenido en cuenta.

El coste y el consumo de los sensores de movimiento se compensa con creces al evitar el derroche. En  función del dispositivo, su consumo de energía va de 0,5W a 8W para los más potentes.

Para que te hagas una idea de lo poco que es, una bombilla de bajo consumo equivalente a las antiguas de 100W consume 30W. 60 veces más que el sensor que menos consume.

Un gasto que cubres con creces con el ahorro que te proporciona. 

¿Cuánto cuesta un sensor de movimiento?

Depende del espacio que quieras cubrir. Para interiores, un baño o un pasillo, puedes encontrar dispositivos de calidad entre 5 y 10 euros. En el caso de sensores para exteriores su precio puede llegar hasta cerca de 200 euros.

Los hay de pequeño tamaño con LEDS para interiores de armarios, de techo o pared para conectar al sistema eléctrico, integrados en lámparas, con ángulos de detección que van de 90º a 360º... Hay variedad y precios para todos los gustos y necesidades.

En el caso de los dispositivos que van en el exterior, los que incluyen sensores de luz son una opción más que interesante ya que permanecen inactivos durante el día y empiezan a funcionar a la caída de la tarde 

¿Son fáciles de instalar?

Depende de lo manitas que seas y lo bien que te manejes con los montajes eléctricos. En principio instalar un sensor de movimiento no es más complicado que poner un interruptor en un circuito. Eso sí, tiene algunas peculiaridades a tener en cuenta:

• dentro de casa deben instalarse a una altura mínima de 2,5 metros
• puedes ubicarlos en el techo o en la pared
• y es importante dirigir bien el ángulo de detección

Como siempre, nuestro consejo es que si no te sientes con total confianza recurras a un instalador profesional como los que tienes a tu servicio de forma gratuita al contratar nuestra tarifa de electricidad barata OKluz Assist.